En mi anterior entrada sólo pretendía ilustrar gráficamente una bonita historia. Hoy mismo me he enterado que el tal pantano de Sau sirve de moderno sistema de medida de la riqueza acuífera en el país catalán.
Para demostrarlo, tened la curiosidad de comparar esta foto con la de la entrada anterior. Ojito que se trata del mismo edificio, comprobad la veleta de la torre, es la mismísima, o sea San Romá de Sau.
Para demostrarlo, tened la curiosidad de comparar esta foto con la de la entrada anterior. Ojito que se trata del mismo edificio, comprobad la veleta de la torre, es la mismísima, o sea San Romá de Sau.
Y es que ya me lo decían de pequeño: estudia hijo, no te pares, que seas algo el día de mañana. Y los más antiguos dicen que decían: "No te acostarás sin saber una cosa más"
Esta noche definitivamente podré dormir tranquilo porque aunque no haya plantado ningún árbol, escrito libro alguno o tenido hijo o/e hija, ya sí sé que, cuando lavamos el coche con la manga riega a todo pasto o regamos el cesped voraz de nuestros jardines en nuestros adosados de nivel para ir tirando, puede ocurrir que nos quedemos en pelota viva respecto del agua, como la iglesia de Sau, que está hecha una auténtica pena por causa de nuestros despilfarros. ¡Que la cubran las vergüenzas, por favor!
Esta noche definitivamente podré dormir tranquilo porque aunque no haya plantado ningún árbol, escrito libro alguno o tenido hijo o/e hija, ya sí sé que, cuando lavamos el coche con la manga riega a todo pasto o regamos el cesped voraz de nuestros jardines en nuestros adosados de nivel para ir tirando, puede ocurrir que nos quedemos en pelota viva respecto del agua, como la iglesia de Sau, que está hecha una auténtica pena por causa de nuestros despilfarros. ¡Que la cubran las vergüenzas, por favor!
2 comentarios:
Estupendas fotos, Miguel Ángel, y además impresionan, porque he visto las anteriores, con la veleta asomando un poquillo y esto de ahora... El agua es un bien muy reñido, un regalo que no podemos malgastar, como tú bien dices y los murcianos sabemos, y no lo digo por las patochadas de los trasvases faraónicos, sino porque desde niña he aprendido a cerrar el grifo, a tener cortes de agua en verano, a no tirar una gotica. Ahora ya es un problema global. Tú sabes que mucha gente en el mundo no tiene agua potable y que eso es fuente de enfermedades y pobreza. Somos unos privilegiados, la verdad, lo que no nos da derecho a comportarnos como sátrapas con lo que tenemos.
También a mí me enseñaron a ser cuidadosos con el agua, que había que transportarla en calderos y cántaros desde la fuente hasta una gran tina en casa.
Pero parece que estos tiempos que vivimos se resisten a aceptar la verdad evidente de que el agua corriente es un lujo que ni apreciamos ni nos merecemos.
Algún día lo pagaremos muy caro.
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