Regalo de mis catequistas, año… ¿1985? |
Porque ayer me callé
una cosa: se ha vuelto a romper mi disco duro externo. Caput. Todo lo guardado
se esfumó como si nunca hubiera existido.
Pero no. Que tengo
otra copia. En la nube. ¡Chin-cha!
Por eso lo de mi
contentez, que a Laura le parece incorrecto. Es, sin embargo, un producto
natural de quien rubrica, al terminar de escribir, ¡a mi plim!
Retomo lo que apenas
apunté, y lo hago con disgusto, pensando incluso si estaré a punto de meterme
en un jardín… del que una vez dentro, ¿cómo saldré?
Ese librito que está
levantando tanta polvareda, y eso que no parece haber leído nadie hasta el
momento, es verdad tiene un título que provoca. ¿También convoca? “Cásate y
sé sumisa”. (Sposati
e sii sottomessa: Pratica estrema per donne senza paura : Cásate y se sumisa: experiencia
radical para mujeres sin miedo).
El original es nada
menos ni nada más que de San Pablo. Lo pongo para refrescar la memoria, ya que
lo dice por partida doble:
«Las mujeres, que
se sometan a sus maridos». Es de la Carta a los Efesios (5, 22)
«Mujeres, vivid
bajo la autoridad de vuestros maridos». Es de la Carta a los Colosenses (3, 18).
Es verdad que la
traducción al castellano puede variar, porque el original es griego. En unas
ediciones se emplea “sumisas” y en otras “dóciles”. Pero ¿qué significa? ¡Ay pillines, que estáis pensando mal,
y no acertáis!
Quien tomando pie de
tal expresión osa afirmar que eso es alentar la violencia de género, el
machismo y despreciar la dignidad de la mujer, ¡allá él! Por su cuenta y riesgo
lo haga.
Porque el término de
comparación no es otro que el mismo Jesucristo. Ya que San Pablo, o quien fuese
el que lo escribiera, concluye en Efesios diciendo «como la Iglesia se
somete a Cristo», y
en Colosenses, «como conviene al Señor».
Que venga alguien a
mostrarme, o demostrarme, que Cristo violenta a la Iglesia o que al Señor le
conviene que el hombre abuse de la mujer. Es verdad que, cuando se leen en mi
parroquia estas lecturas en las celebraciones litúrgicas, hay personas que
muestran su malestar y disgusto; incluso llegan a decir que habría que
suprimirlas o por lo menos no utilizarlas. Hasta este punto de falta de
información y cultura bíblica nos encontramos.
De ahí a decir que
tal cura dijo a tal mujer que aguantara carros y carretas… hay sólo un paso
para terminar de amolarlo. Decidiremos callar el pasaje de Jesús en el templo
derribando las mesas de los banqueros por apología de la violencia y los malos
modos.
En fin, si se ha
buscado ese título para pescar en río revuelto, mal está. Si el contenido del
libro defiende lo indefendible, pero aún. Pero si no se ha abierto el libro y ya
se exige de la fiscalía del estado que lo proscriba y lo queme… Aquí reconozco
que no tengo expresión utilizable en público para calificar esta actitud en una
democracia que se precie. Y en esto están… veamos: me salen todos los partidos
políticos del espectro nacional y muchas asociaciones de diverso pelaje. En
cuanto a las informaciones de la tele y la prensa, mejor no las comento.
Estaba más que claro
que lo mío es meterme en jardines. Aún así, y contra viento y marea, seguiré
proponiendo estas lecturas, incluso en las celebraciones de boda, porque las
creo además útiles y orientadoras en estos tiempos de incertidumbre que
vivimos. Y no consentiré que se me apague la alegría. Quede claro, pues, lo que dicen los textos de referencia: «Las mujeres que se sometan a sus maridos como la Iglesia se somete a Cristo», la primera; y la segunda, «Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos como conviene al Señor». Sobre cómo desarrolle este asunto el librito que ahora está en el candelero y en la escandalera… dependerá que valga la pena o sea un fiasco más. No me preocupa si en Italia ha batido records o si aquí en España se utiliza para calentar las casas este invierno.
Tengo que hacerme con
este dichoso libro. Puede que merezca la pena.
(http://costanzamiriano.com/2013/11/11/casate-y-se-sumisa-2/#more-9074)