Como ayer fue la
huelga, por la mañana la dediqué a repasar el ajuar doméstico. Trescientas
diecinueve sillas al uso, utilizadas por culos de los más diversos tamaños,
formas y texturas, dan un trabajo de mantenimiento que entretiene. Esta vez
sólo tuve que reponer un asiento. Me valió el de las sillas del cine de los koskas
que nos trajimos del derribo. Solucionado.
Quedaba, es decir faltaba aún, un
buen rato hasta la hora de comer, así que recogí la cosecha de membrillos y casi estaba
a punto de tirarlos a la basura cuando llegó V con esta cesta:
Bueno, me dije,
tendré que hacer conserva. Y me puse a ello. No hace falta que explique lo que
a la vista está:
Por la tarde, a pesar
de los pesares, tuve que ir a mi dentista. Hizo reparaciones diversas y ajustó
los dos últimos implantes de mi máquina masticadora. Y van siete. Me citó para
después de Navidades. Creo que antes nos veremos, he de llevarla turrón y
mantecados de iborra.
De vuelta a casa pasé
por los ultramarinos de Severo Fraile a por unas botellas de vino de misa.
Saludé al personal, me contestaron: ¡Hola Serrano! Usted siempre evangelizando
con la bici. Si lo hiciera como pedaleo la cosa iría sobre ruedas; pero no es
el caso. Eso respondí. De propina J me regaló un puñado de caramelos.
Al pasar por la
piscina entré a ver si estaba abierta. Me dijeron que casi hasta el amanecer.
Dije que me esperaran, que en cuantito estuviera libre volvería.
A las ocho, tras la
eucaristía, terminé de envasar el membrillo, dejé la cocina recogida, la cena
preparada y me fui con los bártulos a nadar.
Terminé la jornada
como es habitual, fumándome un tercio de pitillo y leyendo a Dolores.
2 comentarios:
¡¡¡Vaya día de huelga más trabajado que tuviste, hijo mío, qué barbaridad!!!, si que te cundió. Pues, hala, ya tienes conserva de membrillo; tú que penabas porque el arbolito este año había estado cicatero con la cosecha. Eres un maestro con la receta, te sale de maravilla. ¡ A disfrutarlo!.
Besos
En efecto, me ha quedado rica. Me la están quitando de las manos. Voy a reservarme un tarro para regalar a unos amiguetes que el domingo me invitan a comer en su fiesta religiosa del Islam.
Besos.
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