Terminé de leer la carta de Francisco. No consigo explicarme cómo tanta
gente la leyó en un voleo y consiguió enterarse de las más de doscientas
páginas en apenas una par de horas. ¡Qué capacidad!
Yo soy mucho más lento. Así que he tardado casi cuatro días. Claro que
tampoco estaba sólo a eso, había más cosas que hacer.
En fin. El caso es que hoy, mientras internet va a paso de cangrejo,
consigo capiscar dos cosuchas. Sólo dos, de momento.
Una. Este papa es socialista, aunque aún no ha llegado al marxismo. Bien,
coño, bien. En cuanto pasen unos pocos días, aparecerá por ahí un cartel de
Francisco con melena, la hoz y el martillo y un kalasnikoff en bandolera para
completar el cuadro. ¡Mira que si al pajarraco ese se le ha vuelto el plumaje
de blanco a rojo!
Dos. Francisco ha sacado la misoginia que lleva por dentro. Todo porque
no ha dicho que el sexo femenino puede ponerse en cola ante la ventanilla para
recibir el “sacerdocio”.
Por mi parte sólo apunto estas menudencias:
La palabra alegría está 66 veces
Ternura, 12
Amor, amorosa, amoroso, 100
Humana, humano y humanidad, 86
Guerra, 5 veces sólo
Hombre, 14
Mujer, 10
Hombres, la mayoría de ellas
sumado a mujeres 14
Liberador/a, 4
Evangelizador/a, 62
Hambre, 3 !!!!!!
Iglesia, 226
Mundo, 73
Revolución, «revolución de la
ternura» (nº 88), 1 ¡qué pocas!
Me voy corriendo a hacer cosas, que a mí esto tan tierno de la
revolución es que me puede… Aunque urgente y urgencia sólo aparecen 3 veces en
el texto original, porque seguro que se le pasó a Francisco. ¿O no ocurrió así y este pavo sólo quiere templar gaitas? ¡Que también yo puedo utilizar localismos!
1 comentario:
Iglesia 226, ¡claro él es el Papa!, está hablando desde el pontificado y para los pontificados.
Aunque hay en algunos artículos que se sale y entonces aparece la realidad del Misterio o ¿se dirá del Ministerio qué preside?, entonces la paloma flota en el ambiente y aparecen, el hambre, la liberación, la humanidad, la comprensión, la compasión..., la revolución... de la ternura ¡qué por ahora es la única permitida!.
No, no , Míguel, no lo veo yo ni socialista, ni mucho menos marxista. Mira que en mis tiempos mozos conocí a los hermanos Cardenal y a Miguel D´Escoto, aquello era otro cantar, Ernesto decía de si mismo "...ser ministro es para mi una cruz. Yo no soy un político, soy revolucionario, soy un monje y un poeta." Y lo sacaron del sistema los del pontificado.
Ya sé que esto es el pasado y que tenemos que vivir en el presente, pero no estaría mal aprender de los errores pasados y abrir los brazos para abrazar de verdad.
Besos
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