Mostrando entradas con la etiqueta Recuerdos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Recuerdos. Mostrar todas las entradas

Régulo




Cuando llegó el melenas y fue recibido por las autoridades del lugar, allí estaba él. Bien que discretamente. De oscuro, siempre de oscuro, y con su boina. Y el cigarro entre los dedos más que amarillos.
Y allí estuvo siempre. Se diría que le cogió cariño desde el primer momento.
Fue pastor toda su vida, incluso cuando ya no podía ni con los pantalones, y caminaba torpemente embotado por el morapio. Esa fue su desgracia. O su dicha.
Vivía junto al castillo, en una casa demasiado grande para él solo. Claro que su lugar natural era el campo, el monte, el valle, el páramo. Allí se sabía señor y dueño. Por allá se perdía cuando nadie sabía dónde paraba.
Le cogió cariño y le cuidó. En realidad, se cuidaron mutuamente.
Pastor ya sin ovejas, sin más objetivo en la vida que seguir tirando malamente, era el pobre de solemnidad del pueblo, motivo de escarnio para unos, persona entrañable para otros. Para el recién llegado, una sombra que se le pegó desde el principio y no le abandonó más que cuando las cosas se hicieron imposibles y hubo que poner tierra de por medio.
Café y cigarrillos, setas y pollos, apenas algunas pocas provisiones para asegurar su subsistencia, el tiempo pasaba entre los dos como si no tuviera ganas de correr, como si no tuviera prisa, como si no hubiera otra cosa de por medio.
¡Cuántas noches, ya tarde, llegaba el advenedizo de la gran ciudad, con el cuerpo roto de unas y otras cosas, y se encontraba su casa caldeada porque Régulo había atizado la gloria con amor y con ganas! Y el melenas se enternecía y casi lloraba de agradecimiento.
A Régulo le hicieron malas pasadas en primer lugar él mismo, que fue un calamidad; pero luego, y también al mismo tiempo, aquel pueblo endiabladamente puñetero, donde uno de fuera siempre era un extraño, aunque resultara buena gente. Osco hasta la saciedad, el vecindario era tan poco hospitalario y acogedor con los de sangre ajena como contemporizador e indulgente con los del propio linaje.
Pero Régulo era de ellos, no tenía otras raíces. Y los conocía, vaya que los conocía. Por eso le aconsejaba al de los pantalones lila que tuviera mucho cuidadín, que ojito con lo que hacía y decía, que nunca se sabía por dónde iban a llegar los tiros.
Y también cuidó el jardín. Sí, una nadería de rincón, dentro del patio encementado, donde dieron en poner tierra y alguna que otra planta, siquiera por mostrar que aquella vieja y enorme casa rectoral tenía alma.
Hombre de campo, curtido en mil batallas, se movía silencioso. Conejos, pájaros de toda clase, espárragos trigueños o lechuguillas silvestres, qué se yo, siempre tenía aderezada una comida que qué mala pinta tenía, pero olía… divinamente.
A Régulo no le faltaron en su tiempo pequeños donativos derivados de la matanza, que aún se practicaba regularmente. No faltó quienes con él compartieron pequeñas cosillas, en honor a los viejos tiempos. Pero era el cura el que, por oficio y menester, ostentaba la plena autoridad en lo que a su cuidado se refiere.
Pero en realidad fue un intercambio, más bien un mutuo y recíproco sostenimiento, del que ahora, mientras espero que me extraigan el tercer molar, dicho sea cordial, puñetera muela del juicio, hago recordatorio, porque se me ha venido a la memoria aquella persona sencilla, callada, entrañable, bienaventurada, y siempre cariñosa hacia mí que fue Régulo.

¿Suerte, o mala suerte?


¡Qué suertudos! gritábamos los de mi equipo al caer derrotados por los contrarios. Un sábado sí, y otro también. Era el día en que teníamos deporte en los campos de allende el río. Ni siquiera conseguíamos un empate; indefectible, ellos ganaban.
¡La suerte! Esa palabreja que no sé en realidad qué significado tiene, la he escuchado a lo largo de mi vida demasiadas veces. Incluso yo la he utilizado también de cuando en cuando. Aunque poco, la verdad.
Por ejemplo, cuando a mi hermano le correspondía escoger primero, o le apartaban la parte más grande, o le llevaban los abuelos de viaje, o se iba con tío Marce al estadio a ver al Real Valladolid, o sencillamente cuando porque era mayor que yo tenía voz y voto en tanto que yo sólo oír, ver y callar.
¡Vaya suerte!, seguramente imaginé en mi interior mirando a quien se ennovió con una chavala, convencido de que esa posibilidad me estaba vedada. Incluso me parece recordar, como en sueños, haberlo verbalizado, y que alguien al escucharlo me reprendió, no sé si cariñosa o ásperamente.
¡Qué suerte! pensé el día en que mis compañeros fueron ordenados, enrabietado y sin saber por qué yo estaba en el dique seco,  ignorante de qué secretos de mi vida me impedían estar junto a ellos en aquellos momentos.
¡Eso es suerte! rumié otro día, mucho tiempo después, cuando participaba en la celebración de la dedicación de una iglesia que llevaba como párroco otro compañero, cuyo coste de construcción había corrido en su totalidad por cuenta de la administración diocesana, en tanto la nuestra la estábamos haciendo nosotros por nuestros medios, y aún faltaba la tira por hacer.
Ahora, al mirar hacia atrás, no echo de menos esa suerte –o su ausencia– que invoqué en ciertos momentos. O tal vez sí. En todo caso ni le culpo ni le atribuyo valor alguno. Las cosas me han salido como tenían que salirme, unas tras mucha reflexión y otras en un pronto irreflexivo. Siempre, sin embargo, dando todo, cerrados los ojos no para no ver, sino para embestir mucho mejor; empeñado en tirar para adelante y decidido a no dejarme acogotar ante ningún obstáculo.
Viene esta exposición a cuento de unas palabras que he escuchado a José Mourinho, técnico del Real Madrid, aduciendo que “la suerte ha marcado la diferencia” en el encuentro de fútbol Real Madrid – Barcelona. Su equipo perdió. No vi el partido, entre otras cosas porque aproveché el follón de ese encuentro para disfrutar de la piscina vacía y toda disponible para mí. Pero los retazos que luego han reproducido por la tele del fútbol desarrollado por ambos equipos no dan lugar a engaño: ¿al saber lo llaman ahora suerte?
Esta mañana, cantando con mi gente Las mañanitas a la Virgen de Guadalupe, al final de la celebración de la Eucaristía, al percibir que el vocerío tipo karaoke apenas dejaba oírse a la instrumentación musical de la megafonía, fui consciente de lo agraciado que soy, que he sido durante toda mi vida, y que no tengo motivos para pensar que no lo sea en el futuro.


¡Tiene gracia que yo sea afortunado!             




Esta peli no la llegué a ver



Un niño de 12 años, en 1960, conoció esta escena mirando los carteles publicitarios de la película en los escaparates de los comercios de su ciudad. Era "gravemente peligrosa", según decía el letrero. Y él se preguntaba dónde estarían los indios malvados, los nazis sanguinarios o los feroces leones que amenazaban a la señora mayor, tan rubia y tan escotada; el señor no parecía malo, el agua no cubría casi y el frío se aguanta. ¡Dónde estaría lo divertido! Y se marchó todo contento porque era día sin cole y a la tarde en el Capitol echaban dos de vaqueros, en sesión continua.

*  *  *


«'La dolce vita' no era una gran película. Existe por aquella escena increíble, estábamos yo y Marcello. Más yo, la verdad. Estaba bellísima, lo sé»

«¿Quiere saber si me siento un poco sola? Sí, un poco sí. Pero no me arrepiento de nada. He amado, he llorado, he vencido y he perdido. No tengo marido ni hijos».

*  *  *

(La fontana de Trevi sigue igual y en el mismo sitio, según me informan amigos que han estado recientemente en Italia; pero Anita Ekberg, la musa de 'La dolce vita', icono sexual del cine, ha acabado en una clínica de monjas de Nemi, cerca de Roma. Allí ha cumplido 80 años, en una silla de ruedas tras romperse las dos piernas y sin apenas visitas.)

¿Que dónde estaba el 11-S?


Hay preguntas que no merecen contestarse, pero en ocasiones se hace necesario darles respuesta, aunque lo que en realidad nos gustaría es decirle a la persona que interroga si está tonta, o está tonta.
Por supuesto que al hacer esta pregunta, planteada en un diario de ámbito estatal, que a su vez lo toma de un medio internacional, nadie pretende enterarse de en qué estábamos entretenidos el día 11 de septiembre de 2001 a la hora de comer, más o menos. Intenta hacernos caer en la cuenta de la importancia que le hemos dado al ataque contra el Center neoyorquino y otros lugares estratégicos de EEUU de América del Norte.
Parten del presupuesto, -esto lo supongo, que no lo sé-, de que tal hecho ha marcado por entero la vida de todo ser humano. Y casi seguro que no se equivocan. Pero, planteada así la preguntita, tiene bemoles.
Por supuesto que recuerdo aquel día, como recuerdo dónde estaba, con quién, qué hacía, y qué hice a partir de aquel momento. Ya lo he narrado en este blog, y también he expresado lo que se me ocurrió a partir de las imágenes que recibí y luego de la información que pude recabar. Todavía, diez años después, sigo perplejo.
Hay momentos de mi vida que no olvido. De unos recuerdo fechas, de otros circunstancias de lugar y modo, de la mayoría unos detalles significativos. Supongo que esto se debe a la manera como han influido en mí, a la trascendencia que han supuesto para mi vida a partir de ese momento, de lo ansioso que estaba porque sucedieran o de la sorpresa con que los recibí y digerí.
Este hecho, el 11 S, no pertenece a ninguno de ellos. Es punto a parte. Vivo en la creencia de que no ha tenido ninguna repercusión en mi persona, a pesar de que el mundo y la historia han quedado marcados para siempre. Tal vez me ocurra que aún no he terminado el período de duelo que los expertos afirman que si no se concluye correctamente sigue ahí coleando per saecula saeculorum. Tal vez.
Los hechos que recuerdo como significativos de mi existencia, y de cuyas circunstancias podría pormenorizar detalles nimios, son estos que ahora voy a enumerar por orden cronológico:
- El día que maté un pollo con un palo y mi tía Susi me encerró en el ropero. Menuda regañina le endilgó mi madre cuando llegó a casa. Tenía cinco años, vivíamos en una finca a las afueras, y mi madre no echó aquel día a su hermana de casa de purito milagro.
- Mi primera comunión. Fui feliz, rodeado de mi familia más cercana. Un auténtico “ángel”. 19 de mayo de 1955. Siete añitos recién cumplidos.
- Mi primera noche en el convento. Todos me habían felicitado cuando dije que me iba para allá, pero entonces me la pasé entera llorando bajo las sábanas.
- El día que me salí del convento. Más contento que unas pascuas. Lo malo fue que todo el resto se lo tomó muy mal.
- El día que me enamoré como una cosa tonta. Como para no recordarlo, con el subidón que tuve y lo que me duró tal trauma. No cuento más, top secret.
- El día que me llamó mi madre para decirme que mi padre tenía cáncer. Tenía yo 22 años y estaba de exámenes de junio. Año 1970, si error.
- El día que me dijo Don José, mi Arzobispo, que el domingo de la semana siguiente me ordenaba. Era sábado, 7 de junio de 1975, 17:30 horas. ¿Sabéis lo que es preparar algo de festejo y avisar a las amistades en tan poco tiempo? Ahora las cosas se hacen con un año mínimo de antelación. ¡Tiempos!
- El día que Don José me ordenó: 15 de junio de 1975, en la catedral. ¡No me lo creí! ¿Yo cura?
- El día que celebramos la Eucaristía en la vaquería travestida de capilla. Fue en el patio porque no cabíamos en otro sitio. Fue el 29 de junio de 1981 y hacía un sol de justicia. Un día completo, tras varios meses de mucho trabajar en derribos y similares.
- El día que me nombraron párroco de una parroquia sin iglesia, algo así como capitán de barco sin ni siquiera barquichuela: 15 de agosto de 1984, y me acompañó José Velicia.
- El 11 de mayo de 1999 ofrecí a mi Arzobispo, Don José, un templo nuevo que entre todos habíamos construido, para uso parroquial. Nadie nos dio un duro, tampoco yo daba una peseta por nuestro proyecto cuando nos lo planteamos. Pero lo conseguimos.
- El fallecimiento agónico de mi madre. Un sábado, vísperas de La Ascensión. Eran las 20:00 horas del 7 de mayo de 2005.
- La dormición de mi padre (sic), un domingo, a las 12:30 horas. El 10 de julio de 2005. Dejé el altar vacío y a mi gente esperando, y salí escopetado. Me llevaron en volandas.
Tengo espacio disponible, pero ya no espero que me ocurran sucesos que merezcan la pena tomarse la molestia de anotar. Eso creo al menos.
El 11-S, como el 11-M, cabe la posibilidad de volverse a repetir, habida cuenta de que según la ley de Murphy todo lo malo que pueda suceder, con toda seguridad sucederá. Llevo tiempo armándome para que ya nada me sorprenda.

Una foto para una exposición



Hoy ha amanecido cálido y gris. Poco movimiento y ruido escaso. El correo, vacío. Día de lavadora y de rellenar frigo y despensa. Un día más, pero lunes. Momento de poner algún aviso…

El caso es que el otro día buscando una foto que existe de mi hermano y yo, niños y en pololo yo y él en pantalón corto, encontré esta otra cosa. Se trata de un carné que me hicieron en el Clínico de San Carlos, en los madriles.

Lo creí perdido, ¡la de veces que he extraviado o me han sustraído la documentación junto con la cartera! Lo llevo siempre conmigo, como el caracol con su concha. Así pasa lo que pasa.

La foto que buscaba sigue aún disparu, pero este carné sí que está en el baúl de mis cosas, qué suerte que aún lo conserve.
Desde luego que ya está superado, que ahora sólo soy AB+, que el sub 1 ya no vale, ha quedado ampliamente derogado por inútil, por inexpresivo, por ineficaz.

Tampoco la foto mía que lo acompaña vale ahora tres pimientos. Cara barbilampiña, jovenzuela ,insulsa y lela, cuello despechugado habitual, peinado al aire e impersonal, nariz tirando a superlativa…

La firma ilegible para mí, no lo será para Julita que fue la gestora del hecho en cuestión, y que su buena memoria también -si bucea un poco- identificará. ¿Qué doctor en medicina me lo ratificó?

Pongo esto a propósito de un comentario que he colocado en el blog de emejota, sobre atardeceres y otoñales edades, donde dije que mis sueños siempre me llegan despierto.

El día se va aclarando, y el sol dice aquí estoy, que es agosto y es mi tiempo. Y le dejo que alumbre y caliente, y que siga haciéndolo en otoño y en invierno, que es cuando a mí más me conviene.

El tiempo es para usarlo, del mejor modo posible. Y también para perderlo con bobadas como ésta, que no sirve para nada, pero está diciendo estás vivo, fuiste esto y lo otro, ahora sé lo que tú quieras o lo que te dejen y consientan.

Seguidores

Etiquetas

20 N Abraham Abstención Abuelez Abuso de menores Abuso de poder Abusos sexuales Acacia Acebo Aceras Actualidad Acuario Ada Colau Adán Adolfo Suárez Adviento Aféresis Afganistán Afilador Afirmación África Agricultura Agua Aguaviva Agustín del Agua Agustinos Filipinos Ain Karem Aire libre Ajo Alandar Albert Einstein Alberto Cortéz Alberto Iniesta Albino Luciani Alcalde Aldous Huxley Alegría Alejandro Guillermo Roemmers Aleluia Alemania Alex Ubago Alfabetización Alfonso Álvarez Bolado Alfredo Velasco Alicante Alicia Martín Baró Alimentos CE Alma de las cosas Almendro Álvaro Pombo Alzheimer Amando López Amanecer luminoso Amapola Aminatou Haidar Amistad Amor Amusco Ana y Simeón Anacoreta Anastasio Rojo Ancianidad André Wénin Andrés C. Bermejo González Andrés Torres Queiruga Ángel Álvarez Ángel Galindo Ángel García Forcada Animaladas Aniversario Anthony de Mello Anton Chejov Antonio López Baeza Antonio Machado Antonio Machín Año nuevo Añoranza Aparcamiento Apocalipsis Apócrifos Árbol Argentina Arguiñano Armarios Armas Armonio Arte Ascensión Ascensor Asertividad Asesinato Aspidistras Astou Pilar Asunción Ataxia Atletismo Atrio.org Auditorio Miguel Delibes Ausencia Austeridad Autoconfianza Autoridad Avaaz Avería Avisos Ayelet Shaked Aymeric Picaud Ayuntamiento Azorín Azucenas Baltasar Garzón Banco de Alimentos Banco de España Barack Obama Barcelona Barrio de Delicias Barro Bartolomé Esteban Murillo Baruck Spinoza Bautismo Baxter Keaton Beagle Beatriz Cariño Beethoven Belén Benedicto XVI Benito Prieto Coussent Benjamín Prado Bernabé Berta Berto Bertolt Brecht Biblia Biblioteca Bicicleta Bienaventuranzas Bienve Blog Bloque Blowin’ in the Wind Bob Dylan Boda Boj Bolivia Bolsa Bondad Borja Borrado Breva Breviario Buena voluntad Buenos consejos Bufanda Bujedo Cabreo Cactus Cadarso Café Cala Calabaza Calendario Calidad de vida Cáliz Calor Calzado Caminar Camino Camino Astorga Redondo Camino del Pesquerón Campamento Campeonato Mundial de Fútbol Canal de Castilla Cáncer Cancha deportiva Canela Canena Cantabria Caracoles Cardenal Martini Caritas Cáritas Carlos Carlos Aganzo Carlos F. Barberá Carlos González Vallés Carlota Carmen Tablada Carnaval Carne Castilla Castromocho Castromonte Catecismo Catecismo Holandés Catedral Catequesis Caza CCP Cedro Celibato Celina Maricet Celtas Cortos Cena de Pascua Cenar Cenizas Censura Cervantes César Vallejo Change.org Chapuzas Charlot Chetán Chile China Chiquilladas Chispa Cielo Ciencia Cine Ciro Alegría Cisne Claudio Coello Claudio Sánchez Albornoz Clint Eastwood Clonar Cocina Codex Calixtinus Codorniz Coherencia Colegio Colesterol Colón Coltán Comadreja Comedor Social Comentarios Comer Comillas Compañeros Compasión Competición Compromiso Comuneros Comunicación Comunión Concilio Vaticano II Cónclave Concurso Conferencia Episcopal Española Confesión Congo Constitución Española Consumismo Contaminación Control Córdoba Cordura Corea del Norte Corea del Sur Coronavirus Corpus Corrección Correo Corzos Cosas Cosas de la vida Cosecha Creación Credo Crisantemos Crisis Cristales Cristianisme i Justícia Cristo Crucificados Crucifijo Cruz Cuadros Cuaresma Cuento Cueva del Cobre Cuidados Paliativos Cultura Cumbre sobre Clima de Copenhague Cumpleaños Curiosidad Dalí Dámaso Alonso Daniel Barenboim Daniel González Poblete Dante Dante Pérez David Déficit de atención Delacroix Delatar Delibes Delito informático Democracia Dentadura Denuncia Deporte Derecho Derecho a la intimidad Derecho Canónico Derecho de propiedad Derechos Humanos Desagües Desahucio Desaparición Desarrollo sostenible Descalificación Descubrimientos Desiderio Desilusión Despedida Despertar Día de los Sin Techo Diálogo Diapositivas Dietrich Bonhoeffer Difuntos Dignidad Dinamarca Dinero Dios Dios con nosotros Distopía Diversidad Dolor Dolores Aleixandre Domingo Don Dionisio Don Domnino Donald Jhon Trump Donald Zolan Doñana Droga Duda Duende Duero Ébola Ecce Homo Eclesalia Ecología Economía Edad Edelweiss Edición Eduardo Galeano Eduardo Haro Tecglen Ejercicios espirituales El Cid El club de los poetas muertos El Corazón de Jesús El factor humano El Gordo y el Flaco El Mal El muro de Berlín El Norte de Castilla El País.com El Papa El pinar El Pino El Roto El Salvador El tiempo Elba Julia Ramos Electricidad Eloy Arribas Eluana Emaús Emigración Emilia Pardo Bazán Emilio Calatayud Emisión Emma Martínez Ocaña Emoción En Portada Encinas Energía Enfermedad Enrique Barquín Sierra Enrique Estencop Equilibrista Erlich Ernestina de Champourcin Ernesto Cardenal Escalera Escritura Escuela Escultura Esfuerzo Esgueva Esopo España Esperanza Esperanza Aguirre Espíritu Estafa Estandarte de San Mauricio Estrellas Estrellita Castro Estudios Eta Eucaristía Eugenio Europa Euros Eurovisión Eutanasia Eva Evangelio Evidencia Evo Morales Expectación Extranjeros Eylo Alfonso Ezequiel Ezequiel Zaidenwerg Fabio Nelli Facundo Facundo Cabral Familia FAO Fe Febrero Federico García Lorca Feedly Felicidad Felicitación Felipe Felipe VI Félix López Zarzuelo Félix María Samaniego Fernán Caballero Fernando Altés Bustelo Fernando Fernán Gómez Fernando Lorenzo Fernando Manero Ficus Fidel Castro Fidela Fidelidad Fin de año Fiódor Mijáilovich Dostoievski Florence Nihtingale Florentino Ulibarri Flores Florián Rey Folk Fontanería Forbes Forges Foto palabra Fotos Fotos raras Fra Angelico Francia Francis Francisco Cerro Chaves Francisco de Asís Francisco Pino Frases Friedrich Engels Friedrich Wilhelm Nietzsche Frutas Frutos Fuego Fuencisla Fuensanta Fumar Funeral Fútbol Futuro G. B. Ricci Gabriel Celaya Gabriel Fauré Gabriel García Márquez Gabriela Mistral Gaillot Gala Galarreta Gallinas Gamberrada Gandhi Garoña Gas Gatos Gaza Género Generosidad Gente Gerhard Ludwig Müller Girasol Gitanos Gloria Fuertes Godspell Góngora Google Docs Goya Goyo Ruiz Granada Grecia Greda Gregoriano Gregorio Fernández Gripe A Gripe porcina Grupo sanguíneo Guernica Guerra Guerra española Gumi Gustavo Adolfo Béquer Gustavo Gutiérrez Gustavo Martín Garzo Gustavo Poblete Catalán Gutenberg Hacienda Haiku Haití Hambre Hamlet Lima Quintana Händel Hans Küng Harina Haruki Murakami Helecho Hemodonación Hermanitas de los pobres Hermanos Marx Higo Higuera Hiperactividad Hirosima Historia Historias HOAC Hobbes Hodegética Hogar Horacio Horario de invierno Horario de verano Hormigas Hortensia Hosta Huelga Humanidad Humildad Humor Ibrahim iDVD Iglesia Ignacio Ignacio Ares Ignacio Ellacuría Ignacio Manuel Altamirano Ignacio Martín Baró Ildefonso Cerdá Ilusión iMac iMovie Imperio Argentina Impresora Impuestos Incendios Indagación India INEA Infancia Infierno Informe Semanal Ingenuidad Inmaculada Inmigración Innocenzo Gargano Inocencia Interesante Intermón Internet Invictus iPhone iPhoto Irak Irán Isaac Isabel Isabel y Jesús Isaías Isla Islam Israel ITV J. Ratzinger James Dean James Mollison Jan van Eyck Japón Jara Jardín Javier Domínguez Javier Fesser Jazmín Jefté Jenny Londoño Jerusalén Jesús Jesús de Nazaret Jesús Espeja Jesús Visa JMJ Joaquín López JOC Johann Baptist Metz John Carlin John Martyn John P. Meier John Selby Spong Jon Sobrino Jorge Cafrune Jorge Manrique Jorge Negrete José Afonso José Antonio Pagola José Arregui José Delicado Baeza José Gómez Caffarena José Hierro José I. González Faus José Jiménez Lozano José Luis Borges José Luis Cortés José Luis Cuerda José Luis Martín Descalzo José Luis Martín Vigil José Luis Saborido Cursach José Luis Sampedro José Manuel Calzada José Manuel Vida José María Castillo José María de Pereda José María Díez-Alegría José María Manso Martínez José Martí José Mugica José Zorrilla Juan Antonio Marcos Juan de Juni Juan Goytisolo Juan José Tamayo Juan José Tamayo Acosta Juan Martín Velasco Juan Masiá Clavel Juan Pablo II Juan Ramón Jiménez Juan Ramón Moreno Juan Valera Juan Vicente Herrera Juan XXIII Jubilación Judit Juegos Jueves Santo Julia Ardón Juliana Vermeire Julio Lois Justicia Justicia y Paz Juventud Karl Marx Karl Rahner Kaunas Khalil Gibran Konrad Adenauer La Alhambra La Arbolada La Cañada La Codorniz La Fontaine La radio La Ser La Virgen de Guadalupe Labordeta Lacomunidad.elpais.com Lágrimas Laico Lampedusa Lanuza Las Cambras Las Edades del Hombre Las mañanitas Las Villas Laurel Lawrence Ferlinghetti Lenguaje Leocadio Yagüe León León Felipe Leon Gieco León Gieco Léon L'hermitte Leonard Cohen Leonardo Boff Leopoldo Panero Lesbos Ley Ley del aborto Leyendas Libertad Libertad de expresión Libia Libros Lilas Lilit Limonero Limpieza Lina Lince Linda Literatura Lituania Liu Xiabo Liuba María Hevia Llano Llaves Lluis Llach Lluvia Lola Lombarda Lope de Vega López Vigil Loquillo Luar na lubre Lucía Caram Ludwig Feuerbag Luis Argüello Luis Darío Bernal Pinilla Luis Espinal Luis García Huidobro Luis García Montero Luis González Morán Luis Guitarra Luis Mariano Luis Pastor Luis Resines Luna Lunes Lunes Santo Lutero Machismo Maestro de escuela Mafalda Magisterio eclesiástico Mal Maltrato Malvarrosa Mamá Manifiesto del día internacional del Voluntariado Manifiesto por la Solidaridad Manos Manos Unidas Manuel Azaña Manuel del Cabral Manuel Mujica Láinez Manuel Sánchez Gordillo Manuel Vicent Manuela Carmena Máquina Marc Chagall Marciano Durán María María Magdalena María y José Mariamma Mariano Cibrán Junquera Maricas Marinaleda Mario Benedetti Mark Twain Marruecos Marte Martes Santo Martha Zechmeister Martín Jelabert Martin Luther King Martin Niemöller Martirio Marzo Máscara Matilde Moreno rscj Matrimonio Matteo Ricci Maximino Cerezo Barredo Mayo'68 Medicina Médicos sin frontera Medina de Rioseco Medio ambiente Mediterráneo Membrillo Memoria Mentiras Mercado Mercedes Cantalapiedra Mercedes Navarro Puerto Mercedes Sosa Meses México Mi canario Mi casa Mica Michael Czerny Michel Quoist Miedo Miedo escénico Miércoles de Ceniza Miércoles Santo Miguel Ángel Baz Miguel Angel Buonarroti Miguel Ángel Ceballos Miguel Ángel Mesa Miguel Cabrera Miguel de Unamuno Miguel Hernández Miguel Ligero Miguel Manzano Milagro Millán Santos Ballesteros Minueto Miradas Mirlo Mis Cosas Mistagogia Moda Moderación Moisés Moli Molino Monasterio de Moreruela Monseñor Algora Monseñor Romero Montaña Montealegre Moral Moral de la Reina Morgan Freeman Morir con dignidad Morten Lauridsen Mosca cojonera Mosqueo Mouse Mucho queda por hacer Muerte Mujer Mundo rural Munilla Muros Muros de la vergüenza Museo Museo del Prado Museo Oriental Música Nacimiento Nadal Narcisos Natación Natalicio Naturaleza Navidad Neil Armstrong Neila Nelson Mandela Nevada Nicodemo Nido vacío Nieve Niñez Nochebuena Nombres Nona Nuevo Mester Obediencia Obras Obsolescencia Ocas Octavio Paz Oliver Sacks Olivo Olor ONU Opera Oración Ordenador Oro Ortega y Gasset Oscar Wilde Oslo Otoño Pablo Milanés Pablo Neruda Pablo Picasso Paciencia Paco Alcántara Padre nuestro Paellada País Vasco Paisajes Pájaros Pajarradas Pala Palabras Palacios de Campos Palacios del Alcor Palencia Palestina Palomas Pamplona Pan Pancho Pancho Aquino Papá Papa Francisco Paquistán Para pensar Paradilla Paraguas Parlamento Europeo Paro Parque infantil Parquesol Parras Parroquia de Guadalupe Parroquia La Inmaculada Parroquia Sagrada Familia Parroquia San Ildefonso Parroquia San Pedro Apóstol Partenia Partidos Políticos Partituras Pasado Pasatiempos Pascua Pasión Pastores y ángeles Patata Patines Patxi Loidi Pavo real PayPal Paz Paz Altés PDF Pedro Ansúrez Pedro Antonio de Alarcón Pedro Calderón de la Barca Pedro Casaldáliga Pedro José Ynaraja Pedro Miguel Lamet Pentecostés Peñalara Peñalba de Santiago Pep Lladó Perdón Pereza Periodismo Periquito Perplejidad Perroflauta Perrunadas Persianas Personas Pesetas Pete Seeger Peter Menzel Pez Piano Picasa Pico Pie Jesu Pierre Teilhard de Chardin Pilar Pilar del Río Pintada Pinturas Pirineo Piscina Pisuerga Plaga Plantas Plaquetas Plasma Plástico Plata Platón Plaza de Tian'anmen Plegarias Pluralidad Pobreza Poda Poder Poesía Pol Política Pornografía Portugal Pozo Predicación Pregón Prejuicios Premio Nobel de la Paz Premios Goya Presencia Presentación Presente Preservativos Primavera Primavera de Praga Primera Comunión Profetas Prohibir Protesta Proyección Proyecto Hombre Prudencia Prudencio Publicidad Pueblo Puertas Quemadura Quevedo Quijote Quino Quintín García Quira Racismo Radiactividad Raíces Ramadám Ramón Ramón Cué Romano Ramos Rastrojos Ratón Raúl Castro Realidad Recados Recambio Recidiva Recolección Record Guinness Recorrido virtual por el Santo Sepulcro Recuerdos Redes Cristianas Reedición Reflexión Regalo Religión Religión Digital Reloj Remuñe Renglones Repuesto Reseña Bíblica Residencia de Ancianos Resiliencia Resistencia Resurrección Retiro Reyes Magos Ricardo Blázquez Ricardo Cantalapiedra Ripios Risa Roberto Roberto Rey Rock Rogier van der Weyden Rosa Rosalía Rosario Roselen Rossini Rostros Roy Bourgeois Rubén Darío Rudyard Kipling Rut Sábado Santo Sábanas Sabine Demel Sacerdocio Sahara Sal Sal Terrae Salamanca Salomón Salud Samuel Samuel Aranda San Agustín San Antón San Antonio San Bartolomé San Benito San Esteban San Ignacio de Loyola San Isidro San Jerónimo San Joaquín y Santa Ana San José San Juan Bautista San Juan de Ávila San Juan de la Cruz San Lorenzo San Miguel del Pino San Pablo San Pedro San Pedro Regalado San Romà de Sau San Roque San Valentín Sancho Sandalias Sandro Magister Sangre Sanidad Sansón Santa Ana Santa Clara de Asís Santa Espina Santa Marta Santa Mónica Santa Teresa Santiago Santiago Agrelo Martínez Arzobispo de Tánger Santidad Santos Santos Cirilo y Metodio Santos Padres Sara Saramago Saulo Scott Fitzgerald Seattle Seguimiento Segundo Montes Selecciones de Teología Semana Santa Seminario Sentimientos Seriedad Servicio Jesuita a refugiados SGAE Shakespeare Shūsaku Endō SIDA Siega Siesta Silencio Siloé Silverio Urbina Silvia Bara Silvio Rodríguez Simancas Simone de Beauvoir Sínodo Siquem Siria Sócrates Sol Sola Soledad Solentiname Solidaridad Soltería Somalia Sopa Soria Sorolla Sotillo del Rincón Stéphane Hessel Stephen Hawking Sudor Sueños Sumisión Suni Sur T. S. Eliot Tabaco Taco Talleres López Tamarindo Tamarisco Tamiflú Tano Taray Tarifa TBO TDT Tea Teatro Teléfono Televisión Temor Tener tiempo Tensión arterial Teófanes Egido Teología Teología de la Liberación Tercera Edad Tere Teresa Forcades Ternura Terremoto Terrorismo Tetas Thomas Becket Tierra de Campos Tiken Jah Fakoly Tolkien Tomás Apóstol Tomás Aragüés Tomás Moro Tomás Segovia Tomates Torío Toro Torres gemelas de Nueva York Trabajo Tráfico Traición Transición Traveling Wilburys Trigo Trini Reina Trinidad Trufa Tsunami Tumba Twitter Ucrania Umberto Eco Unción de Enfermos Unidad Universidad Urbanismo Urracas Uruguay Utopía Uvas Vacaciones Vacuna Valladolid VallaRna Valle de Pineta Valle del Silencio Valporquero Van Gogh Vaticano Vegacervera Vejez Velázquez Velicia Ventanas Ventiladores Ventura Ventura García Calderón Verano Verdad Verduras Viajes Vicente Aleixandre Vicente Huidobro Vicente Presencio Revilla Víctor Codina Víctor Heredia Víctor Jara Vida Vídeo Viento Viernes Santo Viktor Frankl Villalar Villalón Villancicos Villaverde de Íscar Vino Viña Violencia de género Violencia en las aulas Violetas Virgen del Carmen Virgen del Pilar Visita Vladímir Mayakovski Voluntariado Vuelo 605 Whitney Houston Wikiquote Winston Churchill Wislawa Symborska Woody Allen Xabier Pikaza Yankhoba Youtube Zacarías Zenón de Elea