A propósito de los crucifijos

Me han reconvenido cariñosamente por expresarme como lo hice a propósito de los crucifijos en los lugares públicos y laicos. No me desdigo, no, sino que me afirmo en lo que digo: nunca el crucificado sirva para imponer a otros una presencia que no sea la propia vida, vida vivida según la vivió quien tuvo el fin que tuvo Jesús, el de Nazaret, el que pasó por la vida haciendo el bien.

¿Qué significa una cruz en un lugar donde confluyen otras creencias o descreencias?

¡Ah sí, nuestra cultura, nuestras raíces, nuestra tradición! Bueno, pues no, que también son cultura y tradición nuestra la espada unida a la cruz, el poder unido al culto, el imperio que todo lo conquista y lo doblega y los subyuga.

El cristo que cuelga de la cruz es un signo del servicio, de la entrega, del amor hasta la muerte. Es también sacramento de cuantos humanos hoy están aún crucificados. Una cruz de adorno, una cruz de recordar aquí estamos nosotros te vas a enterar, una cruz que carga conciencias, una cruz así de cargante ni libera ni conduce al Abba que lloró con el Hijo agonizante. Esa cruz, que también puede ser obviada por excesivamente visible, ni es redentora ni recuerda que es victoriosa precisamente de las mismas estructuras que la hicieron y la siguen haciendo real en este mundo crucificado.

Esa cruz que busca en las leyes la trampa para que se anulen o se minusvaloren no es la cruz de Cristo, tampoco debería ser cristiana.

Cruz que es defendida por los mismos o parecidos que siguen manteniendo o al menos consintiendo o siquiera callando que cruces actuales sigan siendo posibles no es cruz que merezca ni un minuto de nuestro tiempo precioso perdido en naderías que hieren a quienes más deberíamos curar de sus heridas, producidas precisamente en nombre de la cruz.

Esta tarde quiero ofrecer esta plegaria que recuerda el sentido de la única cruz que nos interesa:

El dolor extendido por tu cuerpo,
sometida tu alma como un lago,
vas a morir y mueres por nosotros
ante el Padre que acepta perdonándonos.

Cristo, gracias aún, gracias, que aún duele
tu agonía en el mundo, en tus hermanos.
Que hay hambre, ese resumen de injusticias;
que hay hombre en el que estás crucificado.

Gracias por tu palabra que está viva,
y aquí la van diciendo nuestros labios;
gracias porque eres Dios y hablas a Dios
de nuestras soledades, nuestros bandos.

Que no existan verdugos, que no insistan;
rezas hoy con nosotros que rezamos.
Porque existen las víctimas, el llanto. Amén.


Es el himno de vísperas del viernes de la 2ª semana de la Liturgia de la Horas.

Que Cristo Rey no nos “estorbe” a cuantos creemos en el Abba, en el Hijo y en el Espíritu.

Se nos amontonan los problemas…

Hoy tengo el cuerpo un poco revuelto. Aparte del día que ha amanecido tristón, hay dos motivos de suficiente entidad como para que me afecten de semejante manera. Voy a comentarlos por orden de desigual importancia.

1º. La violencia de género.

¿Cómo es posible que estemos como estamos a estas alturas de la vida, digo de la historia, de la evolución del género humano, de nuestra civilización?

Es algo que me obnubila. ¿Cabe en cabeza pensante expresiones como esas de “la maté porque era mía”, “si no conmigo, con ninguno”, “con lo mío hago lo que me da la gana"…? ¿A qué suenan estas expresiones?

Mal por quienes las manifiestan, mal por quienes tan sólo las piensen, fatal por una sociedad que ha producido semejantes “productos decidores (y, más aún, hacedores) de tamañas burradas”.

Reclamar un espacio para la Mujer, se me haría ridículo; en este nudo espacio temporal, ¡qué ridiculez! Pero vistas las cosas como están, habrá que caerse del burro y habrá que gritar lo que, a fuer de evidente, parece que no se entiende ni se comprende.

¡Viva el ser humano! ¡Vivan las mujeres! (Que vivan, que no muera ya ninguna más) y, por supuesto, ¡Vivan, también los hombres!

¡NO A LA VIOLENCIA MACHISTA!

[Otra cosa a tratar, pero será en otro momento, es el uso del lenguaje que, a fuerza del mal uso, ha degenerado en ofensivo, no sólo molesto, para quien se considera, porque así se ve, víctima.]

[Y otra cosa como colateral a ésta: el machismo eclesial, que no cristiano. Tengo que pensar cómo lo hago. Pero he de hacerlo, porque es de justicia y es también cristiano.]

2º. El crucifijo en lugares de público y laico acceso.

¡En qué follón nos metió el dichoso Constantino cuando se ligó a San Melquíades para hacer un todo uno imperio y cristianismo. Se jodió desde entonces el asunto de tal manera, que hemos estado toda la historia amarrados a esta estaca podrida, y así estamos.
¿Quién salió ganando? El imperio, por supuesto.
¿Quién perdió? El Evangelio. Desde entonces ya no es lo mismo. No sé cómo fue antes de, si tan bonito y ejemplar como se dice, pero si sé que a partir de todo esto es una mandanga.

Ahora estamos en que si crucifijo sí o crucifijo no, que ¡crucifijos fuera!, que están de más, que además molestan…

Y digo yo: si están de más, están de más. Es decir, si cabe pensar que pueden estar de más, es que están de más, así de simple. Su presencia o sirve, orienta, reconforta, ilumina, ayuda…, o no tiene sentido. Si ofende, no hay más que hablar.
¿Cabe pensar que Jesús, el de Nazaret, quisiera estar presente a la fuerza, en alguna parte? ¿Puede siquiera pensarse que el Buen Hombre pretendiera imponerse a quien no le aceptase? ¿Decir que reina en “alguna parte” significa que avasalla?
Sólo una vez alzó la voz el “manso de corazón”: cuando se tocó lo intocable del Abba, cuando se mercadeó, cuando se prostituyó, cuando se utilizó para humillar y oprimir y sojuzgar a los preferidos del Reino.

Fuera los crucifijos que molestan, y también aunque no molesten. Que nuestra fe no se apoya en imágenes, sino en vida.

Dejemos ya de nombrar tanto a, ¿cómo dices que se escribe?, YHWH, el impronunciable, el que no se puede expresar ni definir ni conceptualizar ni, por supuesto, encasillar ni manejar, mucho menos manipular.

Aquel pueblo de esclavos lo experimentó como presencia viva que acompañó su liberación.

Jesús lo vivió como el Abba, el aliento paterno-materno que llenaba su pequeñez, que agrandaba su fe, que fortalecía su empeño.

Si así es lo que Jesús vivió, ¿vamos ahora nosotros a pegarnos por si crucifijo si o crucifijo no? ¿De nuevo volveremos a convertir las cruces en espadas? ¿No habíamos quedado en que de las lanzas haríamos podaderas, y las armas las transformaríamos en arados?

¿Para cuándo vamos a dejar la Nueva Era?

«Hoy comienza una nueva era,
las lanzas se convierten en podaderas,
de las armas se hacen arados
y los pobres son liberados.»
(Isaías 2, 1–5)

Aviso para navegantes

Ayer pasé una mala tarde. No tenía, a priori, ningún motivo para ello. Al contrario, todo parecía ir de cara: en tenis íbamos ganando, el Pucela ya lo había hecho, tenía una gozada de reloj de pesas en reparación avanzada –mi afición favorita: desarmar cacharros viejos- y todavía estaba saboreando la Celebración de la mañana con un juicio final que ni era juicio, ni final, ni metía miedo, ni había juez, sino un abogado defensor con todas las pruebas a favor. Y claro, también estaba la boda del sábado, que me había dejado tan buen sabor en los labios y en el corazón.

Pero si es verdad que en domingo todo puede ser posible, también cae dentro de la posibilidad que llegue "lo imposible".

Y llegó, vaya si llegó.

Claro, que le ayudé no un poquito, demasiado.

Animado por mi insensatez, pecando de mucho más que de ingenuo, me explayé en lo de la boda de autos, perdí el rumbo, desatiné. Cuando sólo tocaba hablar de mí, hablé de otros. Hice mal. No puedo decir que pequé de ingenuidad. A estas alturas de la vida uno ya no es un ingenuo, menos inocente. «Ya no somos inocentes en la mala y en la buena», porque aún, todavía, «algunos cantan victoria porque el pueblo paga vidas»; que «la muerte mata… y escucha».

Navegante amigo que llegues a este puerto. Lo inicié el 29 de mayo de 2008 con curiosidad y desconocimiento. Alguna vez me expresé en el sentido de temer algún temor. Alguien amigo me animó a quitármelo de encima, que también hay gente buena, que no toda va a hacer daño, que no. Animado, me animé, y me pasé de la raya.

Has de saber, capitán de navío, que navegas por Internet, hay, de verdad, tiburones –auténticos depredadores- que van a buscar tras lo que ofreces con generosidad, otra cosa. Buscarán las vueltas, darán revolcón al pastel, aderezarán la cosa con sus especiales condimentos, y quedará al fin, pues, una mierda tan grande que no sabrás, después, qué hacer con ella.

Nauta, ten cuidado, no todo el mar es azul, hay también simas abisales de las que puede surgir cualquier cosa, nada buena, toda ella mala.

Una auténtica fiesta

Ayer tuve la inmensa suerte, porque suerte fue, que me tocó la lotería, de asistir a una boda entre dos pedazos humanos, una mujer de tronío y un hombrazo fetén. Disfruté como hacía tiempo que no lo hacía, creo que disfrutamos todos y todas. Y después de escuchar su sí a la vida, y tras haber proclamado la Palabra de Dios bajo textos de San Pablo y de San Juan, tras brindar al Abba por Jesús y el amor, cogidos de la mano, yo con la suyas, que me la abarcaba como a un bebé aquel pedazo de hombrón y aquella mujerona de empaque, nosotros todos y todas rezamos al Abba, comulgamos a y con Jesús, y sabedores de que el Espíritu nos habita y contamina, salimos a la vida a vivir la Vida.

¡Que vivan los novios! Va por vosotros, pareja.

¿Catequesis también en domingo?, esto es mucho

Ayer he tenido catequesis por ausencia del titular, que tenía curso en la capital del reino.

Fue después de la Eucaristía Parroquial, tras fumar un cigarro en la calle con la gente, oye ¿pero fumas todavía? Sólo de vez en cuando, cada vez menos.

Total, que a las 13:15, con el sol bien en lo alto, emplazo a los jovenzuelos y jovenzuelas a subir a la biblioteca, empieza la catequesis.

Subimos, entramos, nos sentamos, ellos y ellas bien juntos justo enfrente de mí, que estoy solo conmigo y con sillas vacías a los lados.

Y empezamos a hablar de las fiestas, que cuándo organizan fiestas y cómo las celebran. Empiezan por decir que en los cumpleaños, que los fines de semana, en Navidad, por Pascua, cuando tienen aprobados, y también en verano. Y también de vez en cuando porque sí.

Al cómo, les cuesta empezar. Entonces tercio yo hablando de los guateques (que ya soy carrozón), de buscar la casa, de juntar a los amig@s, de preparar limonada, de mercar alguna otra botella para por si acaso, de la luz y la iluminación, de lugares reservados…

Y se ríen y empiezan a decir cosas que se tienen en las fiestas, que hay que ir a comprarlas a la tienda.

Y al decir los invitados dicen que a amigos y amigas, a gente de la misma cuerda. Y si falta alguien se le echa en falta.

Y empieza la fiesta y se saludan, y ponen música, y hablan de lo que hablan.

Yo les pregunto si tienen algún signo común en sus fiestas, vamos algo que se repita o case bien de una a otra. Se encogen de hombros, como no entendiendo. Como insisto, van saliendo cosas en unos y en otras. Pero no coinciden.

Entonces yo les digo que si va alguien extraño, qué pasa. Y se quedan como callados. Un@ dice: pues si no molesta, se le deja estar. Entonces a mí se me ocurre contar lo de Emaús: dos amigos y un extraño, y su diálogo y su parada y fonda. Y el gesto que descubren como amistoso y profundo que les convierte en cómplices y animosos.

Y les digo si en sus fiestas salen contentos y airosos. Y van diciendo que en general salen como con cuerpo dolido. Pero que aún así están deseosos de volver a organizar otra fiesta.

Entonces les digo que la catequesis de hoy trata sobre la Eucaristía, que si coincidía más o menos esta fiesta con lo que ellos piensan de la fiesta.

Y van respondiendo que más a menos, que la Eucaristía es más seria, que sí hay momentos de relación con los de al lado, pero no muchos. Que cada uno en su sitio y de participación la justa. Que venimos con lo que somos y tenemos de la vida. Que la comida está buena y el canto es compartido, pero que somos muchos y no hay lugar para más cosas.

Y que en la Eucaristía también nos despedimos hasta la próxima, con deseo de volver a encontrarnos una vez más en la misma fiesta.

Y salimos de la catequesis, justo para ir a comer.

Ya, cuando me quedo solo, me pregunto si habrá sido una buena catequesis, teniendo en cuenta que no hemos nombrado a Jesús una sola vez y que estos jovenzuelos y jovenzuelas van a recibir la Confirmación dentro de unos pocos meses.

Y me encojo de hombros, y que quedo muy tranquilo porque antes de la catequesis ya habíamos tenido la Celebración de la Eucaristía mi gente y yo.

In memoriam…

He tenido una inspiración…

Hace exactamente 19 años, 0 días, 0 minutos, 0 segundos, estando nosotros reunidos para preparar nuestra eucaristía del domingo próximo, nos trajo Laura Martín de la Concha, llorando como sólo ella llora cuando llora desde lo más dentro, la noticia, no por temida y barruntada, menos deseada y anhelada:

Han matado a Ellacu, y a Nacho y a todos los demás.

- Bueno, Laura, eso era más que probable, dijo alguien (o sea yo, que soy más frío algunas veces que un témpano polar, o más insensible que un pedazo de roca, o más tonto que hacer una o con un canuto, o sencillamente así de simple.)

- Ya, Miguel Ángel, pero es que es una cabronada lo que han hecho con ellos, que a lo mejor sale ahora en la televisión, que me lo han dicho…

La reunión de mi gente se fue a la porra, y ya todo fue un follón, todo un correr a pescar a Alicia (Martín Baró, hermana de Nacho) para darle un achuchón y hacerla el rato menos duro.

Luego vino lo de recordarle en los lugares donde con nosotros estuvo Nacho, las cosas que le enseñamos, las palabras que nos dijo de que éramos de pocas palabras, vamos demasiado secos, y comunicativos y celebrativos…

Yo, por mi parte, recordé el recorrido que le hice por el Valladolid de 1989, que él sólo recordaba el de hacía la tira, que ni conocía los barrios de la ciudad, ni Rondilla, ni Delicias, ni por supuesto La Cañada, y tampoco La Victoria y la Fuente del Sol, desde donde disfrutó de la panorámica mayor de Valladolid.

Y por recordar, también recordé a Ellacu, cuando yo, siendo un mierdecilla, me dio y nos dió aquella teología tan novedosa, tan sorprendente, tan enviciante, tan cautivadora y tan liberadora que él junto con otros y con su gente cocinó desde El Salvador para toda la cristiandad que la quiso y la quiere y la quiera aceptar.

En memoria de todos vosotros,

¡HURRA!, por Ignacio Ellacuría
¡HURRA!, por Ignacio Martín Baró
¡HURRA!, por Amando López Quintana
¡HURRA!, por Juan Ramón Moreno Pardo
¡HURRA!, por Joaquín López y López
¡HURRA!, por Segundo Montes Mozo
¡HURRA!, por Celina Maricet Ramos
¡HURRA!, por Elba Julia Ramos
¡HURRA!
, por los ocho

Volviendo a "La Buena Nueva"

Un comentario más a no olvidar sobre esta peli y sobre lo más grave de ella, la historia de nuestra historia

Con la cámara en ristre…

He pensado que era buena idea la costumbre de mi paisano Fernando Manero de llevar la cámara preparada para cazar buena caza. Y he probado, y esto me ha salido.


Esta foto es la luna, tomada desde mi calle el día 13, o sea ayer, a las 23:20 horas.


Ésta es también la luna, a las 7:50 horas en el Pinar de Antequera, el pulmón por el que respira mi ciudad, Valladolid.


La luna misma de antes, sólo que unos metros más adelante. Bueno, también hay pinos, y algún que otro chopo, casi muertos, que ahí donde veis eso en el futuro va a ser un seguro campo de golf, con urbanización incluida, creo que de alto poder adquisitivo. Ya veremos en qué queda el asunto.


Estos son pinos, no sé si milenarios, pero pinos de una pieza entera, que se yermen insolentes al sol madrugador que ya empieza a caldearlos. Hace de temperatura en estos momentos, 8:00 horas, -3,5 grados C, o sea que está helando de c…, de narices, quiero decir.


Más pinos pinariegos, mucho más hermosos que antes, que ya el sol empieza a dar de plano. La temperatura sigue por los mismos subterráneos de antes, porque al fin y al cabo son las 8:20 horas del día de autos, o sea 14 de noviembre.


Y este es el astro sol, que se va abriendo camino entre pinos, entre qué va a ser, y hace figuras bonitas y bellas y no molesta a esa hora (8:45) aunque le mires con desparpajo a la cara, directamente y sin protección añadida. ¿Quién dijo que nuestro sol era enemigo? ¡Que no! ¡Que es nuestro amigo! (A este punto, ya ha subido la temperatura un punto: hace -2,5 grados, sigue, pues, helando)



Y estos son los culpables de que a mí se me hielen hasta las ideas, y no pueda escuchar bien la radio con las noticias y las bromas de Radio 80 en su matinal madrugadora de "No somos Nadie", porque los cascos no se sujetan en las orejas por el frío, y de que no vea bien por el empaño de las gafas, y que las manos tengan que estar inevitablemente metidas en los bolsillos.
Estos son los dos seres infelices que salen del coche y vuelven al coche, veáse la foto, y entre una cosa y otra están desaparecidos entre pinos y persiguiendo o jugando o porfiando, pues no sé la verdad, si con liebres, o conejos… en fin, que no sé si galgos o podencos. Pero ellos tengo por cierto que son la Moli y el Pancho, juntos pero no revueltos.
Helos ahí, pues, tan desafiantes, tan orgullosos, tan deseosos de volver a casa para continuar su… siesta.

(Una cosa advierto y proclamo: no esperéis que haga esto todos los días, digo lo de la foto y el comentario; que ya tengo suficiente con sacar a estos fieras y despabilarme yo por este pinar, el Pinar de Antequera, todos y cada uno de los días del año.)

¡Dónde está ese lugar que no existe!

Tengo un enlace en este blog con un lugar que en teoría y en los papeles no existe. Lo tengo, sí, ahí está, justo a la derecha un poco abajo. Se titula Diócesis de Partenia.

¿Qué es Paternia? ¿Dónde está Partenia? ¿Vale para algo Partenia?

Pongo primero lo que en el mismo Partenia tiene como historia:

Partenia: algo de historia

En tiempos de San Agustín (siglo IV), Partenia figuraba en la "Mauritania Sitifense", dicho de otro modo, en la región de Setif, en las altas mesetas de la actual Argelia.
De esta diócesis, prácticamente, nada se sabe: ni su fecha de nacimiento, ni siquiera su localización exacta. Es inútil buscar hoy ese lugar: desapareció bajo las arenas.
En 484, Hunerico, rey de los vándalos, invadió el país y convocó a los obispos en su palacio de Cartago. Rogato, obispo de Partenia fue perseguido y exiliado.
Puesto que Partenia ya no existe, se convierte en el símbolo de todos aquellos que tiene la impresión de haber dejado de existir, tanto en la Iglesia como en la sociedad. Es una inmensa diócesis sin fronteras donde el sol nunca se pone.


Y paso ahora a responder a las preguntas que antes me hice.

1ª. ¿Qué es Partenia?

Partenia no es un lugar, no es un sitio, por tanto no busquemos geografía, ni historia, ni literatura, ni poesía, ni ciencia, ¿ni humanidad?

¡Alto ahí! Faltará de todo menos eso, humanidad. Partenia es humanidad en estado puro. Humanidad a palo seco, pero sin tener nada de palo y mucho menos de seco. Partenia es por derivación la mejor concreción que yo conozco en la actualidad de aquel famoso texto evangélico que muchos citan y tantos temen y tantos alegremente encarnan sin tomarlo como base de ningún examen final temido y asustante: Evangelio de Mateo, capítulo 25. Sí, se trata de aquello que dice: “… porque tuve hambre, porque tuve sed, porque estuve preso, porque me vestisteis, porque no os olvidasteis de…”
Partenia es una nada repleta de olores refrescantes.
Partenia es una vida henchida de vidas de todo pelaje.
Partenia es un grito sordo, un coro de voces, una voz coral, sonido armónico que irrumpe suave-dulce-mansamente en el silencio ruidoso del mercado, de la prisa, del negocio, de lo políticamente eficaz, de lo religiosamente vacuo, de lo hermosamente frío, de lo inútil caro-negocio-ocio de esta sociedad…
Partenia es concreción bien concreta del suspiro alivio del profeta: “La caña cascada no la romperá, la mecha humeante no la apagará”.

2ª. ¿Dónde está Partenia?

Abre los ojos, sí los del alma y también los del cuerpo, porque de otro modo es difícil descubrirla. Y abre también los oídos de ambos lugares, porque grita con gritos innenarrables: Partenia está justo en el centro del mundo, o sea, exactamente en la periferia de la Iglesia, que mira tú por dónde es exactamente el corazón del evangelio, de Jesús de Nazaret, por supuesto.

3ª. ¿Vale para algo Partenia?

Difícilmente entrará alguna vez a cotizarse en bolsa. Que ya lo dijo alguien alguna vez:
“Si la mierda tuviera algún valor, los pobres nacerían sin culo”.

[Bueno, ejem, también se ha dicho: "Come mierda, cien mil millones de moscas no pueden estar equivocadas". Pero esto no es seguro, ¿sabes?
Tampoco estos tienen asegurado no estar equivocados: "Come Mierda"]

Pues, eso. Tiene el valor de la mierda cuando nos mancha, y nos salpica, y nos desluce lo que con tanto afán pretendemos embellecer…

Vale lo que vale la mayoría mayoritaria de los seres humanos.

Vale también, hay que decirlo, lo que valoramos cuando en ese momento diario de alivio, nos aliviamos –unos con más dificultad que otros, esa es la verdad- y ya todo ligeritos nos disponemos a volver a tragar cuanto nos echen y más.

Y vale, finalmente, para situar en algún sitio todo lo que no apreciamos porque despreciamos, aquello de lo que huimos porque nos aterroriza, cuanto de ninguna manera podemos ocultar y/o disimular porque constituye nuestra verdadera naturaleza.

¡Ah! y también vale para disfrutar del sol, que en Partenia luce con todo su esplendor. Vamos, que en Partenia nunca sale ni se pone, que es todo, todo, y siempre, siempre, sol.

Oye, esta chica vale, vale la pena seguirle el rastro…

Se llama Sandra y tengo que enterarme de más cosas…

Esto de momento:

Pincha aquí y llegarás hasta Sandra

Un día de catequesis para la historia de cada día…

Entran l@s pequeñ@s con sus chupetes, fotos, patucos, cosas envueltas… Van a ver cómo crecen ell@s y los demás.

Empezamos cantando ¡Qué bonito es crecer! y algun@ casi se quedó afónic@, qué potencia, qué gargantas, qué renacuajos…

L@s dejo corriendo, mientras las catequistas preparan los tiestos que previamente yo les había dejado y las semillas de cereales y legumbres.

Ellas ya traían algo plantado y germinado, para que la cosa fuera completa.

. . . . . . . . . . . . . .

Paso con l@s mayor@s, que vieron la creación el día anterior y hoy van a descubrir… que en el bien está el mal, Caín se levanta contra Abel… la creación bondadosa se transforma en algo horrendo?, pecaminoso?

Cantamos ¡Qué bien, qué mal! y nos confundimos al respondernos:

Si cantas tú, qué bien
Si lloras tú, qué mal
Si amas tú, que bien
Si pegas tú, qué bien (que no, que es qué mal, ah, sí…)

Pero al terminar sale de corrido:
Si rezas tú, qué bien
Si está Jesús, qué bien
Si es que son como niñ@s, una preciosidad de criaturas.
- - - - - - - - - - - - - -

Y termina la cosa con l@s median@s, o sea l@s que no son pequeñ@s ni mayor@s, pero igualmente que ést@s, una ricura.
Han trabajado un corazón en cartulina. Representa su propio corazón, en colores claro, que deben adornar y rellenar con los buenos deseos y cosas que no les gustan y se proponen arrancar.

Entran en la capilla, o templo, o iglesia, que de ello vamos a hablar.

Y hablamos de la Iglesia, que son ell@s y somos tod@s, l@s de ahora, l@s de antes, l@s de después, vamos tod@s l@s amig@s de Jesús: l@s cristian@s.

Y hablamos de la iglesia, que es un edificio de piedra, ladrillo y cemento, y claro bancos para sentarnos.

Y l@s hacemos ver que lo importante no son los edificios sino las personas, o sea l@s cristian@s, que somos nosotr@s mism@s templos de Dios, que el Espíritu nos habita.

Ell@s se quedan callad@s, y asienten en cuanto que no entienden.

Pero sí entienden que el corazón es importante por la sangre que bombea para dar vida, y por los sentimientos que animan y dan forma y sentido a la vida, que también por las maldades que desaniman y deforman y dejan sin sentido la vida.

Y van, jubilos@s, a entregar ese corazón a su amigo Jesús. Algun@, tímidamente, susurra: toma Jesús mi corazón.

Y terminamos orando a Abba: Padre nuestro…

Y salimos, y los papás y mamás impacientes porque nos hemos pasado y son las 19:10.

L@s catequist@s ponemos cara de circunstancias… Otro día seremos puntuales y a las 19:00 plegamos.

Siempre me han querido callar… También en Atrio

Es verdad, que no miento.

Siempre me han querido callar.

Un@s, con palabras suaves. ¡Sé prudente! ¡Mira que te mira Dios, mira que la gente te está mirando!

Otr@s, con palabras sabias: ¡Estudia! ¡Es que no sabes filosofía! ¡Tu teología es de primero de EGB!

En alguna parte lo han intentado arrinconando al desidente, al metepata, al enlodador y enredador, al bocazas: ¡Chilla ahí a ver si te oyen! ¡Chilla, chilla, todo lo que quieras!

En alguna otra lo hacen simplemente apagando la luz, que para eso ell@s tienen la llave: ¡Aquí sólo habla quien a nosotr@s nos da la gana!

Y, algun@, que también lo hay, a empujones, a codazos, vamos como queriendo pegar: ¡Quítate de ahí, enano!

¡Finalmente, en Atrio, han vuelto a decirme: "Miguel Ángel Velasco Serrano Su comentario ha sido enviado a la comisión de evaluación. Antes de 48 horas se publicará o se le enviará un correo explicando la decisión. 7 Noviembre 2008 a las 15:52"

De postre me han espetado: "Miguel Ángel V. Serrano: Eso de pedirle a un compañero que se “pringue” no parece muy delicado…"

Naturalmente he pedido perdón por la imprudencia e improcedencia de mi arrebato.

Pues, bueno, pues, vale, seré de palabra agria y desabrida; seré poco culto y menos sabio; también seré pequeño y enano; seré metepata y cargante; romperé la concordia y la monotonía; llegaré a tener complejo de burro dentro de un berzal. Pero ¿sabes qué te digo?

¡Que no me quiero callar!

Qué quieres que te diga…

He tenido una inspiración…

Obama recuerda a Martin Luther King por varias cosas…

Pero es peligroso hacer una comparación entre ambos.

Martin Luther King dijo "He tenido un sueño"

BaracK Hussein Obama ha dicho en su discurso de final de elecciones

"Sí, podemos"


No es lo mismo, no puedo decir otra cosa… por ahora. ¡Ojalá más tarde pueda desdecirme!

Rediez, ¡cómo no cai en la cuenta…!

He tenido una inspiración…

Esta tarde he caído en la cuenta, qué bruto soy.

El tema de La Buena nueva, la película que comenté anteriormente, en realidad es el trillado y nunca resuelto problema reiteradamente predicado, misteriosamente percibido, escandalosamente sufrido, enigmáticamente arrinconado, tenebrosamente consentido cuando no perversamente buscado y pretendido, etc., etc. de

la existencia del mal en nuestro mundo

No pudo ser…

He tenido una inspiración…

A pesar de las buenas intenciones de algunos, ver este ejemplo, el poder de captación que unos y la falta de referencias firmes o de información-deformación-formación o, vaya usted a saber, simplemente la banalidad del ser humano, don juan se nos ha, no muerto, no, pero sí desaparecido.

El 1 de noviembre uno no sabe si celebra a los santos y santas de la historia y de la humanidad entera, o si ha de ponerse una calabaza en la cabeza y llevar una vela de casa en casa, recordando lo que allá lejos otros con o sin razón celebran, porque son muy originales, o muy distintos, o simplemente muy tontos, y no tienen raíces o no quieren saber nada de ellas, que son muy, pero que muy suficientes ellos solitos para construirse su propio estilo y su característica arquitectura mental y social.

Pero yo, con forges, sigo erre que erre, que es muy español y muy torero, aunque a mí maldita la gracia que me hace la tauromaquia.

Helo, ahí lo tienes, todo saleroso y dicharachero:

He visto una peli

Anoche vi una película, que fui invitado por Asun que me dio las entradas para la Seminci. Yo creí que iba a estar lleno el Calderón, que ponía ya no hay entradas para la sesión de las 22:00 horas, pero qué va, que había sitio de sobra en el patio, y casi todas las plateas y demás estaban como el queso de gruyère o más, casi vacías. Misterio (?).

El caso es que vi "La buena nueva", de Helena Taberna. Una navarra de una pieza, una tía fetén.

Trata la historia de una historia real, escrita por un cura que lo fue en su Navarra natal, de párroco en Alsasua durante los años 30 y pico. El ayuntamiento socialista y los azules y requetés a la sombra agazapados. Y se arma el tiberio y hay fusilamientos y dolor y ruptura y mala baba y lágrimas y soledad. El cura en medio, ¿de dónde? ¿del seminario? ¿de Roma? No. Viene del orfanato. Y se acerca al dolor, y lo hace con humanidad, es decir con ternura, con decisión, con recursos, con amor. Y se acerca al horror, y lo hace con humanidad, que es gallardía, hombría, bondad, valentía.

Pero los dos bloques son roca dura, fría, inmóvil e inmovilizadora.

Y el curita recoge cosas, y cava y abona, y pinta y anima a coser y coser para recomponer, para aliviar, para acompañar, para abrazar…, para besar.

Al final, ante la sima siniestra y acogedora de la humanidad rota, él y con él las que guardarán la memoria. En otra parte, un ritual impresionante, im-presionante, aplastante, demoledor, horrible, que mete miedo de que vuelva a emerger en la historia monstruo tan deshumanizante.

No tengo nada que decir de técnica de cine, que no tengo ni pajolera idea. Sí sé que se me lloraron los ojos, en silencio, en la oscuridad, por sentir y por doler. Pero también porque al final, ¿será siempre esa la solución?
¿El que se topa con la institución tiene que irse por fuerza? ¿No cabe posibilidad de cambiarla desde su interior, aunque sea con sangre, sudor y lágrima? ¿Hasta dónde puede y debe llegar la fe, la confianza, le esperanza, la CARIDAD? ¿Hasta dónde no puede y no debe llegar aunque se trate de la propia vida?

El resumen de la película está aquí: Resumen más o menos bien hecho de La buena nueva

Información adicional, y muy esclarecedora e interesante

Y esto es un corolario, que puede sobrar, o no, según se mire

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