Y bien que se
adelanta a recordármelo B, que antes de acabar el mes de abril viene a
ofrecerme su donativo para que no falten flores bajo la imagen de la Virgen de
Guadalupe durante todo el mes. Yo le digo que entre primeras comuniones, las
lilas del jardín parroquial y otras cosillas que la gente trae de sus casas,
nunca faltarán flores y plantas en esta iglesia. Pero ella insiste.
Este año, sin
embargo, no puedo mantener mi palabra. La lluvia ha dejado los lilares
lastimosos. Habrá que esperar a que se seque un poco el ambiente y se recuperen
las pobres, para poder ofrecer algo que tenga alguna prestancia.
Por esta vez, y sin
que sirva de precedente, saco flores de mi conserva particular para comenzar este
mes tan especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario