Foto nocturna, porque destaca más el amarillo, que si no de qué voy a tirarla a estas horas |
A punto de entrar en
el invierno a golpe de decreto, ya sea por motivos económicos o por estar a
bien con el resto de los países, compruebo con horror que la cosecha de
membrillos se reduce a cuatro unidades: 4.
Puesto que no soy
capaz de hacer mermelada para el año que viene a partir de tan escuálida
recolección, me los comeré asados de postre cualquier día de estos.
Aviso pues: este año
no esperen mis amistades que les llegue ningún tarro de tan dorado producto.
En su lugar les dejo
esta panorámica de arena dorada, que no sabrá igual de rica, pero al menos relajará
el ánimo y sustituirá la ansiedad resultante por otra centrada en el futuro verano.
El año que viene, más de lo mismo.
Esas huellas de la derecha corresponden a mis pies desnudos y a las pezuñas de Gumi, también desnudas. Playa de Doñana |
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