Ayer estuvieron en el teatro. En el marco incomparable del Auditorio Miguel Delibes, asistieron a la representación teatral que indica este cartel:
No fueron todas, que algunas no gustan volver tan tarde a casa, pero las que estuvieron, disfrutaron.
Salieron con tiempo suficiente de tomarse un chocolate, no sé si con churros o con picatostes, y de escoger buena posición en el amplio patio de butacas.
Del recinto me han contado maravillas. Está recientito y es preciosísimo.
La obra narra la historia de una mujer que afronta los conflictos y lucha por cambiar y encontrar su camino. Dividido en tres partes, el programa comenzó con una pequeña introducción sobre la autora de la obra, Elise Varela. Blanca Marsillach habló en primera persona de sus experiencias como mujer, y como ser humano, con sus miedos, frustraciones e inseguridades.
El segundo tramo consistió en una serie de monólogos que la actriz ofreció como si se tratase de un ensayo, íntimo y cercano, de su trabajo.
Tras la interpretación, el público fue invitado a participar activamente e intentar vencer sus miedos, inseguridades e, incluso, tomar conciencia de su propio estado de víctima o victimario. Todo ello de la mano de la propia Blanca Marsillach, quien ha recibido preparación a cargo de una psicóloga profesional. Unas espectadoras, mayoría en el patio de butacas, realizaron una serie de ejercicios con los que se pretende incrementar la confianza y autoestima del público, preparándole, incluso, para detectar y demostrar el rechazo a su propio maltratador.
El acto estaba patrocinado por la Junta de Castilla y León, en una campaña contra la violencia de género, y según contaron apenas había representantes del sexo masculino. Lo cuento así porque yo no estuve, que no me correspondía. Y no me correspondía porque estaba especialmente dirigido a las personas de sexo femenino que participan en las actividades que el Ayuntamiento desarrolla con este colectivo en los diversos, y a la vista numerosos, centros cívicos y similares. Entre los cuales, y por una rara e inexplicable circunstancia, se encuentra este que yo administro. Y no cuento la envidia cochina que nos tienen…
Total y terminando. Que fueron al teatro, que se tomaron un chocolate no después, como es lo estipulado, sino antes. Que estuvieron calladas como muertas durante la representación. Que se rieron luego con los ejercicios finales. Que también se relajaron en el momento en que había que hacerlo, casi al final, al realizar un ejercicio de control mental. Y que volvieron sanas y salvas. Así me lo han contado, así lo cuento yo.
Total y terminando. Que fueron al teatro, que se tomaron un chocolate no después, como es lo estipulado, sino antes. Que estuvieron calladas como muertas durante la representación. Que se rieron luego con los ejercicios finales. Que también se relajaron en el momento en que había que hacerlo, casi al final, al realizar un ejercicio de control mental. Y que volvieron sanas y salvas. Así me lo han contado, así lo cuento yo.
Esto estaba a la entrada, lo cogieron y me lo trajeron. Yo sólo lo pongo:
UNA NUEVA MUJER
La princesa del suelo quería volar
Y me dio su veneno de un suave retal
He buscado días de amor
De mentiras para esconder
De canciones y dulce licor
Sin espejos que entiendan mi ser
Le ha faltado el consuelo detrás del disfraz
Cada noche de invierno queriendo jugar
Que pequeño quedó el corazón
Que desnudo y ausente de fe
Sin latidos que dieran vaivén
A la ausencia de un mundo mejor
Ahora tengo esa energía que no entendí
Y una nueva vida para vivir aquello que perdí
***
Soñaré que puedo despertar sin ti
Noche tras noche
En mis manos tengo la ilusión de amar
Noche tras noche
Soñaré que puedo despertar sin ti
Noche tras noche
En mis manos tengo la ilusión de ser
Noche tras noche
Una nueva mujer
***
Si pudiera la espina sería una flor
La alumbrada una nube y el grito un rumor
Yo tan sólo pretendo ser yo
Como espuma que aprende del mar
Cada día atesora un adiós
Cada amor una gran soledad
***
(BIS) Soñaré que puedo despertar sin ti…