Un último apunte…


Corazón de Jesús. Altar mayor del Santuario de la Gran Promesa. Valladolid

…antes de que Junio se nos vaya de rositas. Y lo pongo con mayúscula. Este mes, tradicionalmente “consagrado” al Corazón de Jesús, solía ser cálido y húmedo, lo mejor de todo el año climatológico. No lo ha sido esta vez. Tampoco en lo demás: política, social y económicamente hablando.
Y hay una realidad que se ha agravado de manera escandalosa en toda la ribera del Mediterráneo: la migración. Por un lado se nos van los jóvenes, emigran buscando futuro. Por el otro se nos vienen de África y se Asia, –los de América ya están de vuelta–, inmigran gentes hambrientas, huyendo de su presente y ansiando poder siquiera comer. ¿Tendrán futuro aquí?
Depende de nosotros, más que de ellos. De cómo los acojamos, de qué espacio les permitamos, de cuáles cosas prescindamos habida cuenta de que ya nuestro bolsillo está bastante escuchimizado. En suma, depende de nuestro corazón.
Y hablando de vísceras, esta reflexión puede venir bien para rematar la faena, aunque podría ponérsele algún añadido para redondearla un poco más. La dejo tal cual, ya que tiene firma.

(Martín Gelabert Ballester, OP) A muchos de nuestros contemporáneos no acaban de gustarles las representaciones que muestran a Jesús con el corazón traspasado y, a menudo, rodeado con una corona de espinas (pongan en google: “sagrado corazón de Jesús”, pinchen en “imágenes” y verán lo que encuentran). Si queremos actualizar esta devoción y encontrarle un sentido que responda a los anhelos de muchas personas de hoy, es necesario dejar de concentrar nuestra mirada en el corazón físico de Jesús (“yo no tengo devoción a una víscera”, me dijeron una vez en el confesionario), y recuperar el sentido bíblico y amplio del corazón como centro de nuestra afectividad y de nuestras decisiones más íntimas. En este sentido, el corazón de Jesús sería un buen símbolo de la misericordia de Dios que se expresa en todas las palabras y hechos de Jesús.

Walter Kasper ha tenido el acierto de señalar dos pasajes del evangelio de Juan que pueden ayudarnos a dar un sentido más actual a esta devoción. El primero, el texto de Jn 13,23, que muestra al discípulo amado descansando sobre el pecho o el corazón de Jesús. Esta representación, dice Kasper, puede ilustrar que en medio de la inquietud y del ajetreo del mundo, existe un lugar en el que podemos descansar y encontrar la paz interior. Todos necesitamos un buen amigo que nos apoye en los momentos difíciles, un amigo en el que poder confiar. Los creyentes sabemos que Jesús es este buen amigo que nunca falla (cf. Jn 15,15: a vosotros os he llamado amigos).

El otro texto que cita Kasper es el del escéptico Tomás que cree cuando introduce su dedo en la herida, pascualmente transfigurada, del costado de Jesús (Jn 20,24-29). Este encuentro puede ser importante para aquellos que se hacen preguntas y viven con un corazón inquieto, atormentados por las dudas. En cierto modo, todos somos como Tomás: no queremos creer fiados solo en la palabra de los demás, necesitamos una experiencia de encuentro personal con Cristo.

A propósito de este segundo texto (Tomás puso su dedo en el costado de Jesús), me surge la pregunta de cómo se compagina con este otro de Jn 20,17, en el que, cuando María Magdalena quiere abrazar a Jesús resucitado, éste le dice: no me toques. A Jesús resucitado no se le puede tocar materialmente. Una pista para entender los dos textos juntos, la ofrece Blas Pascal cuando dice: tras su resurrección, Jesús solo permite que se toquen sus heridas. La cuestión entonces es: ¿dónde están hoy las heridas de Jesús? O dicho de otra manera: ¿dónde pone hoy Jesús su corazón? Jesús pone su corazón en sus heridas que permanecen en este mundo: los pobres, los hambrientos, los malqueridos sociales. Ahí es dónde debemos poner la mano si queremos encontrar el corazón de Jesús.



Corazón de Jesús. Iglesia catedral de Valladolid


¿Esto ha sido junio?



Esta vida que me vive, sin salirse del carril, trae siempre novedades. Hace un año a Gumi le ayudé a curarse un absceso, y fue con dolor por parte de ambos. El animalillo lo aceptó porque reconocía que le calmaba el sufrimiento. Yo me vi obligado, porque nada, o muy poco, hicieron los profesionales, salvo mucha parafernalia y ruido, y pocas nueces.
Ha pasado un año felizmente, y sólo queda una muy pequeña señal de aquel incidente.
Ahora ha vuelto a las andadas. Esta vez ha sido en su ojo izquierdo. Como es muy bruto, mete el hocico allá donde pesca algún olor sabrosón, sin mirar si hay peligro. Y se ha provocado una úlcera, afortunadamente limpia, sin cuerpo extraño que la haga mayor ni más profunda. Y por las mañanas, ese ojo aparece rebosante de una espesa masa gelatinosa, que pacientemente se deja limpiar, porque esta vez no duele.
Luego le aplico una pomada en el hueco de su párpado inferior, y él soporta mansamente que yo le manipule, sin meter sus dientes contra mí, porque sabe que ni me gusta ni se lo consiento.
Así vamos a terminar junio, él y yo volviendo a lo acostumbrado.
Que es que, mientras Berto está más sano que una pera en dulce, él siempre tiene alguna pejiguera que cuidar.
En fin, es así la vida.
¿Es así la vida?
Triste mes de junio de 2014 que no ha sido el final de esta historia, sino todo lo contrario: con el buen tiempo en la mar, en Italia, en España y en otras partes del planeta hemos sido espectadores ¿distantes? de esta corriente humana de desarraigo y lucha esperanzada… contra las adversidades.
Me permito copi/pegar esta información:
(Jose Luis Pinilla Martin S.J.).- “Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades...
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser ...”
Así, con las palabras de Gabriel Celeya recordaba el domingo los nombres de los emigrantes muertos en el Mediterraneo (y en otros lugares ) en la celebración “Morir de Esperanza”. Dos horas lentamente gustadas, que la Comunidad de San Egidio tuvo en Madrid -como en otras ciudades del mundo- en memoria de los emigrantes muertos en el Mediterráneo (y en otros lugares ). Y por cada plegaria una luz ante el icono de Mateo 25: Fui extranjero y me visitasteis,
Una de las conquistas digitales de nuestro mundo es la posibilidad de que permanezcan durante mucho tiempo la vida y la “letra” de las personas que amamos y que no deberíamos olvidar nunca. Con nombre o sin él. Religion Digital me ayuda una vez más, a que siempre permanezcan en “la nube” nombres y vidas que jamás deberíamos olvidar.
En esta nueva letanía os las ofrezco. Y que la nube del cielo hecha con las manos cálidas del Dios de la ternura los recoja. Para que su recuerdo vuelva como rocío que empapa la tierra y así vuelvan a “respirar” resucitadas por la acción de Señor. Como queremos que lo hagan de nuevo las 30 personas emigrantes que han perecido asfixiadas por encontrarse hacinadas en una zona muy estrecha de la barcaza en el canal de Sicilia. Viajaban junto con otras 566 personas procedentes del norte de África hacia las costas de Sicilia. ¿Será posible rescatar al menos su nombre junto al de esta larga lista?
Estas 30 muertes no son accidentes. Son fruto de conductas asesinas de los “caínes” actuales como dijo el Papa emigrante Francisco. Caínes que miran a otro lado cuando vienen a veces del infierno
¿Asesinados? En el mismo mar que enriquece a las mafias y mata a los jóvenes y al futuro. El mar una vez más devuelve, cadáveres, o vivos que las leyes de los estados convierten en delincuentes con solo pisar la nueva arena soñando libertad. O a quienes enmudecen a palos y pedradas ante la impasibilidad de las dos orillas. “¿Quién llora a estos muertos?” nos recordaba D. Ciriaco obispo presidente de la CEM, en las recientes Jornadas de Migraciones recordando las palabras del Papa Francisco.
Así era nuestra larga letanía de ayer. Os invito a incorporarlas a las vuestras. Y si tenéis un poquito de tiempo, solo un poquito -nada comparable al de sus largos días y noches atravesando desiertos, fronteras y mares- leedlas también en voz alta y con otros -si es posible- como latidos del propio corazón
Pues eso; que tras cada nombre digamos: ¡Dios mío, ruega por NOSOTROS!
Junto con Yaguiné y Fodé, los dos niños de Guinea Conakry fallecidos el 2 de agosto de 1999 al morir congelados en el tren de aterrizaje de un avión con destino a Bruselas, recordamos a las decenas de miles de seres humanos, hermanos y hermanas, que en su sueño por una vida mejor para sí mismos y para los suyos han perdido su vida a las puertas de la rica Europa, ante la indiferencia y el silencio de tantos.
De muchos de ellos no sabemos los nombres, pero hoy les recordamos porque sabemos que esos nombres están escritos en el corazón del Padre que no olvida a ninguno de sus hijos:

1. El 3 de octubre de 2013 fallecieron 366 personas frente a las costas de Lampedusa a causa del incendio de la embarcación con la que trataban de llegar a Italia. Entre ellos se encontraban Helen y sus hijos Bilen, Delina y Esrom; Dehab, Henry y Diyana; Hiweth con sus pequeños Eyob, Melat y Danayit; Alexander, Merawi, Menken y Habeba; Hagos y Bimnet, de 36 años, con los alumnos de su clase; Milit, y otros 6 diáconos de la iglesia eritrea. El papa Francisco calificó de "vergüenza" este hecho que conmocionó profundamente a toda la sociedad europea.
2. Recordamos a George, Robert, Philip y Saidè, procedentes de Ghana, Níger, y Gambia, que se encontraban entre los más de 100 emigrantes, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados muertos a finales de octubre de 2013 en el norte de Níger tras la avería de los vehículos en los que viajaban en su intento por cruzar el desierto del Sáhara. Murieron en medio del desierto a causa del hambre y de la sed.
3. Recordamos a Haifa, Samira y a los pequeños Ahmed, Aisha y Saadia, de 5 y 8 años, sirios, que se ahogaron junto a otras siete personas en un naufragio, el 26 de julio de 2013, cerca de la isla de Cos, en Grecia.
4. Recordamos a Violet, Ruth, Robert y a las otras 7 mujeres y 21 hombres nigerianos muertos al volcar el bote donde viajaban, a 29 millas de las costas de Libia, el 28 de julio de 2013.
5. Recordamos a Armia, copto egipcio, fallecido el 10 de agosto de 2013 mientras intentaba por segunda vez alcanzar las costas sicilianas, junto a otros 5 jóvenes egipcios. Llevaba consigo el Evangelio y una cruz que estrechaba entre sus manos. Con él recordamos a Mohammed y a otras 12 personas que perdieron la vida al volcar la barca frente a Ceuta, el 17 de septiembre de 2013.
6. Recordamos al emigrante maliense que murió apaleado el 17 de noviembre de 2013 en el monte Gurugú, en una redada de la policía marroquí. Junto a él recordamos a todos los que mueren víctimas de la brutalidad de las fuerzas de seguridad en los largos viajes hacia Europa.
7. Recordamos a las 7 personas que murieron el 29 de noviembre de 2013 en el mar Egeo al hundirse una lancha en la que transportaban refugiados sirios desde las costas turcas hasta las islas griegas. La lancha se hundió a unos cinco kilómetros las costas turcas. Uno de los niños ahogados tenía apenas un año y medio.
8. Recordamos a los 17 emigrantes haitianos que fallecieron el día de navidad, 25 de diciembre de 2013, cuando su bote sobrecargado naufragó mientras era remolcado a la costa de las islas Turcos y Caicos. Junto a ellos, recordamos a los diez inmigrantes haitianos que murieron ahogados el 26 de noviembre de 2013 muy cerca de las islas Bahamas.
9. Recordamos a Dawda Dremmeh, emigrante gambiano de 32 años que falleció el 23 de diciembre de 2013 en la tienda de campaña en la que dormía en Jaén donde trabaja como temporero. Había llegado a España en 2008 y estuvo dos años en el CETI de Ceuta donde dejó una honda huella en todos. Decían de él, "era un muchacho ejemplar, siempre escuchaba a todos y cuando se fue lo echábamos mucho de menos". Los trabajadores del CETI y residentes realizaron una colecta para repatriar su cuerpo y que su madre pudiera darle el último adiós en Gambia.
10. Recordamos a Armand, Dauda, Blaise, Ives Martin, Roger, Ibrahim, Larios, y a los otros 7 inmigrantes que murieron el 6 de febrero de 2014 ahogados mientras intentaban llegar nadando a territorio español en la playa del Tarajal, en Ceuta. La Guardia Civil les disparó pelotas de goma para impedir su llegada. Junto a ellos recordamos al joven que falleció el pasado 20 de enero en las costas de Melilla al lanzarse al agua desde la patera en que viajaba, cuando fueron avistados por las fuerzas de seguridad. Recordamos las difíciles situaciones que muchos de nuestros hermanos y hermanas viven intentando cruzar la valla de Ceuta y Melilla, cuyas duras imágenes todos llevamos impresas en la retina.
11. Recordamos a los fallecidos en el rescate de una embarcación en el puerto italiano de Pozallo, el pasado 10 de abril. Junto a los rescatados se encontró el cadáver de un hombre, y otro de ellos falleció al día siguiente por las consecuencias del durísimo viaje. Junto a ellos recordamos al joven de 18 años que falleció al llegar a las costas de Tarifa el pasado 8 de marzo, víctima de una hipotermia, mientras era conducido al hospital.
12. Recordamos a los 13 inmigrantes de Níger que fallecieron en el desierto del Sáhara al ser abandonados por traficantes a comienzos del mes de mayo. Con ellos viajaban otras 33 personas, la mayoría mujeres y niños, cuyos cuerpos no han sido encontrados
13. Recordamos a Mustafa, Fadia y Shirin, que se ahogaron el 5 de mayo de 2014 frente a la isla de Samos, en Grecia, junto a otras 26 personas, entre ellas 4 niños y 12 mujeres.
14. Recordamos al hombre que apareció sin vida en un barco rescatado en el canal de Sicilia el pasado 7 de mayo. En el barco viajaban 400 personas. El hombre murió de hambre y sed durante el viaje.
15. Recordamos al más de un centenar de emigrantes que fallecieron en el naufragio de una barcaza en Lampedusa el pasado 13 de mayo. En la embarcación viajaban unas 400 personas.
16. Recordamos a Anita, Bata, Compiter, Deborah, Blessy, Hagos, Tesfai, Errail y Rosa, nigerianos y eritreos, que se ahogaron el 12 de mayo de 2014 a 50 kilómetros de Tripoli junto a otras 8 personas, entre ellas un recién nacido. Los supervivientes hablan de unas 100 personas desaparecidas.
17. Recordamos a los ocho nigerinos que perdieron la vida el pasado 15 de mayo en Libia, después de que el camión en que viajaban fuera atacado por guerrilleros libios mientras intentaban llegar a la costa del país. El triángulo que forman las inhóspitas y casi invisibles fronteras de Níger, Argelia y Libia son con frecuencia el escenario en que mueren numerosos emigrantes.
18. Recordamos al joven afgano de 15 años que falleció por asfixia en un puerto griego el pasado 22 de mayo, mientras viajaba escondido en un camión para embarcar en un ferry con destino a Italia. Junto a él recordamos a los 22 inmigrantes fallecidos tras una colisión entre dos embarcaciones ocurrida cerca de la isla griega de Samos. Diez inmigrantes desaparecieron y 39 fueron rescatados con vida. Entre los cadáveres recuperados se encontraban los de tres niños. Ocurrió el 5 de mayo. La mayoría eran sirios que huían del conflicto en su país.
19. Recordamos a las tres personas que murieron el 28 de mayo tras zozobrar la barca en la que viajaban 11 emigrantes de nacionalidad marfileña y camerunesa en el norte de Tánger, y a la mujer subsahariana que desapareció el 25 de mayo tras volcar la barca de juguete en que viajaba en las inmediaciones de la isla de Perejil.
20. Recordamos a Ghenet, Tsigereda, Tadese, Tewolde y Rukia muertos el pasado 3 de junio junto a otros 55 inmigrantes de Somalia y Etiopía en un naufragio cerca de las costas de Yemen. Más de medio millón de personas han efectuado en los últimos cinco años la travesía desde los países del Cuerno de África hacia Yemen, en una ruta por la cual aspiran a llegar a los ricos países del Golfo Pérsico.
21. Recordamos al joven emigrante desaparecido en aguas del Estrecho de Gibraltar mientras intentaba cruzarlo en una barca hinchable, junto a otros cuatro inmigrantes que fueron rescatados por Salvamento Marítimo, el pasado 13 de junio.
22. Recordamos a Asbar, Asna ya los pequeños Mohammed y Bashir, ahogados en aguas libias el pasado 16 de junio, junto a un centenar de prófugos procedentes de Ghana, Malí y otros países del Árica subsahariana.
23. Recordamos a todos nuestros hermanos inmigrantes, que después de haber llegado a España y a Europa en busca de un futuro mejor, viven situaciones de pobreza, abandono, enfermedad y desarraigo. Recordamos a todos los que son objeto de discriminación en sus múltiples formas. Recordamos a todos los recluidos en Centros de Internamiento, privados de sus derechos de forma injusta.
24. Recordamos a todos los hombres, mujeres y niños que han muerto en cualquier lugar del mundo, intentando atravesar las fronteras, visibles o invisibles, que dividen este mundo entre ricos y pobres. Recordamos a José, Jaime, Pilar, Francisca, Joana, Merlín y Esteban, que forman parte de las 443 personas que han fallecido durante 2013 en el desierto mejicano intentando entrar en EEUU.
25. Recordamos a los más de 50 millones de personas que en el mundo han huido de sus casas y se encuentran refugiadas dentro o fuera de su país. Especialmente recordamos a las víctimas del conflicto en Siria, en Irak y a las víctimas de los conflictos en África. Pidamos al Señor que acaben todas la guerras, auténticas madres de la pobreza, y que este mundo nuestro conozca finalmente una nueva estación de paz. Este verano, miles de niños Sirios se arriesgan a perder su vida huyendo del conflicto.
26. Vela, Señor, por todos los que se ven obligados a abandonar su tierra, en busca de trabajo y seguridad. Toca las mentes y los corazones de todos para que seamos vulnerables al grito del pobre. Que tu Espíritu suscite testigos y profetas que sepan construir un mundo sin exclusión ni pobreza.


Habilidad y delicadeza, calor de hogar



Entre lo malo que soy con la cámara, y lo intempestivo de la hora en que la accioné, ha salido un reportaje que no muestra la calidad de los trabajos expuestos. Sírvanse las personas visitantes, visionantes y lectoras disculparme el atrevimiento.
Disfruten, sin embargo, de los colores y las filigranas, las formas y la diversidad de textura de cuanto han realizado las señoras vecinas del Barrio de La Cañada, Valladolid.
Este reportaje es para ver y escuchar. Sobran las palabras. Me callo. Punto.







Las pregoneras, aunque sean abuelas, también hacen cola



Hoy, segundo día de fiestas, en La Cañada tenemos paella. Pa nosotros. Y nos la hacen en casa, para que no tengamos que salir. Por un módico 1,5€ un plato hasta los topes. O macarrones con tomate y chorizo. A elegir.
A la sombra de los chopos, sobre la yerba, esperamos que el viento del sur consintiera que el arroz terminara de hacerse. Llevó su tiempo.
Tres, enormes, pantagruélicas paelleras fueron necesarias. El perolo de los macarrones no sale, pero allí estaba.
De los dos comí, en abundancia y con apetito. Cola, sangría o vino, a elección.
Si al principio todo era un guirigay, saludos, carreras y hasta futbol infantil, en cuanto los platos fueron servidos, el silencio se adueñó de todo el lugar. Ni ruido de vasos, ni de tenedores. Todo era de usar y tirar.
Pero cuando fueron liberados de su uso, aquello volvió a estar como al principio. Limpio y presentable.
No seríamos cuarenta mil almas. Pero con los cuerpos, allí comimos más de cien, entre mujeres, varones e infantes. 
Añadido a última hora del día: de la recaudación obtenida a base de 1,5€ por ración de paella y/o macarrones, la tesorera de la asociación me insta para que corrija la cifra; debe escribirse doscientos. Y yo me pregunto: ¿se habrán conseguido trescientos euros? ¡Somos ricos!

Otro hueco en el muro



Llevo ya un tiempo acercándome a los sitios a través de un lector de RSS, con lo que me pierdo en cercanía lo que gano en eficacia informativa. Lo cual no es del todo cierto, pero se le parece.

El caso es que tarde me entero de que una página fija en mis primeras lecturas mañaneras ha dejado de estar habitada: Jan Puerta ha muerto.

Confieso que más que lector de su obra he sido “mirador” a través de su manera de mirar la realidad. Cada mañana me sentía interpelado por sus fotografías. ¡A ver con qué me sorprende hoy! Y en efecto, siempre había novedad.

Si tierna resultó la serie de los perros, mucho más impactante fue la de los rostros. Esa mirada, que no era indiferente ni distante, me daba cada día una bienvenida a la vida que me servía mucho más que el rezo de maitines. Incluso cuando eran paisajes, había humanidad en la materia muerta.

Alguna vez dejé alguna palabra, tarjeta de visita más que comentario. Hoy voy a entrar y diré algo, aún no sé qué. Tal vez sólo ¡gracias!

¿Debería ser más explícito? Con él creo que no.

Duro como el roquedal



La tenacidad es el único arma que conozco que considero capaz de vencer a la fatalidad. Eso de que las cosas tienen que ser como son, y que ante esto sólo queda aguantarse, e.d., ajo y agua, nunca ha ido conmigo. Y así me va…
Pero sigo nadando. Es decir, hiendo…
Las reglas son para observarlas, se dice. Y hay quien en nombre de la corrección se empeña en poner puntos y comas, mayúsculas y suspensivos, a quien prescinde de todo ello porque no se quiere atar, o porque brinda a quien le lee la libertad de pararse y suspirar donde le pete.
Hay también quien se quiere dar a notar escribiendo en las paredes. Sea buena o mala, una frase ahí no cabe. Y si “ha cabido” por la razón de la fuerza… o de la nocturnidad… o del cobarde anonimato, es también razón oponerse a base de tierra blanca, sea talco, sea greda.
Finalmente no falta quien te mira mal porque pasas y no genuflexas, miras y sonríes, caminas y cantas, paseas a tus perros mientras rezas, vas en bici a tu edad…
Tengo un ángel de la guarda que se lo cedo a quien lo pida. Cada vez que me ve, me mira de arriba abajo, de abajo arriba, y piensa ¡qué mal viste este pavo!
Lo malo es que algunas veces osa decírmelo.

El sur que no perdió el norte
Paz Altés, la pregonera; Benedetti, de versificador; y La Cañada, en fiestas




Quería estar y no perdérmelo, aunque no lo tenía fácil. Habían adelantado la fecha, porque el salón municipal del centro cívico no estaba disponible el viernes y tenía que ser en jueves. Si no viniera nadie al despacho, pensaba yo, cierro la puerta y me escapo.
Pero no fui nada previsor y no tenía nada preparado.  Así que, en cuanto puse la máquina en posición, advertí mi fallo: no tenía casi espacio en la memoria ni carga en la batería. Con todo, confié en que Paz no se alargara demasiado y pudiera cogerlo todo.
Paz Altés ha sido la pregonera de las fiestas de La Cañada, y lo ha bordado; en tanto que yo la he pifiado.
Aquí os dejo casi íntegra su intervención.
Y aquí, además, el texto completo del pregón, cedido a tiempo, antes de que sonara la campana, para ser publicado “urbi et orbe”, a todo el mundo mundial:
Querida Domi, concejala de Atención y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Valladolid; presidenta y miembros de la directiva de la Asociación de Vecinos “Poeta José Zorrilla”; vecinos y vecinas de La Cañada y de todo este entrañable "sur" de Valladolid; amigas y amigos, muy buenas tardes.
…Supongo que da igual lo que diga, porque, de cualquier forma, parecerá que es falsa modestia… Pero quienes de vosotros me conocéis un poco más, a lo mejor sí intuís que lo que voy a decir es cierto: A mí lo que se me da bien es "otra cosa"; de lo que yo sé es de otras cosas; lo de hablar en público no es lo mío y me encuentro bastante fuera de lugar… Sin embargo, de lo que no quiero que nadie tenga la más mínima duda es de que, para mí, es un verdadero honor ocupar este estrado y poner voz y sentimiento al acto de pregonar y anunciar que, desde este momento, el auténtico “fondo sur” de nuestra ciudad, el que constituimos los vecindarios de La Cañada y barrios adyacentes, se levanta, ese “fondo sur”, no en armas, sino en fiestas, y lo hace para celebrar, precisamente, la alegría de la vecindad.
No se si os ocurrirá a vosotros, pero yo, a medida que voy haciéndome mayor, creo menos en las casualidades. Así que, partiendo de la base de que vuestra invitación no ha sido casual y ha surgido del cariño, tendréis que permitirme que dé por buenas algunas otras cosas. Como que no fuera “casual” que, hace ya 14 años, mi familia y yo nos trasladáramos a Santa Ana; ni que, mi hija y mi nieta hayan llegado a ser, con el tiempo, vecinas de Las Villas; o que, también con el tiempo, confiéis en mí para guiar vuestros paseos culturales por la ciudad; o para ser vuestro interlocutor frente al Ayuntamiento para seguir peleando por ese proyecto que nos traemos entre manos y que, cuando lo logremos, convertirá La Cañada en una ruta urbana desde la que rendir homenaje y poner en valor el pasado trashumante de la zona…
Y todo eso, por no mencionar el hecho de que entre mis responsabilidades laborales como funcionaria del Ayuntamiento de Valladolid, se encuentre, desde hace siete años, la coordinación de la Casa de Zorrilla, cuando –¡¿otra casualidad?!– la asociación de vecinos de la zona lleva precisamente el nombre de nuestro gran poeta, a pesar de que ni su lugar de nacimiento ni el resto de su biografía guarde una relación específica o concreta con estos pagos…
Lo digo con convicción. A estas alturas de “mi” película, estoy segura de que mi sitio esta aquí, entre vosotros, por algún motivo. De hecho son muchos los sentidos que le otorgo, si pienso en lo que mi vida es ahora…
Que no siempre fue así, todo hay que decirlo. En casa de mis padres, que vivían en la calle Pedro Niño, frente a la iglesia de San Lorenzo, nunca hubo coche. Ni mi madre ni mi padre condujeron jamás (afortunadamente… ). Mis abuelos paternos tenían su casa en la carretera de las Arcas Reales y eso es lo más al sur de Valladolid donde yo llegué durante años, a excepción de la visita a “las ferias”, cada septiembre, cuando éstas aún se instalaban en La Cañada. Cuando terminé los estudios en la universidad, oposité al Archivo Municipal y obtuve la plaza en el año 1990; y ahí comenzó mi particular historia de amor con Valladolid, que, poco a poco, se ha convertido en el centro de mi actividad profesional y en uno de mis principales temas de interés, si no el que más.
El trabajo en el Archivo Municipal, primero, y en el Centro de Publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, después; me ha mantenido siempre muy cerca de los lugares, de las personas y de los libros en los que se genera y a través de los que se transmite el conocimiento de tema local. Durante casi 25 años, he tenido la gran suerte de pasar miles de horas, asistiendo el trabajo de los investigadores, los historiadores y los demás estudiosos de nuestra ciudad; y eso lleva años fascinándome… y que me ha calado hasta los huesos. Por eso, cuando puedo contaros algo que sé al respecto y lo que recibo es atención, y lo que percibo es curiosidad y máximo interés, no podéis ni imaginaros la satisfacción que puedo llegar a sentir…
En menos de dos años, en marzo de 2016, si no estoy mal informada, la Asociación de Vecinos “Poeta José Zorrilla” cumplirá 40 años. 40 años de presencia formal en la acción vecinal vallisoletana. Habrá que celebrarlo por todo lo alto, sin miedo y sacudiéndose todos esos complejillos que a veces no nos dejar ver tres en un burro…
Esta comunidad vecinal ha sido, durante décadas -en todos los sentidos- “el sur” de una ciudad demasiado concentrada en, como suele decirse, “encontrase a sí misma” y “creerse su propia historia”. Y mientras todo esto ocurría en el resto de latitudes ciudadanas, aquí, en “el genuino sur de Valladolid”, se luchaba por la supervivencia, al tiempo que se iba construyendo una identidad y una personalidad muy especiales.
El barrio vive ahora una etapa de madurez, cuyas mieles os animo a disfrutar y paladear cuanto podáis. De hecho, yo ya os he conocido así: como titulares de una madurez colectiva serena y equilibrada que se ha alcanzado con el esfuerzo de todos. Tenemos la gran suerte de vivir en una zona de la ciudad en la que “historia” y “memoria” tienen aún la misma extensión; el mismo alcance; y quizás ése sea uno de los principales rasgos que nos caracterizan y, sobre todo, que nos permiten cultivar comunalmente (probablemente sin ser plenamente conscientes de ello), determinados valores o actitudes que hoy llaman poderosamente la atención, por… infrecuentes. Entre ellos: el culto a la tradición, el respeto a los mayores y la práctica solidaria perfectamente normalizada.
Quizás no os deis demasiada cuenta, o no le otorguéis toda la importancia que tiene. Pero ésa es la imagen que proyectáis al exterior, al resto de vallisoletanos. La imagen de un barrio cohesionado; que ha sabido mantener su personalidad originaria y conciliar su idiosincrasia con los cambios que ha ido imponiéndole el desarrollo urbanístico y los cambios sociológicos y demográficos. A menudo decimos que tal o tal zona “está irreconocible”… Pero eso, sin embargo, no ha sido y no es de aplicación a Las Villas, o a La Cañada… Aquí todo continúa siendo perfectamente “reconocible” a pesar de los cambios estructurales, las nuevas dotaciones, los nuevos servicios o los nuevos… “compañeros de viaje”. ¿Cuál es vuestro secreto? Y digo “vuestro”, porque yo poco he contribuido a ello, la verdad…
Para mí que ha sido, fundamentalmente, la magia de las personas. Porque si algo he aprendido a vuestro lado, durante estos últimos 14 años, es que en Las Villas y en La Cañada, la importancia de los nombres propios ha sido y continúa siendo decisiva. Y ahí radica la magia de este sur y, sobre todo, su fuerza.
Bravo por vuestros abuelos, por vuestros padres, por vuestras familias. Por ese querer y saber acoger e integrar entre vosotros a todos aquellos advenedizos que, como yo misma, hemos puesto en peligro vuestra tranquilidad y vuestros ritmos, trayendo con nosotros excesos importados de un centro urbano alocado y tantas veces inconsciente e insensato. Bravo por vuestra parroquia y bravo por vuestra Asociación de Vecinos “Poeta José Zorrilla”. Por vuestra lucha, vuestras victorias e incluso por vuestro “saber perder” cuando el guión de la historia axial lo ha requerido. Bravo, en definitiva, por haber conseguido que el sur no perdiera el norte…
Sí, creo que ese sería un título perfecto para vuestra historia: “EL SUR QUE NO PERDIÓ EL NORTE”… (¿quién sabe?, a lo mejor podían hacer incluso una película… ).
El poeta Mario Benedetti tiene un hermosísimo poema, que a mi me encanta y me emociona siempre, titulado El sur también existe, con cuyos últimos versos me gustaría despedirme, queriendo, con ello, dejar constancia de lo orgullosa y lo afortunada que me siento de pertenecer y “militar” en vuestro “equipo”, que, ahora, es también el mío; y de lo agradecida que os estoy al permitirme ser parte de lo vuestro, incorporarme a vuestras dinámicas, beneficiarme de vuestra obra y conocer, de vuestra mano, lo que el auténtico sur de mi ciudad encarna.
El poema de Benedetti dice así… ¡Va por vosotros!
Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de Chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con su gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

Pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.

Muchísimas gracias.
Feliz celebración. Feliz verano y, de corazón, ¡Larga vida a La Cañada! Y que todos nosotros lo veamos…

Desandando los pasos de La Esgueva (ramal norte)



Esta vez tocaba en martes y no sabía si podría participar, aunque fuera incorporándome sobre la marcha. No se me logró. Así que hablaré de memoria y contaré con que me entreguen fotos del paseo aguas arriba del Esgueva.
Empiezo por los papeles que Paz Altés ha repartido a los señores y señoras paseantes.
Un poco de historia…
El río Esgueva nace en la sierra de La Demanda, de la cordillera Ibérica, provincia de Burgos, y es afluente del río Pisuerga, al que se une en la ciudad de Valladolid tras recorrer 116 km por las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid.
El nombre “Esgueva” (raíz: esk + sufijo: eva) podría hacer referencia tanto a su carácter dañino o peligroso como a la característica de estar ramificado tanto en su nacimiento (sus dos manantiales nacen en Espinosa de Cervera y en Briongos de Cervera), como antes de su desembocadura en el Pisuerga. Esta etimología podrá explicar el hecho de que se le nombre en femenino, toda vez que al referirnos a él como “dos ríos”, el término latino para el neutro plural sería “flumina esqueva”, del que habría heredado un presunto género femenino.
Después de superar la localidad de Renedo, el río se divide en dos ramales y entra así en la ciudad de Valladolid. Un ramal, más al norte, entraba en la ciudad por el Prado de la Magdalena, la calle Esgueva, caños de la Catedral, Platerías, Val y desembocadura en el Pisuerga. Y un ramal, más al sur, que entraba en el término municipal por las puertas de Tudela, la calle Panaderos y la calle Rastro, hasta su desembocadura en el Espolón. El ramal norte era atravesado por 13 puentes: el ramal sur, por 4.
El Esgueva a su paso por la ciudad fue tradicionalmente considerado como aliviadero de inmundicias y la Corporación Municipal proyectó, primero, su cubrición, tramo por tramo, a partir de 1849; segundo, su encauzamiento y desvío, desde 1890, según proyecto de Ricardo Uhagón; y, tercero, su relleno y drenaje, en 1909 y 1914, respectivamente.
El salto de agua, en la desembocadura del Esgueva, se construyó y puso en marcha entre 1924 y 1929, cuando se licitó su aprovechamiento hidroeléctrico.
El río Esgueva ha dejado muchas huellas en la literatura. La más popular es, sin duda, la generada al amparo del enfrentamiento entre los poetas Luis de Góngora y Francisco de Quevedo.
Dijo Góngora…
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva este río crecido,
Y llevará cada día
Las cosas que por la vía
De la cámara han salido,
Y cuanto se ha proveído
Según leyes de Digesto,
Por jueces que, antes desto,
Lo recibieron a prueba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva el cristal que le envía
Una dama y otra dama,
Digo el cristal que derrama
La fuente de mediodía,
Y lo que da la otra vía,
Sea pebete o sea topacio;
Que al fin damas de Palacio
Son ángeles hijos de Eva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva lágrimas cansadas
De cansados amadores,
Que, de puro servidores,
Son de tres ojos lloradas;
De aquél, digo, acrecentadas
Que una nube le da enojo,
Porque no hay nube deste ojo
Que no truene y que no llueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva pescado de mar,
Aunque no muy de provecho,
Que, salido del estrecho,
Va a Pisuerga a desovar;
Si antes era calamar
O si antes era salmón,
Se convierte en camarón
Luego que en el río se ceba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, no patos reales
Ni otro pájaro marino,
Sino el noble palomino
Nacido en nobles pañales;
Colmenas lleva y panales,
Que el río les da posada;
La colmena es vidriada
Y el panal es cera nueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, sin tener su orilla
Árbol ni verde ni fresco,
Fruta que es toda de cuesco,
Y, de madura, amarilla;
Hácese de ella en Castilla
Conserva en cualquiera casa,
Y tanta ciruela pasa,
Que no hay quien sin ella beba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.


Y contestó el jovencísimo Quevedo…
Ya que coplas componéis,
ved que dicen los poetas
que, siendo para secretas,
muy públicas las hacéis.
Cólica dicen tenéis,
pues por la boca purgáis;
satírico diz que estáis;
a todos nos dais matraca:
descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis.

De vos dicen por ahí
Apolo y todo su bando
que sois poeta nefando
pues cantáis culos así.
Por lo cual me han dicho a mí
que desde hoy en adelante
diga que obras vuestras cante,
por el mandado de Apolo,
con el son de un rabel sólo,
un rabadán ignorante.

No hay música donde estén
vuestros inmundos trabajos:
que si suenan bien los bajos,
los tiples no suenan bien.
Y cuando tonos les den
de los que el vulgo levanta,
¿cuál hombre o mujer que canta,
si tiene cabeza cuerda,
a pies de coplas de mierda,
hará pasos de garganta?

Con Esgueva es vuestro enojo;
nombre de sucio le dan,
siendo, de puro galán,
todos sus males de ojo.
Con mucha razón me arrojo:
que sólo los bien nacidos
celebramos atrevidos;
que en otra conversación,
por ser sucios, como son,
no pueden ser admitidos.

Vuestros conceptos alabo
pues, de pura buena pesca,
los hacéis a la gatesca,
pues los hacéis por el rabo.
Tenéis un ingenio bravo,
hacéis cosas peregrinas,
vuestras coplas son divinas;
sino que dice un dotor
que vuestras letras, señor,
se han convertido en letrinas.

Que alabe será muy justo
vuestras coplas mi voz sola,
pues por ser todas de cola,
se pegan a cualquier gusto.
Desde el scita al negro adusto,
y desde el Tajo dorado
al Nilo tan celebrado,
no hay ingenio tan machucho
ni crecido; mas ¿qué mucho,
si crece de estercolado?

Son tan sucias de mirar
las coplas que dais por ricas,
que las dan en las boticas
para hacer vomitar.
Un nombre os ando a buscar
que os venga derechamente,
y hallo que os llama un valiente,
que de Córdoba os conoce,
poeta de entre once y doce,
que es cuando vacía la gente.

¿Adónde hallaréis excusa
para lo que vemos todos,
pues fue en verano y sin lodos
tan rabiosa vuestra musa?
Si acaso Circe o Medusa,
o juntas ambas a dos,
os han mudado, por Dios,
que olvidéis tal prelacía
antes que la policía
venga a conocer de vos.

Yo, por mí, no pongo duda
en que las coplas pasadas,
según están de cagadas,
las hicisteis con ayuda.
Más valdrá que tengáis muda
la lengua en las suciedades;
dejad las ventosidades:
mirad que sois en tal caso
albañal por do el Parnaso
purga sus bascosidades.

Recorrido de la ruta

1. Plaza del Poniente (puente de la cárcel)

2. Plaza de la Rinconada (puente de San Benito)

3. Plaza del Val (puente del Val)

4. Calle del Conde Ansúrez

5. Bajo Platerías (puente de la platería)

Calle Ramón Núñez


6. Plaza de Cantarranas (puente de los Gallegos)

 Calle Gallegos

Calle Tintes



Plaza de la Libertad


7. Plaza de Portugalete (puentes de las Carnicerías, Magaña y Bolo de la Antigua)

Calle Magaña


Calle Arzobispo Gandásegui


Calle Echegaray

Calle Solanilla

8. Calle Esgueva (puente de la Cancelada)

Calle Esgueva, cruce con La Antigua y Marqués del Duero

Calle Marqués del Duero

9. Calle Paraíso (puentes de la Puebla y Revilla)

10. Calle de Sanz y Forés (puente de las Chirimías)

11. Calle del Prado de la Magdalena (puente y molinos del Prado)

 
El paseo discurrió a partir de aquí por el curso actual del Esgueva (nótese que utilizo el masculino, se trata de un río, no de una ría) hasta su caída en cascada sobre el Pisuerga.


Según me han contado, aunque amenazaba lluvia, el buen humor acompañó a la concurrencia durante todo el trayecto.


El Parque Ribera de Castilla, paso obligado, estaba poco concurrido a esas horas y todo terminó felizmente.
Y ahora llega el resto del paquete fotográfico, todo él referido al final del curso actual del río Esgueva y colocado por orden de subida… o de bajada.


Una curiosidad: Pocas personas de las presentes, no así alguna ausente, ignoraba dónde está la calle Gallegos. Es el paso natural, junto con la calle Tintes, y más corto de Cantarranas a Portugalete, entre el 6 y el 7.

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