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Faltan tres días
los pies del mensajero
que anuncia la paz,
que trae buenas nuevas,
que anuncia salvación,
que dice a Sión:
“Ya reina tu Dios”! (Isaías 52, 7)
"Es un acontecimiento histórico, porque es el primer paso en el proceso de revertir los componentes característicos de la pobreza", afirmó Aguilar, sobre esta meta alcanzada antes en la región solo por Cuba y Venezuela.
Con un acto en la ciudad de Cochabamba (centro), el Ejecutivo de Evo Morales se dispone a festejar un hito impensable sin la ayuda de sus dos grandes aliados en la región, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y del líder cubano Fidel Castro, que impulsaron el programa de alfabetización boliviano.
A la celebración, Morales invitó al presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y al secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aunque este ultimo designó como su representante en el acto al secretario de Asuntos Políticos del organismo, Dante Caputo.
Aguilar destacó que el factor fundamental del éxito que ahora cosecha su Gobierno es "la definición y la voluntad política del presidente Evo Morales, y el apoyo recibido de Cuba y Venezuela".
En octubre de 2005, durante la campaña que lo llevó al poder, un corresponsal extranjero le preguntó a Morales para qué quería ser presidente y él respondió: "para acabar con el analfabetismo en Bolivia".
En esa tarea se puso tan pronto asumió la Presidencia en enero de 2006 y en febrero llegaron los primeros 40 asesores pedagógicos de Cuba, quienes se encargaron de iniciar un proceso que terminó 33 meses después y tras haber movilizado a más de 50.000 personas.
Con el método audiovisual "Yo sí puedo", aprendieron a leer y escribir 827.000 bolivianos, casi una décima parte de la población del país, con lo que hoy la tasa de analfabetos está alrededor del 3%, suficiente para ser considerada una nación libre de iletrados.
Y es que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) establece que si en un país sabe leer y escribir más del 96% de la población mayor de 15 años, puede ser declarado libre de analfabetos.
Aunque la UNESCO no ha certificado aún el caso boliviano, Aguilar confirmó que van a aprovechar la llegada de algunos altos representantes del organismo al acto de mañana para poner en marcha una solicitud formal.
Por su parte, el embajador de Cuba en Bolivia, Rafael Dausá, dijo a Efe que el hecho de que sea el propio Gobierno el que declare al país libre de analfabetismo "no le resta un ápice de importancia ni de veracidad a lo que está diciendo".
Dausá coincide en atribuirle a Morales el éxito del plan de alfabetización y aseguró que la celebración de mañana demuestra "lo muchísimo que se puede hacer cuando hay voluntad política y hermandad entre dos países".
"Es creer de verdad en el pueblo y trabajar por el pueblo y para el pueblo, esa es la clave misteriosa", destacó.
Sin embargo, algunas voces de la oposición boliviana han criticado el proceso por considerar que está orientado al beneficio electoral del Gobierno y porque, según denuncian, ha habido casos de adoctrinamiento político por parte de cubanos y venezolanos.
Otra de las críticas es el supuesto alto costo de la campaña, cifrada por el Gobierno en 260 millones de bolivianos (unos 36,7 millones de dólares), lo que Aguilar considera "una inversión bajísima que ha canalizado un proceso de impacto social muy fuerte".
"Se ha intentado políticamente generar un desprestigio sobre el método y luego sobre el proceso mismo. Es parte de una lucha política muy baja", dijo el ministro.
Insistió en que el método audiovisual fue diseñado para "evitar el componente de politización sobre los alfabetizados", algo que también señaló Dausá, quien aseguró que en ninguno de los videos se nombra a Morales, ni "la revolución".