Pero para disfrutarlas, madrugué. Eso sí, bien
abrigado: seis bajo cero…
El Cabo de Gata
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No está en el fin del mundo, pero lo parece. Llegar hasta allá supone
atravesar valles y desiertos, llanuras y perdidos, pasar pueblos y rodear
montañas...
Hace 10 años
1 comentario:
¡Menudo regalo a tu madrugón!. Supongo que es una tela de araña a la que se le han ido adhiriendo gotitas de rocío, llámale rocío o escarcha o lo que sea; el resultado es espectacular parece una labor de ganchillo de las que hacía mi madre o mis hermanas, algunas, que se les da de maravilla.
Besos y bienvenido.
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