No es este un blog
que esté en el candelero, ni que participe en lo que llaman redes sociales; ni
siquiera está albergado en un portal de esos que manejan cifras astronómicas de
intervinientes. Por eso me llama la atención el número de visitas que está
teniendo una entrada que hice el 3/10/2010. Y mucho más teniendo en cuenta su
contenido: el texto íntegro del llamado Catecismo Holandés, publicado por la
Conferencia Episcopal de Holanda inmediatamente después del concilio Vaticano II.
Corrían los años sesenta.
Es verdad que se
trata de un libro que debiera estar en cualquier biblioteca que se precie.
Parece ser que ya no está disponible a la venta y que sólo puede encontrarse en
librerías de viejo.
Sin embargo, y a
pesar de tratarse de un catecismo, su lectura es tan amena, su edición tan bien
cuidada, y es tan actual ahora como lo fuera entonces, que para cualquier
persona interesada o simplemente curiosa bien merece la pena entrar en aquella
entrada de mi pequeño mundo y leer.
Son más de quinientas
páginas que puse en formato pdf. A veces, según esté la red, se hace lenta su
carga, pero en cuanto se localiza el punto buscado, o donde se dejó su lectura,
luego ya todo es coser y cantar.
No colgué, porque no
quise, la adenda que la Comisión para la Doctrina de la Fe exigió publicar
conjuntamente. Y no sé si estará localizable por algún rincón de Internet. Si
hubiera persona interesada en ella, podría escanearla. Pero sólo si alguien me
lo pide. En otro caso, no lo haré.
Si el abulto número
de visitantes se debiera a curiosidad por ver si cabe alguna posibilidad de que
sea rehabilitado por el nuevo inquilino de la casa blanca vaticana, como dijo
el poeta, “los que entréis abandonad toda esperanza”. Cualquier otro motivo será
igualmente respetado, y puede que hasta compartido. Sólo basta con probar…
2 comentarios:
Míguel, esto que estoy leyendo es un déja vu pero con otro titulo de entrada, otras fotos.., o es que me estoy volviendo majareta con la cosa de los años? Ya te digo desde aquí que en tu blog está pasando algo raro. Bueno cada vez que pasas a otra página se borran cosas, encontrar alguna entrada se hace complicado y no acierto a dar con el por qué de estos fenómenos. En fin, la cosa no es tan grave pero me trastorna que ni te cuento.
Por cierto y hablando del titulo que le has puesto a tu entrada de hoy, "recordar es volver a pasar por el corazón", pues sí, tienes razón y a eso me he dedicado hoy comiendo con unas amigas del Hospital y encontrándome en el camino con otras por puro azar. Ha sido entrañable y con el día veraniego que nos ha hecho en Madrid no podía haber sido mejor.
Recordando... mientras podamos.
Besos
Es repe porque habla de una página ya escrita hace tiempo. He vuelto a ella porque me sale de ojo el número de visitantes que le achaca este aparato.
En lo que yo sé, no faltan páginas. Sólo hay fotos que han desaparecido, porque las alojé en portales de (o en) los que ahora no tengo modo de acceder y controlar. Estoy, por ello, reeditando algunas entradas viejas con fotos propias, para que no vuelva a suceder.
Por eso tuve problemillas con mis álbumes picasa, que relaté recientemente.
¡Qué sano es recordar! Desaparecen, o descubres que han desaparecido por completo, viejos resquemores…
Besos
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