“Las cosas tienen su
nombre”. Lo cantó Bob Dylan con “Man gave names to all the animals”. No importa
que se olvidara de las plantas y de los minerales. Mi amigo Sabo no, y en una
hermosa canción infantil –“¿Cómo te llamas tú?”*– incluyó todo lo incluíble
para concluir: “Y son regalo de Dios”. La usamos mucho en catequesis, porque la
chiquillería tiene todo el derecho del mundo a saber que si todos tenemos un
nombre es porque antes, en el principio, alguien ha pensado en nosotros aunque
aún no existiéramos.
Por eso –y por otras
muchos motivos algunos de ellos particularmente prácticos como por ejemplo no
confundirme cuando trato con mi vecina de la izquierda, Mariluz, que no tiene
nada que ver con mi vecina de la derecha, Merche– debemos llamar a todas las
cosas, y a cada una, por el nombre que tienen.
Así, el otro día, me
avisaron de que lo que yo había nombrado como armario era en realidad
“aparador”. Que es lo mismo, pero no. Un armario sirve para cualquier cosa; un
aparador tiene una misión muy concreta y específica. Es importante señalarlo,
no sea que meta la vajilla en el armario ropero y los calzoncillos en el
armario del comedor, sea dicho aparador.
Por lo mismo, hablar
de una planta dice poco si no va acompañado de su imagen y/o de su nombre
propio. Así me ocurrió cuando pregunté hace ya tiempo qué era en realidad lo
que me decían ser cala, que resultó ser “hosta”.
Hace unos días, volví
a preguntar por esta otra, porque desconocía qué contenía esta maceta; que era planta, es
evidente. Resulta ser un limonero. Eso es lo que ha afirmado con toda la
autoridad que le da su saber Luis, mi especialista favorito en botánica.
¡Me he quedado tan
tranquilo! Porque ahora puedo mirarlo sin esperar de él que de ciruelas. Si es
un limonero, tal vez algún día produzca limones. Es bueno y da serenidad no
tener que esperar contra toda esperanza. Por lo mismo no conviene fundamentar
las ilusiones en hechos que ni son, ni serán nunca. De lo contrario estaríamos
cayendo en aquello de aquel que dìu: El colmo de la paciencia es encerrar una
zapatilla en una jaula y esperar que cante. ¡No!
Este campo es algo
más; es un rastrojo. Campo sembrado de cereal recién segado.
Estas ánades son algo
más que patos: son ocas recién salidas del chiquero, donde han estado protegidas de los
elementos hasta que han sido consideradas capaces de defenderse por sí mismas.
Estas gallinas ¿parecen
todas iguales? No; y ellas lo demuestran agrupándose por su propia diferencia:
castellanas a un lado, el resto por el otro.
Estos animales pasarían el control como perros,
¡por supuesto! Pero son Sola, Berto y Gumi, relajados tras un regocijante paseo
por el valle, que ahora esperan que se les diga que vamos a hacer a continuación.
En fin, que los
nombres comunes dicen cosas importantes de las cosas, pero los nombres propios
dicen mucho más. ¡Dónde va a parar!
* Las cosas tienen su nombre
y son regalo de Dios:
las plantas, los animales,
la luna y el sol.
Un nombre tienen los niños,
mujeres, hombres y Dios,
papá, mamá, mis amigos,
tú y yo.
¿Cómo te llamas tú? (decir el nombre)
¿Cómo me llamo yo? (decir el nombre)
El nombre de Dios es Padre,
mi Padre Dios.
Mamá me llama «hijo mío»,
papá me llama «mi amor»,
«cariño», «cielo», «lucero»,
«tesoro», «mi sol».
Y todos los que me quieren
me nombran con mucho amor;
papá, mamá, mis amigos,
tú y yo.
¿Cómo te llamas tú? (decir el nombre)
¿Cómo me llamo yo? (decir el nombre)
El nombre de Dios es Padre,
mi Padre Dios.
2 comentarios:
Bien por Bob Dylan, y la canción seguía así "... in the beginning, in the beginning, long time ago", me gusta y otras muchas suyas también, porque no estaría bien que nombráramos a todo lo mismo, sería un sinsentido además de muy complicado. Pero de ahí a pensar, decir o sugerir que "alguien" en no sé qué sitio pensó en nosotros antes incluso de existir, Míguel, eso ya la ciencia ha dicho que no es así. La evolución la pueden demostrar con miles y miles de datos tangibles; ahora bien si os hace ilusión decir que nos pensaron antes de todo y que somos parte de la voluntad de "alguien", oye, la ilusión es la ilusión, pero el meteorito que se precipitó en el mar y propició una cadena de reacciones químicas a través de miles de millones de años y como consecuencia de esas reacciones encadenadas surgió la "vida" y de esa vida inicial la evolución ha llegado hasta lo que somos, eso, sólo se puede perfeccionar con más datos pero no se puede borrar sin cometer un atentado contra la inteligencia del ser humano en el que hemos devenido por mor de la evolución.
A lo que yo quería llegar antes de esta digresión era al aparador que ya está magnífico aunque aun no le hayas sustituido los tiradores (*). Lo llamé aparador porque esa es la sensación que me dio cuando lo vi, quizá tenga otro nombre más apropiado pero 'pequeño aparador' me pareció muy propio aunque en tu casa, la de tus padres, seguro que había un gran aparador en el comedor en el que se guardaba la loza y todos los enseres acompañantes, ¿o no?. Pues eso.
Capítulo aparte son las ocas, qué bonitas son, lástima que serán comidas en algún momento porque supongo que ese es el destino que tienen encomendado.
Los perros son la maravilla, sobre todo Sola, me tiene enamorá del todo, sin menospreciar a Gumi y a Berto pero veo que sigues aplicándole el castigo por no obedecer, medio bozal y atado con cuerda corta.
Y ya hoy, hasta aquí la charleta. Besos y a seguir bien.
Este enlace es para que veas el tipo de tiradores que se me ocurrieron para tu mueble. Seguro que en Valladolid aun hay tiendas donde los podrás encontrar.
(*) http://www.google.es/images?q=tiradores+de+aparadores&hl=es&gbv=2&sa=X&oi=image_result_group&ei=j6AbUsKxMKid7QaV2IHIBQ&ved=0CCQQsAQ
No te pases, Julia, que la ciencia no lo ha hecho; no ha dicho lo que tú dices que ella dice. A lo más, tacerá, callará. La ciencia no me va a impedir pensar en ti, y si te disgusta, molesta o incomoda que yo lo haga, te fastidias y te aguantas. ¿Entendido? Buena explicación evolutiva, sí señora; pero es una teoría, la teoría evolucionista. Y mientras sea teoría, tendrá que aceptar la existencia de otras teorías, hasta que una o varias se conviertan en certezas. De momento la física cuántica parece que indica otras direcciones…
El aparador de mi abuela siempre ha estado así. No lo he manipulado salvo para ponerlo en uso. Creo que es estilo años veinte, y debían ser así todos de poco agraciados. En cuanto a los tiradores del enlace ninguno de ellos mejoraría el conjunto. Gracias, a pesar de todo, por la propuesta.
De las ocas te puedo decir que están para comérselas, pero en el sentido figurado. Son para que estén, y hagan compañía al viudo que ya estaba. Su función es rellenar un hueco vacío y seguir ampliando el arca de Noé.
Sola es un encanto, pero Gumi y Berto también. Forman un trío complementario: ella lenta, gorda, fofa y grande; ellos rápidos, duros, macizos y pequeños. Es imposible salir de casa sin que los tres digan que también salen. En fin…
Me ha resultado un chat muy gratificante. Besos
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