Hasta última hora de
la madrugada me ha llevado cerrar la contabilidad parroquial del ejercicio 2011. Para
comprobar que, como era de prever, el resultado es negativo. En pequeña
cuantía, es verdad, pero no podía ser de otra manera, con la crisis apretando
al personal tanto para aportar como para solicitar.
Y ahora, mientras me
fumo el último minipitillo, me pregunto si sería honesto que, tal como están
las cosas, hubiera sido de otra manera.
Me voy tranquilo a
dormir. Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Cuantas veces se han expuesto
las necesidades, se ha respondido por encima de lo esperado. Por contra,
también ha sido mucho mayor la petición de ayuda de lo que está en nuestras
manos atender.
Aunque 2012 sea lo
que vaticinan y todo el mundo prevé, seguiremos haciendo de vasos comunicantes,
repartiendo por un lado lo que por el otro recibamos. Y que vamos a recibir, no
me cabe la menor duda. Si vuelven a salir números rojos, tomaremos de ver el
modo de no hipotecarnos con los bancos, que hay mejores maneras de practicar la
solidaridad. Pero si no quedara más remedio… siempre nos quedará cultivar la
tierra baldía que aquí, justo al lado y en cantidad, duerme el sueño de los justos
esperando el santo advenimiento del ladrillo y la especulación.
4 comentarios:
"Gracias por dejar un mensaje. Lo que piensas, sientes o crees le da valor y sentido a este espacio. No importa como lo hagas, como lo digas, escucharte será importante y un placer, por supuesto."
Eso dices, pero después ¿ qué es lo que haces?. Yo creo que deberías borrar también eso. Claro sólo si eres consecuente. Es que de nuevo te vuelve a pasar lo que siempre te digo: dices sin decir diciendo. Después de ese tu primer "cacho párrafo" decides aprobar o desaprobar los comentarios en nombre de la solemne "moderación de comentarios". Moderación que consiste en arrimarse a las barbaridades que sueltas en tus entradas.
De todas formas lo importante es que tú lees los comentarios( sin importar que los borres o no) y puedes tomar conciencia de lo que realmente estás haciendo, aunque sin atreverme por eso a decidirme por tú bondad o maldad. El juez es Otro.
Esta vez te has atrevido a apropiarte y enarbolar la enseña de Cáritas, a pesar de que tengo entendido que no quieres saber nada de ella en esa parroquia.
Desde luego Alfonso, tu constancia y persistencia son encomiables. Te mereces un monumento. Y como no puedo elevártelo, te dedicaré un poco de tiempo y de paciencia.
Suelo tener la puerta de mi casa abierta, para que el personal entre sólo con decir ¿se puede? Entra y saluda y, de pie o sentados, charlamos. Si ocurriera que alguien entrase para no saludar, ni hablar, ni hacer cosa de provecho, me vería forzado a echar la llave, y hacerle esperar fuera. Ahí, tal vez hablaríamos.
Es lo que debe ocurrir en los lugares donde la palabra tiene el don de reunir a los seres humanos, léase el parlamento, por ejemplo. Hay turno de palabra, y alguien que pone orden y dice si procede o no hablar, qué y cómo.
Hasta ahora no lo has hecho bien. Has entrado de malos modos, y has hablado fuera de contexto. Así me has empecinada algunas entradas que yo había armado con gusto y cariño, los míos por supuesto.
En una ocasión incluso he tenido que borrar doce, 12, comentarios tuyos, repetición de lo mismo, por no venir a cuento. Has colmado mi paciencia.
Tengo que avisarte que esto no es el plató de telecinco, y que me gusta que en mi blog se mantenga compostura. Dentro de un orden se puede hacer y decir de todo. Pero claro, el orden lo controlo yo, que para eso es mi casa.
Hoy has hecho un comentario que está dentro del tema, y eso está bien. Si sigues así, seguiré leyéndote. En caso contrario, no.
Sí, he puesto la enseña de Caritas (sin tilde), porque tengo todo el derecho a hacerlo. Soy el director de la Caritas Parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, formo parte de la Caritas Diocesana de Valladolid, englobada en Caritas España y dentro de la eclesial Caritas Internationalis; y mi referencia en mi acción pastoral y de atención solidaria es la Caritas, Xaris, que San Pablo canta en el himno de 1ª Corintios 13: el Amor de Abba (como no podía ser de otra manera, habrás de comprender).
Ya termino: No me conoces, no sabes de mi parroquia, y también ignoras quiénes la integramos. Lo reconozco, mía es la culpa por dar tan malamente información de todo ello. Pero confío en que, a pesar de mi pobre forma de expresión, vayas enterándote aunque sea leyendo entre líneas.
Esta vez sí que me has asombrado y no esperaba esta reacción tuya ante la que me descubro. Además de no ejercer tu prerrogativa de borrarme me has contestado. Y aunque mis objetivos ni eran ni son estos te doy las gracias por la atención.
Dicho esto y sin pretensiones de aclararte contesto a tus precisiones:
1. Lo que hagas, pienses o escribas en tu ¿casa? no me preocupa en “principio”. Otra cosa es que lo saques fuera de casa y/o prediques en medios “públicos” como lo es la red. No te digo ya nada cuando tus manifestaciones “públicas” son de deslealtad a la Institución Eclesial que representas públicamente. Tu blog no es tu “casa”, aunque sí son tuyas tu idea de compostura, tu idea de malos modos y tu idea de orden.
2. No me esperes en tu ¿casa? . Aunque me gustan los perros me dan pena: en esta sociedad tan sensible y animalista después de tenerlos todo el día encerrados les sacan un ratito pero bien atados. Y eso a pesar de todos los parques que la sociedad y yo hemos pagado ( ¿para los niños?). Por cierto, dices que sólo vas donde van tus perros, ¿también vas a la iglesia de tu parroquia?
3. Me dices que no te conozco, ni a tu parroquia… Yo no voy a decirte nada sobre este asunto a pesar del riesgo que puedes correr con semejantes afirmaciones. Lo que sí dejas claro son las ganas que tienes de saber quien soy: ¡qué pesao eres! Ya te lo he dicho muchas veces: en todo caso lo importante son las ideas, no quién las dice ni los títulos que tiene.
4. Veo que ni desde el punto de vista ortográfico estás englobado en la Cáritas Española ni menos en la Cáritas Diocesana de Valladolid, quizás en la Caritas Internationalis. Caritas sin tilde creo es latín, pero Cáritas con tilde es una organización (institución) española. Pero esto no es demasiado importante: date una vuelta por la wed de tu parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y allí verás en qué consiste el servicio de la caridad en esa parroquia muy bien explicado por el Director de esa Cáritas. Y si quieres molestarte un poco más vete al “buzón de sugerencias” para ver que le contesta el director de la Cáritas parroquial a uno que se le ocurre preguntar cómo se ejerce ese servicio de la caridad. Ya me explicarás si quieres todo esto a parte de eso de los camioncitos de la PAC, de los que cuentas no te importa de donde vienen ni lo que persiguen, porque según tú lo importante es repartir lo que traen a los necesitados. Es decir “el fin justifica los medios”.
1. Sólo rindo cuentas de mi persona ante mi feligresía y ante mi obispo. Punto.
2. Ni te espero ni quiero que vengas.
3. Mis perros van donde voy yo, y viceversa.
4. ¿Verte?
5. Si no te convence, y no tiene por qué hacerlo, tienes otros cien mil sitios donde ir. Aquí es esto lo que hay.
6 y último. Sí, el fin siempre justifica los medios. Santo Tomás me perdone, si le parece. Y si no, pues allá él.
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