Al llegar las fechas
oportunas, cada vez que salías de un banco o caja de ahorros, cargabas con un a
modo de tubo para empapelar paredes. Eran los calendarios que, si no los
pedías, allí se encargaban de entregártelos, enrollados y en cantidad, en
proporción inversa a tus movimientos de cartilla. Además en la tienda de
embutidos, en el garaje, en la panadería, incluso en el correo convencional,
tenías una amplia variedad, en tamaños, estilos, colores y emotivos o calculados
dibujos, fotos y anagramas.
Siempre he tenido de
sobra para colocar en cada sala, y tengo unas cuantas, de manera que tanto
mayores como pequeños tuvieran siempre a la vista el mes en curso del año en
curso. Escogía siempre los de tipo faldas, así cada mes tenía que pasar por todo el edificio arrancando la hoja de cada mes al empezar el siguiente. Era una trabajo incorporado a mi sueldo.
Pero este año cursa
de manera diferente y, como daño colateral de esta puñetera crisis, ni uno,
siquiera en la cocina, tengo para colocar.
¿Será que como ahora
todos tenemos móvil ya no hace falta calendarios ni relojes?
Lo de los relojes lo
digo porque entre la montaña de ropa usada, juguetes usados, sillas de bebés
usadas, corralitos, baños y demás, todo usado por supuesto, también han venido
unos cuantos relojes de pilas de cocina o de cuarto de baño o de galería, o de…
Pues no estaría nada
mal, si el asunto fuera simplificarnos un poco la vida. Pero me temo que no van
los tiros por ahí. He podido comprobarlo tras la fiesta de los reyes.
En un principio creí
que ya estábamos en pleno de-crecimiento empezando por un de-consumo, eso de la
austeridad y de valerse con menos cosas. Pero es muy otra la razón: falta de
espacio. No caben en los pareados y adosados más utensilios, de forma que para
entrar antes han de salir unos cuantos cachivaches.
Lo malo es que los
calendarios que traen son del 2012. Y no me sirven.
Ahora tengo que
resolver esta ecuación aparentemente sencilla: ¿fotocopio el mes de enero y lo
pongo en la pared, o la dejo como está?
A lo mejor acierto no
poniendo nada, y así nadie puede luego echarme en cara que el tiempo pasa muy
deprisa, y que apenas empezado el mes rápidamente termina. Claro que quien así
pensara a buen seguro que esta crisis a él no le afecta. A la mayoría de
personas de mi entorno los meses se les hacen más largos que una cuaresma.
¡Ya está! He decidido
no poner este año calendarios de pared. Total, nos da lo mismo febrero que
abril, marzo que julio; ninguno tiene extraordinaria. Y un trabajo que me quito.
3 comentarios:
¡jajajajaj!..has resuelto bien el tema, este año no hay calendarios total....el tiempo pasa irremediablemente.
Mira escucha este trio en la canción
http://www.youtube.com/watch?v=3H32v_nTVi8
El almanaque
estos parece ser, que sienten peor eso del paso de los días....
Nosotros optimismo y resolución.
Besos
Eso y responsabilidad de lo hecho.
Honestidad valentia y pisotear.
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