Está claro que Donald Jhon Trump,
el recién elegido presidente usa, no es un reactivo. Nada de dejarse comer por
un pie, ni siquiera dar la mano para que le tomen el brazo. Él va y va, y ya
está yendo.
En apenas unos días, vía
decreto imperial, ha tomado decisiones y ha ordenado cosas que la mayoría de
personas en su misma situación habría tardado años o mandatos.
Voy a leer algo de Viktor
Frankl, el acuñador del término proactividad, para enterarme de si ese señor
del que estoy escribiendo en realidad es un hiperactivo más, que actúa deprisa,
de forma caótica y desorganizada, se deja llevar por los impulsos del momento y
no se ha parado ni un instante a pensar a qué abismo nos pretende conducir.
Si fuera este el caso,
alguien debería tomar cartas en el asunto, hacérselo saber y ayudarle a entrar
en razón.
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