Ya no se hace el pan
como antes. Es de todo el mundo sabido. Ya no se labra el campo como antes,
cuando el producto de la tierra era el alimento de la casa y la familia. Ahora
el pan se compra, y el trigo lo cultivan otros. Ya no hay agua que mueva
molinos, ni molineros que ciernan la harina. Ahora el pan tiene estampa, pero
carece de tripas.
Ahora se vive mejor, dónde va a parar.
Con todo y con eso,
en mi tierra sigue atardeciendo como siempre lo ha hecho.
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