Aprovechando la llegada de la primavera, que San José es su portero natural, nos fuimos al campo. Nos recibieron muy bien, que ya es habitual. Retocé por mi pueblo natal, y disfruté de una libertad que apenas estrenaba.
Íbamos, aparte de los animales irracionales de dos patas, por orden alfabético: Berto, Lina, Mica, Moli y un servidor de ustedes, Gumi.
Próximo a cumplir el medio año, demostré docilidad inusual, que esas no son maneras habituales mías, más dado a morder cualquier cosa y deshacer almohadas, que su relleno me apasiona. Palabra que no mordí nada, que dejé las plantas y las piedras tal cual estaban, podéis ir y comprobarlo. Y si por casualidad descubrís algún desperfecto, no fui yo, sería Lina, que es una mosquita muerta y parece que nunca rompe un plato.
Sí extrañé olores que eran nuevos, porque en el pinar donde habitualmente paseo las cosas tienen otros aromas. En el monte todo es un poco más salvaje.
Berto, mi padre, siempre estuvo a su bola, y eso que tenía puesto el collar de marras, con el que intentan vanamente mis amos tenerlo algo sujeto. Pero, quiá, ni por ésas, no hay manera de tenerlo a raya.
Esa cosa grande y blanca es Mica, una seter dominantona, que no me dejó ni por un momenteo morderla las orejas, y eso que las tiene casi tan largas como yo. La muy soberbia, ¿qué se creerá?
De mis amos sólo os ofrezco las piernas y las espaldas, que este post es sólo mío. Y a la Moli la pongo de pasada, que esta vez corrí tras la jovenzuela de patas largas y melena al viento. Digo yo que si tendría celos de mí, porque me tiró más de un bocado, claro que sin conseguir pescarme.
De mis amos sólo os ofrezco las piernas y las espaldas, que este post es sólo mío. Y a la Moli la pongo de pasada, que esta vez corrí tras la jovenzuela de patas largas y melena al viento. Digo yo que si tendría celos de mí, porque me tiró más de un bocado, claro que sin conseguir pescarme.
Eso que se ve ahí ni es camino ni es arroyo; son las dos cosas, y me tuve que mojar para poder pasar, y de veras que no me hizo gracia, que estaba el agua muy fría. ¡Claro, ahí nace el río Bajoz!
Una apuesta para los listillos y también para las listillas: ¿Quién de los dos soy yo? Se admiten propuestas y porfías.
4 comentarios:
A la izquierda (siempre a la izquierda) ahí está el pícaro Gumi y a su lado su padre Berto, ¿sí o no? ¿eh?.
Pero sólo porque lleva el collar con el que sus amos intentan sujetarlo en vano, según nos acaba de ilustrar el Gumi narrador... por lo demás parecen 'talmente' igualitos, como gemelos.
Vaya perrunada os habéis organizado, bueno, bueno, es una gozada poder verlos así desde aquí por lo que imagino que en vivo y en directo ya es la repera.
Besos a discreción para la concurrencia.
Buen paseo ¡ si señor !, aquí lloviendo todo el fin de semana.
Están todos guapos/as, es que la respuesta está cantada, como dice Julia, mismamente el de la izquierda y es que das muchas pistas con lo del collar.
Besos
Hola,Miguel Ángel. Me he tomado un respirillo para venir a visitarte y me encuentro a Gumi y a toda la tropa de paseo. Qué alegría. Para mí que Gumi es el de la izauierda según se mira. Al principio me creí que le habías buscado un gemelo a Gumi con fotoshop o algo así. Es que son clavados. Hay que ver qué eficaces son los genes, ¿eh?
Buena entrada de primavera, amigo. Un abrazo muy fuerte.
¡Premio para la tres! ¡Buena tirada!
En efecto, Gumi es el de la izquierda. Se nota, por supuesto, por el collar especial que lleva el indomable Berto. Gumi no lo va a necesitar, porque está demostrando que además de simpático es obediente y dócil.
Pero tiene otros matices diferenciadores: en especial la mancha blanca sobre el cuello. Berto da la imagen perfecta de su raza, Gumi es imperfecto lo que le hace mucho más simpático. Un ojo a la virulé, unos dientes finos como alfileres, le falta ya una uña en la pata derecha y la mirada la tiene demasiado tierna para ser un beagle.
Julia, que sea todo una perrunada es culpa del Jefe, Jesús se llama, que le encantan los perros pero no los puede tener todos en casa, y los reparte entre sus amistades. Si en algún momento tuvieras un capricho, ya sabes a quien acudir.
Besos y más.
Laura, por aquí también el tiempo está desigual; sale el sol, se cubre, caen cuatro gotas, vuelve a salir el sol, vuelve a cubrirse, llueve de nuevo… Andar por el campo es también cargar con barro en las botas.
Cuando leas esto el martes, si es que tienes ganas después de la guardia, espero que tu espalda no te pase ninguna factura porque tú hayas tenido cuidado.
Besos, pues, en cantidad.
Fuensanta, cada vez que te cuelas por aquí me das mucha alegría. Ya sabes que yo pienso que un blog no es lo que muestra, sino lo que los visitantes van dejando. Y a me dais mucho.
Gracias y hasta la vuelta.
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