Esta, por ejemplo, es una escalera que sirve para subir y bajar. Es muy empinada, y cuesta cuando subes, y cuando bajas casi pasas miedo. Sin embargo, suelo usarla una docena de veces, o dos, al cabo del día. Esa es la manera de que tenga un corazón sanote y unas piernas que ni las siento.
Esta escalera es otra cosa. Está en los museos vaticanos. Y no es una, son dos. Chulas, ¿verdad? Una sólo sirve para subir y la otra sólo para bajar. Así no hay choques ni encontronazos.
No sé qué podría hacer Gumi en la escalera de arriba. Esta la sube de dos en dos, y puede estar p'arriba p'abajo por ella toda la mañana, sólo para hacerme rabiar.
Sit transit gloria mundi. Para subir o para bajar sólo hace falta una escalera que cumpla su función, es decir, que sirva. O como dice la canción, para subir al cielo hace falta una escalera, pero que sea larga; las cortas no sirven. La otra cosita… qué será, será. ¿Tal vez otra escalera que baje?
1 comentario:
Tus escaleras "humildes", por las que subes y bajas y haces ejercicio, de un cura humilde, en una parroquia humilde...eso es estar al cuidado de los semejantes y al "servicio"(no me gusta la palabra servicio) de Dios.
La otras, las del Vaticano, muy amplias, muy bien pensadas para que nadie se interponga en el camino de nadie pero... ¿de dónde son? del Vaticano...¿a dónde llevan?....
¡buff! lo que se cuece en el Vaticano no tiene nombre. He leido un articulo hoy de "el Pais"...mira te voy a poner el enlace:
Monseñor, no se vaya a Roma
vaya pajaro el Roger Mahony, ex-arzobispo de Los Ángeles.
Miguel Angel,que turbio es todo.
Besos
Anna
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