El Cabo de Gata
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No está en el fin del mundo, pero lo parece. Llegar hasta allá supone
atravesar valles y desiertos, llanuras y perdidos, pasar pueblos y rodear
montañas...
Hace 10 años
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3 comentarios:
Unas entradas encadenadas...me encantan tus perros, Miguel Angel, son una bendición de Dios...jajajaja!
menuda frase me he marcado, me estaré redimiendo.
Un abrazo.
Yo es que acabo de entrar a tu blog y tengo un mareo de agárrate que hay curva...pero ¿¿¿que ha pasaó aqui hoy?? ...
Anna, tomo nota de la frasecita. Me acordaré de ella cuando estos amiguitos me cabreen. Y lo hacen con harta frecuencia. Hoy mismo, Gumi… ¡cuatro horas desaparecido! Al fin lo encontré amarrado en una nave de un colegio cercano. Había entrado en el patio y había desbaratado unas tablas de gimnasia. El profe estaba que echaba humo por las orejas… Jajajajajaja
Carmen, estate tranquila, no pasa nada. Se trata de una pequeña reinstalación de mobiliario doméstico. Enseguida pongo todo en orden… + ó - ;=)
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