Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por
mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca
me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi
cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más
allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me
encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
3 comentarios:
Hay personas que dejan en su huella,
impresa toda la dignidad del ser humano;
y acercan la verdad hacia la tierra,
en la sencilla mirada con que amaron.
Que su alma descanse en paz:
y su obra continúe en otras manos.
Mandela de la dignidad,
abuelo de la sonrisa luminosa,
sin diferencias al fin por la piel,
tu revolución radical, pacífica,
desviviéndote por la convivencia,
luchando por la justicia,
por un pueblo reconciliado,
un nuevo mundo solidario.
Tú, desde los muros de la cárcel,
o al servicio de tu país
como presidente humilde,
siempre la libertad como guía,
adquirida día día,
conquistada al fin, definitiva,
en tu última partida por la vida.
Hoy tu ejemplo representa
la mejor estrella
para vivir una Navidad
diferente, encarnada.
Hasta siempre, entrañable,
inolvidable Madiba.
(Miguel Ángel Mesa)
También mi espacio está con él.
Un abrazo
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