Buenos días. Ya estaréis informados de que Luis, nuestro prelado, es ahora el presidente de los obispos de España. Menuda carga le ha sobrevenido. Ya le he dado el pésame, solo a título individual, porque no sé cuál es vuestro sentir y la opinión que os merece.
Digo esto ahora porque estoy dando una vueltecita por la calle de internet, y hay opiniones y manifestaciones de todo tipo. Quien le alaba y quien le denigra. Hay incluso quien le pone como el muro español frente al que el papa Francisco se va a dar de cabeza.
Este es el panorama que ofrecemos como sociedad y también como Iglesia. Y en este medio, el lema del sínodo de la sinodalidad, CAMINANDO JUNTOS, es una realidad pero al mismo tiempo un sueño ilusorio.
Esta tarde nos reunimos en la parroquia para ofrecer el último testimonio que se nos pide antes de elevar todo el mogollón de aportaciones de la Iglesia Mundial a la consideración de los señores obispos en octubre próximo. Afortunadamente no es nuestra última palabra definitiva, es solo la de este momento. Por delante habrá otros muchos momentos en los que tendremos oportunidad de decir "últimas palabras".
Y ante esto se me ocurre una reflexión, que posiblemente ya la he expresado anteriormente, casi con toda seguridad que sí, pero ahora no recuerdo cuándo y cómo. Y es esta: sea lo que sea lo que el futuro nos depare, esta hora es la nuestra; quien calle, habrá callado, y nunca sabremos qué pudo haber dicho y por qué no lo dijo; quien se exprese, ahí estará lo que diga, y será para todo el conjunto, para bien o para mal, yo pienso que siempre será constructivo. Pablo dijo aquello de que uno aró, otro sembró, aquella regó y esta otra escardó… pero fue el Espíritu quien animó todo el proceso y el auténtico sujeto generador de esperanza. El Espíritu también actúa en el silencio, pero el suyo es atronador.
Habrá, por supuesto, quien quisiera mucho más, pero exigiéndoselo a otros. Y no faltará, y posiblemente sean multitud, una mayoría orante, que no se atreva ni a levantar la mirada, aunque la vista la tenga puesta en el horizonte, que le de igual lo que se exprese o se omita en este revolcón de ideas que pudiera terminar siendo el sínodo, porque su realidad es la que es y seguirá siendo en tanto habitemos este valle de lágrimas. Aceptará lo que se concluya, y le dará lo mismo: sabe que nada es definitivo hasta que el caminar concluya donde corresponde.
Si hay quien reza por el papa, para que se lo lleven pronto al cielo, hay también quien reza para que viva muchos años en la tierra. Pero nadie duda que a Francisco le seguirá otro, parecido, similar, diferente… que como todos recibirá el encargo de confirmar la fe de sus hermanos y hermanas. Sea como sea, una cosa, solo una es segura: Se nos examinará en el amor.
Ah, que con el rollo que acabo de escribir me olvidaba del motivo de esta entrada en el blog. Que sí, que aquel chaval que conocí en un pueblo de Tierra de Campos, estudiante universitario en Valladolid, ahora es el nuevo presi de los obispos. ¿Qué quedará en él de aquel zagal de los setenta? Es lo que dentro de muy pocos días podríamos comprobar, -si tuviéramos algún interés en ello-, en mi parroquia, porque tiene cita desde septiembre.
Luis, el arzobispo de Valladolid, viene a lo que viene, y no tiene que pasar ningún examen, al menos con nosotros. Gozosos celebraremos su presencia y aprovecharemos lo más posible lo que de él recibamos. Estoy seguro de que será mucho más de lo que merecemos.
1 comentario:
Y yo estoy segura de que por mucho que os dé aun será poco...
Una reflexión para trasladar al Presidente de la C.E., arzobispo de tu ciudad: desear la muerte a alguien no parece muy cristiano, rezar para que se muera cuanto antes FATAL, si son curas... ¿excomunión? o ésto está pensado para... ¿para qué o quiénes? La fachosfera clerical son un peligro para la vida de una sociedad que ya tiene demasiados frentes abiertos, ¿permitirá vuestra iglesia que la utilicen como púlpito para sembrar más odio?. Estos "niños bien de casa mal" (de casta le viene al galgo, diría mi madre) que tengan valor de hacer eso mismo sin la protección de la sotana y que se midan con los ultrasur y tutti quanti que ya pululan por nuestra esfera... en fin, ¡que los echéis de vuestro seno protector, puñetas!
Míguel, que te vaya bien en la visita del obispo y a Luis ¡que Dios le ampare!
Julia
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