Pero antes nos comemos las tortillas. A la vista está. No llegué a
tiempo de ver al jurado contemplarlas y catarlas.
Sobre los restos del condumio se organizaron juegos infantiles, y para
todos hubo: carreras de sacos, la rana, la chana (también llamada calva), romper pucheros… Tan extenso fue el repertorio y tanto se dilató su realización, que
el sol cubrió lo ancho del pinar, y no quedó lugar donde aguantarlo. Eran casi
las tres, y aún había pucheros por romper. Unos con agua, otros con harina,
todos, absolutamente todos, con premio. A elegir…
Ya se
hizo anoche la entrega del jamón para quien se disfrazó mejor que los demás,
porque las medallas se repartieron hoy por la mañana, entre gente menuda y
talluda sin medida ni consideración. Quien no se llevó alguna es que ni apareció.
Lo mejor de todo, estas fieras tan enormes armadas con tan amenazadores palos.
Broche final para estas fiestas en desigual competencia con otras varias
en la ciudad y cercanías. Hasta tal punto que no merece la pena continuarlas
por la tarde, habida cuenta de que al día siguiente es lunes, y hay que currar.
Así pues, acabadas estas fiestas, ya hay quien está pensando en las
siguientes. Ojala vivamos para contarlo. De ser así, aquí estaremos.
2 comentarios:
He seguido cada día la crónica de estas fiestas. Al inicio del verano apetece estar al aire libre, una buena paella y a divertirse un poco. Te mando besos calurosos.
Como ha hecho estupendo, todo se ha podido realizar. La sede de la asociación es muy pequeña y no da más que para poner la exposición de trabajos de manualidades. Todo lo demás, en la calle o en el pinar. Afortunadamente lo tenemos bien cerquita.
Y yo te reenvío abrazos pasados por el refrigerador…
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