Sí, esta noche es el
cambiazo: a las tres serán las dos. Con lo cual esta noche será la eterna
noche, la más larga del año, contraviniendo a la naturaleza, que da por hecho
que la noche más estirada es la del 21 de diciembre.
El caso es que esta
noche me acostaré una hora más tarde, en la convicción de que voy a dormir lo
mismo. Y estaré engañándome. Porque trasnocharé una hora que no sabré
aprovechar, me desvelaré y tardaré en coger el sueño. Mañana me levantaré con
el cuerpo maltrecho por no haber descansado adecuadamente, me arrastraré a lo
largo de las horas, eso sí, a plena luz del día, hasta que anochezca, una hora
antes, que me inducirá a ralentizar las cosas hasta que vuelva a la cama.
Ya en horario
habitual, si he logrado para entonces normalizar mis biorritmos, tal vez consiga
que la noche de después del cambio de hora me emboque en un lunes que se
anuncia todo menos tranquilo. Ya veremos.
1 comentario:
Miguel, de la entrada anterior es tan grafica la realidad que horroriza solo de verlo. ¿como es posible que pasen estas cosas con nuestros semejantes?...
Esta noche disfrutaremos una hora mas, cuando trabajaba en el hospital, eso era un suplicio, en vez de 12 horas trabajar 13 de noche se notaba mucho, era agotador.
Besos Miguel Angel.
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