Como no es ilusión, y
tampoco pretende ser trampa, en realidad no le cuadra este nombre. Pero como
cubre sin ocultar, y cierra pero no impide, me parece que resulta oportuno
utilizarlo.
Así, pues, he
colocado este trampantojo[1] en el balcón de la vieja casa
familiar, para que una paloma no vuelva a anidar en él.
Ya he dejado dicho
aquí que me gusta que las casas estén abiertas, que nadie tenga que venir a
robar. Pero, –y siempre hay algún pero, qué mundo éste–, me disgusta que quien
llegue no tenga modales. ¿Será que allí donde se ofrezca confianza tenga que
resultar un asco?
Asco me dio ver en lo
que una paloma había transformado el balcón de mi madre. No me molestó su nido,
menos aún el huevo, y qué decir del palomino volandero que llegó a ser y que no
quise convertir en bocado exquisito. Sí aborrecí la suciedad con que lo invadió
todo. Esos no son modales. Puesto a prueba, puedo responder con contundencia.
Y, si primero hubo hospitalidad, ahora hay abiertamente rechazo.
Cuando las imágenes
hablan por sí solas, sobran palabras. No quiero cazar. No es jaula. Es
espantapájaros, simplemente. Si no quieres comportarte, mejor no vengas. Tienes
todo el ancho mundo para ti. Vete a anidar a otro lugar y a mí déjame ser yo
mismo. Y si no sabes cómo, tiempo has tenido; porque desde que yo sé de este
lugar, más de cincuenta años, habéis sobrevolado tejados, paseado terrazas,
ensuciado tendederos y cristales, y sois la causa de que nos visiten con harta
frecuencia cucarachas y puede que hasta roedores.
Con discreción, pero
sin miramientos; sin dar tres cuartos al pregonero, mas tampoco haciéndome de
miel. No quiero que me coman las moscas[2],
que ya se sabe que no están equivocadas cuando se dice que disfrutan con la
mierda[3].
Ya me habría gustado
no tener que actuar así. Un balcón que se precie no merece verse de esta guisa.
Tal vez utilizando otras medidas menos drásticas… Mucho más se consigue con
miel que con hiel[4], lo tengo comprobado. Y en verdad
que lo intenté. No hubo manera.
Que esta red, que ni
se oculta ni se exhibe, sirva de recordatorio, para escarnio propio mío y
advertencia ajena, de que cuando no hay manera, no hay manera; que no siempre
consigo lo que deseo; que las más de las veces me sale el tiro por la culata; y
que en realidad, compruebo que tengo muchos más fallos que aciertos en todo
aquello que me empeño en emprender.
Sí, a veces imagino
que todo yo[5] estoy colocado tras un enorme y
engañoso trampantojo.
¡Otro pensamiento
malsano de una tarde de domingo!
[1] Trampantojo: (De trampa
ante ojo), m.
coloq. Trampa o ilusión con que se engaña a alguien
haciéndole ver lo que no es.
[2] Es conocido el dicho: “Come mierda, diez
mil millones de moscas no pueden estar equivocadas”. Resulta más que
interesante pegar esta frase en el busca del navegador y visitar las 61.300
páginas, localizadas en 0,56 segundos.
[3] No menos apreciado es este otro refrán,
repetido por mi madre con insistencia: “Hazte de miel, y te comerán las
moscas”. Que, por si necesitara explicación, viene a decirnos: Se abusa con
facilidad de la persona de carácter demasiado blando o complaciente, por lo que
resulta perjudicial la mucha suavidad y complacencia.
[4] Refrán que encarece las virtudes de la
educación y la amabilidad para conseguir los objetivos que se pretendan,
especialmente porque las personas somos más propensas a confiar en quien nos
trate con buenas maneras.
[5] No podría negar que ese yo del que hablo
incluye también un tú y un ellos, de manera que todos estuviéramos implicados.
¿Este mundo nuestro será un puro y trapacero trampantojo? ¿Todo una gran
mentira?
4 comentarios:
Y ¿por qué no cierras la terraza y sanseacabó?. Matarías dos pájaros de un tiro -nunca mejor dicho- porque evitarías que volvieran a anidar palomas u otras aves descaradas y, de paso, le darían una mano de pintura a los barrotes de hierro que falta les hace, con tu permiso te lo digo. Es cuestión de mantenimiento y como veo que no serías el primero ni el segundo en cerrarla pues no estarías cometiendo ningún desatino, digo yo. Porque, anda que el montaje que te has instalado es fenomenal y las tiras esas de plásticos que ¿había? antes tampoco son moco de pavo. Con el cierre te ahorras todo ese mogollón y preservas la casa de fríos, calores, palomas, palomos, y etc.
Bueno esta es mi aportación a tu "lucha contra los invasores".
Besos
Hola, Julia, ya veo que tiras a matar…
Esas tiras de plástico fueron la primera cosa que se me ocurrió para espantar palomas. Cuando vi que servía, pensé en algo permanente, pero que se pudiera retirar con facilidad. Y pensé en una red.
Ayer la encontré entre los edificios en obras… paralizadas que abundan por mis contornos, y la cogí.
Cerrar, dices. No puedo ni quiero ser el primero. Rompería la estética del edificio. Nadie lo ha hecho hasta ahora. Tampoco me lo consentirían las ordenanzas municipales.
Esa casa necesitaría arreglos, pero de momento está todo aparcado en tanto yo siga donde estoy. Ahora estamos actualizando el ascensor, para suprimir doce peldaños que existen en la entrada y que ofrecen incomodidad y penalidades a los ya más que ancianos vecinos de la comunidad. Los gastos pienso desgravarlos, que es una pasta.
En cuanto a las palomas, me conformo con que no ensucien, para que no lleguen los malos olores a mi vecina de enfrente, con la que comparto balcón separado por una mampara, como puede verse en las fotos.
Y nada más. Aunque pretendí sacarle punta al asunto, que para eso ayer fue domingo, se ve que no logré gran cosa.
Besos
Y me olvidé de la pintura… Lo tengo pensado. Pero si pinto y los demás no, hará más feo que ahora, que todo está igual de mal.
De todas maneras voy a plantearlo en la próxima reunión de vecinos por si se animan. Ya supongo que no querrán hacer más gastos, porque entre tejados, bajantes y ascensor, este año ha sido una ruina.
¡Qué me vas a contar! Lo de mi comunidad es algo parecido, estamos con derramas todo el santo año pagando ni se sabe, que si la luz de los trasteros, la rampa para la entrada... y así sucesivamente, pago más de comunidad que si viviera en la Gran Vía. Harta me tiene el asunto.
Te comprendo. Ánimo para la próxima reunión.
Besos
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