Porque, según y cómo,
puedo estar en desacuerdo con Agamenón y concordar con su porquero.
Bien mirado, don
Antonio Machado, alias Juan de Mairena, podría haber usado un barquero; al fin
y al cabo, ya se sabe que los barqueros son los que dicen las verdades.
¡Huy! Rajoy en
persona! oí al doblar el estante de los detergentes. En Mercadona del Peral los
tienen en un extremo. Iba yo mirando cosas, por ejemplo, los frutos secos que
parece que los cambian de lugar diariamente. Y con el casco de la bici y el
cuello de la zamarra hasta las orejas, puedo pasar por él y por su contrario.
Aún así, al llegar a casa me paré ante el espejo de la entrada.
Hoy veo que es muy
posible que Rajoy pasara por allá.
No estoy convencido.
Aún así tal vez no me quede otra que decir siempre la verdad de Agamenón. Soy
simplemente un (su) porquero, y ni siquiera el rebaño que apaciento me
pertenece.
Decididamente una
cosa es el poder de la verdad y otra la verdad del poder.
«No es
fácil que pueda yo enseñaros a hablar, ni a escribir, ni a pensar
correctamente, porque yo soy la incorrección misma, un alma siempre en
borrador, llena de tachones, de vacilaciones y de arrepentimientos. Llevo
conmigo un diablo —no el demonio de Sócrates—, sino un diablejo que me tacha a
veces lo que escribo, para escribir encima lo contrario de lo tachado: que a
veces habla por mí y otras yo por él, cuando no hablamos los dos a la par, para
decir en coro cosas distintas» (Juan de Mairena a sus alumnos, en el libro
homónimo de Antonio Machado).
Este
último párrafo no parece venir a cuento; pero me gusta, así de simple.
4 comentarios:
¿Estás diciendo que te confundieron con Rajoy? Imposible, de todo punto imposible. Otra cosa es que todos somos Rajoy, o que todos somos todos, y que la esencia es común, o que Agamenón y el porquero son la misma cosa, el pastor y el rebaño son una unidad, o cosas más complicadas que no sé explicar.
Yo ya no discuto sobre la verdad. No me creo que haya una Verdad verdadera, sino muchas pequeñas verdades que sólo puede verse en conjunto como la Verdad desde un punto de vista inaccesible al ser humano en esta tierra. Lo malo es que el poder use esto para enredar y machacar.
¡Con el mismo! Perdona, ni soy gallego, ni registrador, ni soy tan alto, ni… Claro que si nos remontáramos a los neanderthales tal vez encontraríamos algún anillo de nuestro tronco en común.
En cuanto a la verdad… tengo que aprender a ser mayor y no defender tanto mi verdad como lo estoy haciendo hasta la fecha.
¡Qué risa! si algún/a paisano/a tuyo/a te confundió con Rajoy es para troncharse, mándalo/a directamente al oculista, pero ya. Y menos aun en estos momentos; están un poco mal de la chola si no no se entiende. Y en cuanto a la verdad, ya sabemos que hay veces que es relativa, como casi todo en esta vida, pero que hay una verdad, es seguro, seguro. Esta es mi verdad.
Besos
Yo diría que con un gato
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