Hoy era su día. Mejor dicho, el nuestro, porque a su ritmo hemos
estado celebrándolo. Ha sido una auténtica fiesta. ¡Pentecostés!*
Y puesto que es don y vigor, lo hemos aprovechado lo mejor que hemos sabido
y podido. Una larga hilera de personas, de edades y condición muy variada, se
ha acercado para ser ungidas. Y sobre ellas he puesto mis manos y he signado
sus cabezas y sus manos, como manda el ritual, impetrando y confiriendo, así es
nuestra fe, la sanación integral.
Puede que también se de la salud física, puede que sólo sea suficiente
el ánimo y la compañía para llevar la enfermedad con entereza, puede, qué se
yo, que incluso les llegue a quienes por profesión y vocación tienen la misión
de cuidar de nosotros, los enfermos de miles de dolencias, conocidas,
sospechadas o temidas. Un misterio de la vida, que hace tan frágiles a los
seres humanos cuando nos querríamos comer el mundo.
También pedimos sabiduría, entendimiento, consejo… incluso santo temor
de Dios. Pero sobre todo, salud. Porque mientras haya salud, lo demás ya irá
viniendo.
Bien les advertí antes de que en nuestra mano está prevenir,
cuidarnos, mantenernos en forma… Pero allí estaban, como unos más, dos guajes
de apenas diez años que también solicitaban el sacramento. Sus madres
aseguraron que estaban debidamente informados de lo que estaban pidiendo, y
–quién soy yo para juzgar–, también los ungí y comuniqué el don de la salud.
No sé si algunas personas, a la vista de las indicaciones sobre
nutrición, alimentación y dietética que dan en las mañanas de la tele, pensarán
no enfermar nunca y vivir para siempre. Tal pretensión está fuera de nuestras
posibilidades. Lo que sí está claro, al menos para mí, es que casi la mitad de
mi gente se considera necesitada, aunque se les vea aparentemente sanos. Ya
digo, un misterio.
Un misterio saludable, en mi opinión, que nos aleja de caer en la
altanería y dejar que sea esa ruaj*, o aquel viento huracanado, o esta brisa
suave, que así se explica la Sagrada Escritura, expresión de la presencia del
Ser que nos funda y en el que somos.
Coincidiendo con esta fiesta, festejamos
también nuestro derecho y nuestra responsabilidad política votando. Que nadie
venga a decirme que no revuelva la cosas y que las distinga; no soy capaz,
tampoco quiero. Yo jamás diría, como he oído que ha dicho un alto cardenal* de
la Iglesia Católica, que alguien que ama a los pobres puede que sólo lo haga
por ideología y no por fidelidad al Evangelio. Creo que estoy escuchando las
carcajadas de Óscar Romero, que, desde el cielo donde se aloja hace treinta
y cinco años y dos meses, me llegan como una suave corriente de aire…
consolador*.
Pentecostés, del griego Πεντηκοστή (ημέρα), Pentekosté (heméra) ("el
quincuagésimo día") describe la fiesta del quincuagésimo día después de la
Pascua y que pone término al tiempo pascual. En
Pentecostés celebra la Iglesia la venida del Espíritu Santo y el
inicio de sus actividades.
Ruaj: del
hebreo antiguo רוח, y este del protosemítico
*rūḥ- (soplar). Viento, aire, brisa, hálito,
aliento, soplo. Expresado en griego como πνεῦμα, es traducido en castellano como espíritu.
Cardenal Amato en la ceremonia de beatificación de
Monseñor Romero en la Plaza de Cristo Salvador de San Salvador: “Su opción por los pobres no era ideológica,
sino evangélica. Su caridad se extendía también a los perseguidores”.
En el Evangelio de San Juan 14, 16, Jesús promete a sus discípulos que les enviará el Espíritu Santo, a quien se refiere con la palabra "Consolador".
7 comentarios:
Carcajadas...? las que tú produces diciendo que "solo" aman a los pobres los que lo hacen por fidelidad al Evangelio.
Y éste es un cura que se las da de evangelista. Bueno... puede ser que todavía no ha leído el evangelio
Si me aceptaras un consejo, con sumo gusto te lo ofrecería. Antes de escribir un comentario, piensa; tal vez no hayas leído bien el texto, o no termines de comprenderlo. En todo caso, sé consciente de que al publicar aquí te está leyendo mucha gente. No me hagas pasar vergüenza ajena, porfa, porque firmes como firmes, te develas.
Yo creo que Vds. dos saben que cada uno tiene su parte de razón. En cualquier caso los pobres somos todos los que vivimos, todos estamos necesitados de amor y de caridad por parte del prójimo. Dejen de llevarse mal, por favor, si en el fondo son cómo dos gotas de agua.
Dos gotas en medio de la mar oceana, tienes razón Mónica, no se diferencian en nada: http://elpais.com/elpais/2015/05/27/vinetas/1432741074_723881.html
Y también tienes razón en lo otro, pobres somos todos, unos más que otros, y algunos ni se lo creen. Allá ellos.
El 24 de mayo de 2015 tú dices:
"Yo jamás diría, como he oído que ha dicho un alto cardenal de la Iglesia Católica, que alguien que ama a los pobres puede que sólo lo haga por ideología y no por fidelidad al Evangelio"
Supongamos que tu querida Julia (en sentido espiritual) ama a los pobres...¿tu crees que lo haría por fidelidad al Evangelio? Yo creo que, como mucho, por fidelidad a su propio evangelio y encima... te produciría carcajadas.
Para la persona que se esconde tras el seudónimo teodoro:
Este es el último comentario que le permito a usted en mi blog. Sírvase tomar como respuesta definitiva a su nada buena intención claramente manifestada esta cita.
DECLARACIÓN DOMINUS IESUS SOBRE LA UNICIDAD Y LA UNIVERSALIDAD SALVÍFICA DE JESUCRISTO Y DE LA IGLESIA, de la CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, 12:
“Además, la acción salvífica de Jesucristo, con y por medio de su Espíritu, se extiende más allá de los confines visibles de la Iglesia y alcanza a toda la humanidad. Hablando del misterio pascual, en el cual Cristo asocia vitalmente al creyente a sí mismo en el Espíritu Santo, y le da la esperanza de la resurrección, el Concilio afirma: « Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual» (Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et spes, sobre 22)”.
Y a mi qué me importa si publicas o no mi comentario, tú que te las das de guay, de liberal, de pijonauta y de ir a tu aire riéndote de tus superiores. Y te lo digo así porque dices que no lo vas a publicar.
Si es que no sabes por donde te da el aire, me traes al frente que "...debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a TODOS la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual..." y vas tú y te carcajeas de lo que dice un cardenal sobre el que también actúa la acción salvífica de Jesucristo. Nadie te manda pensar como él... pero respétale como asociado al misterio pascual y hasta a la misma Aguirre a quien llamas RUIN....
Que Dios te ampare...y a mí.
Publicar un comentario