Gregorio I. Goya, 1795-99. Museo Romántico de Madrid |
No me refiero al “me
importa un bledo” que ha dicho todo un señor responsable de la cosa pública
referido a un ciudadano español, que lo es aunque esté en la cárcel y lo de
español le guste tanto como a mí las gominolas. Me ha parecido mal, pero no me
ha sorprendido.
El patinazo lo he
metido yo esta tarde, que he presentado a San Gregorio Magno como el creador,
promotor u origen del canto gregoriano. Y resulta que, tras cambiar los dientes
de leche a base de latinajos, me entero ahora que no fue él, aunque
se lo atribuyan.
Ya se puede comprobar
que el que me guste la música no tiene que implicar que sepa música. Como
tampoco que cante bien, que de sobra está demostrado.
Resulta que, por lo
que he investigado, lo que conocemos como gregoriano procede de la práctica
musical de la sinagoga judía y de las primeras comunidades cristianas, o sea,
siglo I. San Gregorio vivió en el siglo VI, casi nada. Y gregoriano fue el
apelativo que se le puso a este canto algo más tarde, en el siglo X.
Así que otro mito que
se me cae. Claro que por otra parte, las demás virtudes que se le atribuyen a
este señor que fue Papa, Gregorio I, y con el añadido de Magno, sí que se
corresponden con la verdad. Debió ser una gran persona, además muy lista y muy
buena. Siendo monje tuvo forzosamente que llegar a papa, no podía haber sido de
otra manera, lo llevaba en la sangre: su bisabuelo fue el papa Félix III (†492), su abuelo el papa Félix IV (†530); eran otros tiempos.
De todo lo que hizo,
de cuanto escribió y escribió mucho, más de veinte mil cartas siendo papa, yo
me quedo con estas palabras suyas, son suficientes para mí:
“La prueba del amor está en las
obras. Donde el amor existe se obran grandes cosas y cuando deja de obrar deja
de existir”.
3 comentarios:
Miguel Angel, tengo una entrada en el apartado de Historia de la música que hace referencia al canto gregoriano que puedes visitar en mi blog para ahondar en el tema:
Canto Gregoriano
Te aseguro que es buena la fuente que alimenta mis entradas.
Tambien me gustaria que visitaras el blog de Jose Vte, al que le he enviado un modesto relato que ha publicado en el blog de las cronicas de la muerte dulce.
En el escrito repaso mis recuerdos y entre ellos estás tú que siempre has tenido la palabra justa de apoyo, en los momentos que has captado de malestar, cuando digo:..."recordó los escritos sinceros de quien estuvo a su lado en momentos difíciles."
Ya que digo
Aprovecho para enviarte un abrazo.
Excelente aclaratoria pues yo también ignoraba esto
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La frase de cierre es la pura verdad
Te sigo en lo de la música, Sir Enry, pero no me atrevo a comentar; es demasiado estofado para mi pobre dentadura.
Gracias por tenerme en cuenta en ese relato que tituláis como “muerte dulce” y que San Pablo, en griego, llama “metanoia”: conversión. “Morir al hombre viejo”, referido en principio al campo moral y religioso, en realidad está abierto a toda la realidad humana. No hay avance y progreso auténtico sin dejar unas cosas y tomar otras, sin renunciar a algunas y sin optar por otras, tras un discernimiento que con harta frecuencia supone sudar sangre y un doloroso crujir de huesos.
El ser humano que surge de esa “muerte radical”, de raíz, es nuevo totalmente; no cabe ya mirar atrás, ni para lamentos ni para nostalgias. Sólo cabe, porque sólo tiene sentido desde ese momento, mirar al presente y al futuro.
En tu relato lo expresas maravillosamente. Enhorabuena.
Ali Reyes H. pues ya ves, lo que son las cosas, tanto en lo bueno como en lo malo, no estamos solos ni somos únicos. De paso que te digo esto también te informo que ese enlace de Sir Enry Baskerville sobre el canto gregoriano es muy completo e ilustrativo. Te lo recomiendo.
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