Acabo de leer a un
autor para mí desconocido, Max Ferzzola, que tras preguntarse, o
preguntarnos, si no necesitamos héroes o es que ya no nos importan, concluye
que, puesto que un héroe es al fin y al cabo alguien que encarna las virtudes a
que todo ser humano aspira en cada momento de la historia, en este momento
presente del mundo y de nuestra evolución ya no hacen falta, porque con nosotros,
y muy a nuestro pesar, debería bastar…
En principio
concuerdo con Max, ya está bien de que alguien tenga que tirar de nosotros,
para, al fin y al cabo, hacer él en nombre de todos lo que todos y cada uno de
nosotros debiéramos haber hecho hace tiempo. Al “así hay que hacerlo”, omitido
el “a qué estáis esperando, so pasmaos” pero entendido y percibido alto y claro
por la concurrencia hierática, acomodada y fatalmente resignada, el héroe
añadiría además la propia entrega y su desaparición; es del todo punto
necesario para llegar a serlo. De no ser así, rápidamente descubriríamos sus
debilidades, lo que llamo olerle el sobaco, y caería por su pie o lo tiraríamos
a patadas del pedestal en que lo hubiéramos colocado. Sí, como dice Max
Ferzzola, no quiero ya más héroes, no me hacen falta.
Pero hete aquí que
acaba de morir el cardenal Martini. Poco sé de él, pero esto sólo es achacable
a mi pereza y falta de interés por tantas cosas. Porque si de él hubiera
dependido, habría viajado hasta Milán para participar con aquellas muchedumbres
de jóvenes que se convocaban en torno a su persona para vivir, celebrar y orar.
Fue arzobispo, además de jesuita, profesor e investigador incansable. Y es a él
a quien se debe la frase con que encabezo esta entrada: ¿Dónde están entre
nosotros los héroes en los que inspirarnos…?
Él no lo fue, a la
vista está. Congregó a mucha gente, la conquistó; si las formas fueran otras,
ahora mismo estaríamos despidiendo no a un cardenal sino a un papa; y hasta es
posible que el Vaticano se hubiera trasladado de aquella colina a cualquier
otro barrio romano mucho menos elegante.
También es posible
que con él no hubiera cambiado absolutamente nada, sólo que en lugar de un papa
pequeño de estatura y alemán de origen, con él habríamos ganado en altura y el
idioma nos fuera más cercano por mediterráneo.
Carlo María Martini
no fue ningún héroe. Fue admirado. Fue leído y escuchado. Ahora empieza a ser
echado en falta, como una oportunidad más que desaprovechamos. ¿Empezará a ser
imitado? Tengo muchas y serias dudas.
No necesitamos héroes
que hagan lo que es nuestra responsabilidad. Lo haya dicho o no este buen
hombre que ahora nos deja.
Lo verdaderamente
necesario es que cada quien, en lugar de tirar la tiza, o la paleta, o el
mandil, porque han tocado a recreo, nos quememos las pestañas haciendo lo que
tenemos entre manos hasta terminarlo; y hacerlo de tal manera que merezca la
máxima nota, aunque nadie se percate de nuestra heroicidad.
Mediocridad es lo que
abunda. Y pocas ganas de currar.
Carlo María Martini
hizo lo que tenía que hacer; por eso estoy convencido de que está ahora
recibiendo de Abba, allá en lo alto del cielo, un abrazo tan envolvente que le
hará gritar en arameo, lengua en la que dicen que era un erudito.
Y una nota más a su
favor: allá arriba no se estilan los capisayos que tuvo que usar aquí abajo por
razones de protocolo; de modo que me lo imagino con una túnica blanca
sencillita de los pies a la cabeza. Vamos, hecho un príncipe.
4 comentarios:
Así nos va, la falta de héroes VISIBLES, o mejor que héroes, líderes, es lo que ha hecho que esta humanidad esté como está, dirigida por mediocres cuando no tontos autoritarios o criminales sanguinarios, haciendo creer a los demás que son héroes o líderes y no son, pobres de ellos y de nosotros, más que unos mentecatos con ínfulas. Yo sí creo que necesitamos a los grandes pensadores que, como el difunto Martini, se involucren y bajen a la arena y peleen y disputen a los mediocres la dirección de las sociedades. Qué otra cosa hizo Jesús de Nazaret en su tiempo por lo que ha pasado a la historia, aunque ésta corregida y aumentada hasta hacerlo "el" hijo de Dios ( ¿y todos los demás qué, eh?).
Yo sí me pregunto ¿dónde están los grandes hombres y mujeres que no nos dejan verlos, oírlos?
Yo sí creo que las personas necesitamos alguien en quien inspirarnos, alguien o alguienes que nos rediman*. Esperar a que cada ser humano tome conciencia individualmente y "a su aire" de lo que está mal con todos los medios de comunicación en su contra diciéndole lo contrario y vendiéndole humo es la utopía más inalcanzable de las que se hayan formulado.
Bueno, ya, que me lío y voy a escribir el nuevo testamento...
Besos
Redimir:*Poner término a algún vejamen, dolor, penuria u otra adversidad o molestia, según el DRAE.
Pienso que la evolución llega por maduración de cada ser humano, que es lenta hasta la desesperación, pero que llega. A corto plazo, sin embargo, me temo que funciona lo del palo, o la multa que es parecido; así vamos escarmentando y aprendiendo, a golpes de regla.
El atractivo de los líderes está en que suplantan a los individuos, haciéndoles creer a éstos que son ellos los protagonistas. Desaparecidos esos héroes, vuelven a aparecer los viejos atavismos. Ejemplos de ello tenemos para dar y tomar.
Lo trágico de los héroes es su final, terminan inmolados; por eso se dice que redimen, porque su entrega salva, si no a todos, a muchos.
Y lo difícil es que sus seguidores acierten a reproducirlos; a veces en sus aproximaciones desbarran estrepitosamente. También hay ejemplos para apabullar.
Pero es sólo mi opinión, y en cuanto a mi testamento hace tiempo que lo tengo redactado y visado por un buen amigo y notario.
Besos.
La maduración llega cuando llega a quienes llega y para entonces una nueva generación comienza pretendiendo descubrir el mediterráneo y la estupidez se instala en nuestras vidas sin solución... en fin ¿será la condición humana?. Sólo espero que en Galicia no gane de nuevo el PP, hasta aquí ha llegado lo corto de mis aspiraciones bakuninistas, qué pena, por dios, no me lo podría haber imaginado nunca ni en mis peores pesadillas.
Lo del testamento me confunde, no sé qué quieres decir. Se requiere, humildemente, aclaración y/o explicación.
Besos de nuevo.
Mi testamento, que ya está escrito y registrado, es en relación al tuyo, el nuevo que piensas escribir, y del que espero las primicias para yá. Nota que el acento es a posta.
¡Ah, Bakunin! Gran persona…
Besos
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