Ha vuelto a llamar la
supuesta Rosita Muchomorro para recordarme el contrato que ¡subscribí! por
publicidad en páginas amarillas. Hay una deuda pendiente. Si no cancelo,
pagando, automáticamente quedará prorrogado el servicio, y por tanto mantengo,
aumentádolo, el impago.
Como actué siguiendo
las indicaciones de una muy amable agente de la policía nacional, ahora tengo
cogido el número desde el que me han llamado, 951.091.123, porque contraté el
identificador de llamadas telefónicas. Pensé que nunca me haría falta, y
lo descuidé.
Ni que recordar que
el diálogo ha vuelto a repetirse, casi palabra por palabra, exactamente como en
el septiembre pasado.
Ella, bruta, que firmé; yo, convencido, que nones.
Ella,
inquietante, que consta una grabación; yo, desafiante, que quiero escucharla.
Ella, insistente, que debo un dinero; yo, cerril, que no y que tampoco pago.
Yo, amenazante, que ya he dado parte a la policía; ella, retante, que no sabe
nada ni le consta.
Yo, empezando a
cabrearme, le digo que cuelgo. Ella, sin más, se me adelanta.
El fin.
Ahorita mismo voy a
comisaría a presentar una denuncia.
¿Será cosa de San Valentín?
2 comentarios:
Me acuerdo Miguel Angel de este tema. Es indignante. Denuncia el numero y que no se salgan con la suya.
Ya nos contarás.
Mi recuerdo para ti y la querida Moli.
Ahora empieza mi trabajo de sabueso. Gumi y Berto han prometido ayudarme. En seguir rastros son auténticos maestros. De momento miramos hacia Málaga. Ta chán… empieza la persecución.
Publicar un comentario