Ayer me tocaba disertar ante mis compañeros curas
del arciprestazgo sobre el capítulo 5 de la exhortación postsinodal Amoris
Laetitia, de papa Francisco, en lo que constituye nuestra formación permanente,
porque los curas se intenta que estemos al día en cuestiones que nos atañen. Se
trataba de una reunión aplazada y no asistieron todos. Pero se terció el asunto
y hablamos de muchas cosas, menos de lo que estaba estipulado.
Así el tema, el orden del día se fue haciendo sobre
la marcha, es decir, hablamos de lo que se nos ocurrió y un poquito del
documento del papa. Resultó interesante, a pesar de ello, porque de alguna
manera tocamos lo del día a día, que para quienes nos dedicamos a “la pastoral”
es lo que cuenta.
Entre todo ello, comentamos respecto de la oposición
que Francisco papa está teniendo entre personas y grupos de algunos sectores
que hasta ahora habían sido considerados firmes baluartes de la Iglesia
Católica, íntegros y obedientes, libres y leales servidores. Alguno de los
presentes manifestó no estar enterado de esta circunstancia y como pudimos
intentamos ponerle al día.
Como entonces no tenía a mano mis apuntes, apenas
pude sino darle unas pinceladas. Ahora con todo lo que necesito a la mano,
puedo hablar con fundamento.
Cuatro cardenales de la Iglesia católica, los
alemanes Walter Brandmüller y Joachim Meisner, el italiano Carlo Cafarra y el
estadounidense Raymond Burke, han dirigido públicamente al papa estas preguntas
sobre dudas que les han sobrevenido tras la lectura de Amoris Laetitia:
1- Se pregunta
si, según lo afirmado en Amoris Laetitia (nn. 300-305), se ha vuelto
posible conceder la absolución en el sacramento de la Penitencia y, por ende,
admitir a la Santa Eucaristía a una persona que, estando vinculada por el
matrimonio válido, convive more uxorio con otra, sin que se hayan cumplido
las condiciones previstas por Familiaris Consortio n. 84 y después
afirmadas por Reconciliatio et paenitentia n. 34 y por Sacramentum
caritatis n. 29. ¿La expresión “en ciertos casos” de la nota 351 (n. 305)
de la exhortación Amoris laetitia puede ser aplicada a divorciados en
nueva unión, que siguen viviendo more uxorio?
2- Después de
la exhortación post-sinodal Amoris laetitia (cf. n. 304), ¿sigue
siendo válida la enseñanza de la encíclica de san Juan Pablo II Veritatis
splendor n. 79, basada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de
la Iglesia, respecto a la existencia de normas morales absolutas, válidas,
sin excepción alguna, que prohíben acciones intrínsecamente malas?
3- Después
de Amoris laetitia n. 301, ¿todavía es posible afirmar que una
persona vive normalmente en contradicción con un mandamiento de la ley de Dios,
como por ejemplo el que prohíbe el adulterio (cf. Mt 19:3-9), se encuentra en
situación de pecado grave habitual (cf. Pontificio Consejo para los Textos
Legislativos, Declaración del 24 de junio de 2000)?
4- Después de
las afirmaciones de Amoris laetitia (n. 302) sobre las “circunstancias
atenuantes de la responsabilidad moral”, ¿se debe considerar todavía válida la
enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II “Veritatis splendor” n. 81,
fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia,
según la cual “las circunstancias o las intenciones no podrán nunca transformar
un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente
honesto o justificable como elección”?
5- Después
de Amoris laetitia n. 303, ¿se debe considerar todavía válida la
enseñanza de la encíclica de san Juan Pablo II Veritatis splendor n.
56, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, que
excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y afirma que la
conciencia nunca está autorizada para legitimar excepciones a las normas
morales absolutas que prohíben acciones intrínsecamente malas por su objeto?
He de añadir que esta forma de dirigirse al papa es
normal y legítima, y ha ocurrido a lo largo de la historia de la Iglesia y
seguirá ocurriendo, porque qué mejor cuando se tienen dudas que plantearlas a
quien se considera sabe aclararlas y disolverlas. La publicación, sin embargo,
y la misma expresión escrita de las cinco dudas, no me parecen aceptables.
Personalmente no dudo de que se hayan leído el
documento íntegro los cuatro cardenales. Incluso opino que lo han entendido. Es
más, me atrevo a afirmar que no tienen nada consistente en que apoyarse para
hacer “estas preguntas”. Si las plantean y dan notoriedad a su gesto se trata,
estoy convencido, de un gesto altanero y rebelde, que pretende atraer a su
posición a quienes como ellos no están satisfechos con este papa. No quedarán aplacados
con la respuesta que reciban, que no puede ser sino el mismo documento que
critican, porque en él está respondida una a una las cinco dubia que tanto les
agobian. Y si no se les contesta, Burke puede intentar llevar a cabo su
amenaza: dirigir una “corrección formal” al papa Francisco.
¿Que es una corrección formal en la Iglesia? Dicho a
lo llano: advertir a alguien de su herejía, es decir, de afirmar algo contra la
doctrina firme y declarada como inamovible. En el caso de un papa como
Francisco, declararlo hereje llevaría a su deposición, vulgarmente destitución.
Aclaro, para terminar, que Doctrina de la Fe que
preside el cardenal Gerhard Müller ha afirmado recientemente que no hay ningún
motivo para esta corrección formal. Oficialmente no hay declaraciones, sigue el
silencio.
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