skip to main | skip to sidebar
Mi Pequeño Mundo
Mostrando entradas con la etiqueta Realidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Realidad. Mostrar todas las entradas

Y ahora ¿qué?


Tras este viaje a ninguna parte, los sueños que albergaron muchas gentes tornan en arena que se les escurrirá entre los dedos apenas se tranquilicen y sosieguen. Trajeados y equipados para la fiesta, mudarán tristes y cabizbajos al equipo de faena, y ojala no humillados a la realidad que siempre ha sido.
¡Qué antítesis más deprimente de aquel “Se fueron llorando, llevando sus semillas; vuelven cantando, trayendo sus gavillas”!
Estoy de enhorabuena, a pesar de todo. Volveré a la normalidad, a escuchar las noticias si me apetece, o a ver películas o futbol, aunque no me guste; dejará de ser obsesión, y a todas horas, el procès y sus figurantes, cuyas caras —permanentemente expuestas en los medios— ya no me apetece más volver a ver.
Lamento qué pueda pasar entre vecinos, entre amigos, entre familiares, que han sido rechazados, negados y humillados. Yo estoy demasiado lejos, más de 500 kilómetros lineales, de vivir lo que a partir de ahora pueda ser una convivencia imposible.
Puede, sin embargo, que algo llegue a salpicarme. No importa. Lo soportaré. Ya he aguantado sin llorar ese grito que me ha llegado a hacer daño, Visca la llibertat!, como si yo fuera parte de su problema. ¿Lo habré sido de verdad?
A ellos y ellas les tocará restañar… y perdonar.
A todos les deseo lo mejor.
Bona sort, Catalunya!

Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 27.10.17 0 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Cosas de la vida, Realidad

Ya nada me perturba



Lo digo pero no es verdad. Esta mañana mismo casi se me atraganta el desayuno. No por opíparo, que lo es porque me levanto de la cama con un hambre feroz. La razón fue lo que en esos momentos vomitaba la emisora con la que pongo diana: el inminente triunfo de Trump en las elecciones de estado unidos de américa. Mientras masticaba y deglutía las tostas con mermelada, una voz femenina comunicaba a través de las ondas que, a falta del recuento de muy pocos votos, el republicano aventajaba a la demócrata en manera imposible de reducir.
Tras tomar el fresco en el pinar, volví a encontrarme con lo peor, pero en absoluto me alteré. Como si fuera lo más normal del mundo, encajé la noticia del triunfo del ricachón transformado en político oficial, como si toda la información que he recibido durante tanto tiempo en periódicos, revistas, informativos televisados o radiados, tertulias, etc. hubiera estado machacándome con su victoria apabullante.
Y eso es lo que ha sido, contra todo pronóstico; incluso contra los sondeos, los cálculos, los vaticinios y los deseos expresados por personas que hablan como si supieran.
¡Cómo voy a alterarme! Va me voy acostumbrando. Es lo que está ocurriendo desde hace tiempo en el mundo. Como si fueran setas que surgen de improviso en el suelo de los bosques, las piezas del puzzle que forman el mapamundi se van tornando del mismo color, si por contagio, si por convencimiento, si por miedo…
Y cuando todo quede uniforme, monocolor, importará muy poco que la luz esté compuesta de infinidad de matices. ¿Dónde encontrar el prisma necesario, quién lo descubrirá?
Ha tenido que ser un señor con pelambrera imposible de forma y de color quien me abriera los ojos a la realidad. Es lo que hay. Los sueños no dejarán nunca de ser sueños, y en cuanto uno despierta se evaporan. Lo sé por experiencia.
Por cierto, el que nunca soñaba, ­–lo he dicho por activa y por pasiva que yo nunca lo hacía–, lleva una temporada que no hay noche que no se despierte tras una mala pesadilla.
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 10.11.16 0 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Cosas de la vida, Realidad

Reunión de pastores



Las expectativas se me desinflaron como un mal suflé. Y así me acosté ayer noche. Por supuesto, la economía no es una ciencia exacta. No existe ninguna que lo sea. Pero cuando andan los dineros de por medio, cada oveja a su redil. Y no saqué absolutamente nada, nada, en claro.
Dormí plácidamente, sabiendo que la noche es oscura, y el sol, por la mañana, lo aclara todo. Lo peor es que ha amanecido nublado. A ver si un poco más adelante…
Toca empezar adviento. Toca hablar de esperanza. Toca decir cosas bonitas. Toca animar al personal. Toca tirar del carro, aunque chirríen las ruedas. Toca pisar la realidad.
Es san Pablo el que dice que los vapores del vino no son buen acompañamiento y que con la llegada del día hay que sacudirse la modorra.
Vamos a ver si es posible…
Corona de Adviento 2014
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 30.11.14 3 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Adviento, Despertar, Esperanza, Realidad

Ver para creer



Han matado a una persona. Se llamaba Isabel. Era de Camposagrado. Su imagen tuvo permanencia casi absoluta en los medios durante mucho tiempo por su actividad política e institucional como responsable de la economía de la autonomía castellano leonesa. Luego dejó de vérsela tanto porque redujo su ámbito a la provincia de León.
Conocida en su partido, el pp, como la mujer de los trece sueldos, también era público y notorio su hacer polémico y los enfrentamientos que protagonizó por los más diversos motivos.
Se supone que un agravio personal está en el origen de su asesinato. Cuatro tiros en el centro de la capital segaron su vida.
Esto también es la realidad. Y no deja de sorprenderme. No a mí solo, no sólo a mí.
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 13.5.14 0 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Cosas de la vida, Muerte, Política, Realidad

Pero ¿es verdaderamente real la realidad?



En el mismo día en que los tres equipos candidatos al título de liga se muestran incapaces de dar un golpe de autoridad, dejándonos con el suspense correspondiente hasta la próxima jornada, los equipos de la otra liga se están zurrando de lo lindo para atraer nuestra atención e interesarnos por algo que, teniendo demasiada importancia, casi desqueremos. Europa, lo hemos confirmado, está al otro lado de los Pirineos.
Y por ahí me encuentro a quienes debaten al más alto nivel sobre la realidad que describimos o que interpretamos. Como tiene que haber gente para todo, leo por encima y continuo mi camino.
Esta mañana he juntado con un motivo común tres generaciones con las que tengo parte. Cada una de ellas conserva intactas sus vivencias. La más cercana, porque está en presente. Las otras dos, que son pasado perfecto y pluscuamperfecto, también las tenían frescas al reclamo del momento. Y yo, que era el quicio de la cuestión, juntaba al tiempo las tres, sin confusión, en estrecha relación. Pues yo eso no lo sabía, dijo la mayor. Claro, son vivencias compartidas, digamos que por parte… interesada.
Sí, la realidad es lo que está delante de mí. Si intento describirla nunca seré objetivo, soy parte interesada. Pero tampoco conseguiré ser veraz, mi visión está distorsionada.
Sólo historiadores avezados consiguen describir sin interpretar. Y únicamente actores consumados interpretan sin preocuparse por describir. Yo apenas si vivo la realidad que me vive. Y la que no, ni me afecta ni me interesa. Y como no soy historiador y pretendo no pasar por actor, me contento con mirar la realidad y dejarme llevar.
Post data: Esta madrugada terminó el mac de mi vecina de vomitar lo que le pedí. Cincuenta y cuatro ininterrumpidas horas para decirme en un CCC Error Report final que puede que una lista interminable de documentos recuperados contengan errores. La duda me consume. ¿Podré resistir hasta mañana?

Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 12.5.14 0 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Alma de las cosas, iMac, Realidad

Faltaba yo



Y como ya no falto, soy el 6.220.001º en ver su programa del domingo, aunque en diferido.
Cuando toca reír, río como el que más.
Cuando toca llorar, me cuesta, pero termino haciéndolo.
De risa relativamente fácil, de lágrima no tanto.
Tras visionar desde su página web Operación Palace debo manifestar que ni me he reído, ni he llorado.
Casi me cabreo. Que ¿por qué?
Entre otras razones porque si él aquel día tenía seis años y medio (nació el 21 de julio 1974), yo estaba a punto de cumplir treinta y tres. Esa diferencia de edad es, en mi opinión, razón suficiente para demostrar que lo que a él le pudo parecer una gansada de mayores, yo lo viví con mucho miedo. No (sólo) por mí, que conmigo (casi) no iba aquel asunto; sino por otras muchas personas que lo sufrieron en sus propias carnes con la gravedad de temerse lo peor.
Puedo entender por qué lo ha hecho. Pero no me ha gustado absolutamente nada.
Me refiero a Jordi Évole, y a los que se han prestado a este jueguecito tan entretenido: Iñaki Gabilondo, Fernando Ónega y Luis María Ansón; Joaquín Leguina y Jorge Verstrynge; Federico Mayor Zaragoza y Joseba Azkarraga; Alejandro Rojas Marcos y Andreu Mayayo; Felipe Alcaraz y José Luis Garci.


Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 25.2.14 5 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Cosas de la vida, Realidad, Televisión

Dime dónde duermes y te diré quién eres

El dormitorio. Vincent Van Gogh

Tardé mucho tiempo en tener habitación propia, después de compartir dormitorio con mi único hermano. En eso no me diferencio de la mayoría de los mortales coetáneos míos. Ha sido necesario para ello haberme independizado y tener casa propia.
Claro que tuve algo parecido a mi cuarto cuando ingresé en el seminario, pero aquello carecía de intimidad, habida cuenta de que el superior podía acceder en cualquier momento y sin previo aviso. También en colegios mayores, pero aquello tampoco, que más parecía el “cuarto de la bernarda” que una habitación personal; en parte porque se vivía en apertura casi declarada, en parte porque lo que estaba en derredor tenía tal vitalidad que no había manera humana de impedir su entrada, fuera como fuese.
Ahora no es así. Los papás, además de programar, más o menos, el número de descendientes, se procuran una vivienda acorde para que cada miembro de la familia tenga un lugar donde mantener su propia intimidad,  su habitación, el “cuarto de”. Y en ese lugar, primero dejas hacer, porque ni tienes edad ni conocimiento ni conciencia de ti mismo; pero en seguida aprendes, y colocas el cartel en la puerta que dice “no entrar, propiedad particular” o “república independiente, abstenerse extraños” o “leonera, cuidadín” u otros rótulos parecidos.
Ese lugar es, -o termina por llegar a ser-,  el más fiel reflejo de lo que uno/una vive, sueña, desea, atesora, posee y domina. De ahí salen, por ejemplo, la cantidad ingente de ropa y juguetes y… que lo atestan. Es preciso achicar un poco y hacer espacio para lo que está por llegar. Y de esta manera aparecen en mi parroquia -y supongo que también en otras- cabalgatas de padres que, con bolsas de todos los colores y cajas de todos los tamaños, peregrinan hasta aquí para dejar lo que allí ya no vale y tal vez a otros sí les convenga.
“Nos hemos acordado de que habrá niños que no tengan papá noel, o reyes magos, o… ¿Os viene bien que lo dejemos? Vosotros ya sabréis qué hacer con esto”.
Si, en nuestra sociedad, los cuartos están para algo más que sólo dormir. De alguna manera son prolongación de nuestras personas. Si somos personas de orden, están ordenados. Si no lo somos, están manga por hombro.
Si tenemos para dar y repartir, están hasta arriba de cosas. Si carecemos de todo, están vacíos o casi.
Sí, mirando nuestros cuartos vemos cómo somos.
Pero si nuestra mirada se abre al mundo, la cosa no cambia. Sólo se acentúa y pone en evidencia excesos y escasez, estilos y costumbres, gustos y sensibilidades, riqueza y pobreza, felicidad y tristeza, individualismo o…
Eso es lo que ha hecho James Mollison(1), fotógrafo que no precisa de palabras para mostrar las cosas tal cuales son.

El libro Where children sleep, de James Mollison, muestra fotografías de 56 niños y niñas de todo el planeta junto con sus dormitorios. He aquí una pequeña muestra:

 
Joey, de 11 años, vive en Kentucky, EEUU, con sus padres y su hermana mayor. Acompaña frecuentemente a su padre a cazar. Tiene dos rifles y un arco, y cazó su primera pieza a la edad de 7 años: un ciervo. Su familia siempre cocina las piezas de caza, y Joey no ve con buenos ojos que se mate a los animales sólo por deporte. 

Syra, de 8 años, pertenece a la tribu de los Bassari y vive en Senegal. En la aldea creen que el alma de Syra fue robada por los espíritus malignos después de que su madre tratara con un brujo. Debido a esto, a Syra no se le permite dormir bajo el mismo techo que cobije a una mujer en edad de procrear; lo hace con su abuela.

Lamine, de 12 años, vive en Senegal. Es alumno de la escuela coránica de la aldea, que no admite a chicas. Comparte dormitorio con otros chicos, donde las camas tienen las patas hechas con ladrillos. A las seis de la mañana, empieza a trabajar en la granja-escuela de la aldea, donde aprende agricultura y ganadería. Por la tarde, aprende el Corán.


Tzvika, de 9 años, vive en un bloque de pisos en Beitar Illit, un asentamiento israelí en Cisjordania. Se trata de una gran comunidad compuesta por 36.000 judíos ultraortodoxos. La televisión y los periódicos están prohibidos en el asentamiento. Allí, la familia media suele tener 9 hijos, pero Tzvika tiene sólo una hermana y dos hermanos, con quienes comparte dormitorio. Va a una escuela donde el deporte no está permitido. A Tzvika le encanta leer las Sagradas Escrituras y jugar a juegos religiosos con su ordenador. De mayor quiere ser rabino.


Douha, de 10 años, vive con sus padres y otros 11 familiares en un campo de refugiados palestino de Hebron, Cisjordania. Comparte dormitorio con sus cinco hermanas. Su hermano, Mohamed, se inmoló en 1996 matando a 23 civiles en un ataque suicida contra los israelíes. Tras esto, el Ejercito de Israel destruyó la casa de su familia. Douha tiene un póster de su hermano en el dormitorio.


Nantio, de 15 años, es miembro de la tribu Rendile, del norte de Kenya. Tiene dos hermanos y dos hermanas. Su casa es una tienda hecha de pieles y plásticos. Tienen un fuego en mitad de la tienda, alrededor del cual duerme toda la familia. Sus ocupaciones consisten en cuidar el rebaño de cabras, cortar leña y traer agua. Fue a la escuela de la aldea durante un par de años pero decidió abandonar sus estudios. Nantio espera que un moran (guerrero) la escoja para formar matrimonio. Como es costumbre, antes de casarse tendrá que sufrir la ablación del clitoris.


Thais
, de 11 años, vive con sus padres y su hermana en la tercera planta de un bloque de pisos en Rio de Janeiro, Brasil. Comparte dormitorio con su hermana. Viven en el barrio Cidade de Deus, antaño famoso por el tráfico de drogas y la rivalidad entre las bandas mafiosas. Le gustaría ser modelo de mayor.



Roathy, de 8 años, vive en las afueras de Phnom Penh, Camboya. Su casa se ubica en un enorme basurero. Su colchón está hecho de neumáticos viejos. Cinco mil personas viven y trabajan allí. A las seis cada mañana, Roathy y otros cientos de niños se duchan en un centro de caridad antes de empezar a trabajar, buscando entre la basura latas y botellas de plástico que después venden a una empresa de reciclaje. El desayuno es a menudo su única comida del día.


Kaya, de 4 años, vive con sus padres en un pequeño apartamento de Tokio, Japón. Su dormitorio está repleto, desde el suelo hasta el techo, de ropa y muñecas. La madre de Kaya le confecciona todo su vestuario: tiene 30 vestidos y abrigos, 30 pares de zapatos y numerosas pelucas.


La casa de este chico es un colchón en un descampado de las afuera de Roma. Su familia llegó desde Rumanía en autobús, tras mendigar dinero para pagar los billetes. Cuando llegaron a Roma, acamparon en un terreno privado del que les echó la policía. No tienen papeles, luego no pueden conseguir un trabajo legal. Sus padres ganan dinero limpiando en los semáforos los parabrisas de los coches a cambio de la voluntad de los conductores. Nadie en su familia ha ido nunca a la escuela.


Dong, de 9 años, vive en la provincia de Yunnan, China, con sus padres, hermana y abuelo. Comparte dormitorio con sus padres y hermana. La familia tiene suficiente terreno como para plantar su propio arroz y cañas de azúcar. La mayoría de las tardes, emplea una hora haciendo los deberes del colegio y una hora viendo la televisión. De mayor quiere ser policía.


Indira, siete años, vive con sus padres, hermano y hermana, cerca de Katmandú, Nepal. Su casa tiene una sola habitación, con una cama y un colchón. Para dormir, los niños comparten el colchón en el suelo. Indira ha trabajado en la cantera de granito local desde que tenía tres años. Hay 150 niños que trabajan en esa cantera. Indira trabaja seis horas al día y luego ayuda a su madre con los quehaceres del hogar. También asiste a la escuela, situada a 30 minutos a pie. A ella le gustaría ser bailarina cuando sea mayor.


Jasmine, de 4 años, vive en una gran casa en Kentucky, EEUU, con sus padres y sus tres hermanos. Su casa está en el campo, rodeada de terrenos agrícolas. Su dormitorio está repleto de coronas y bandas que ha ganado en diferentes concursos de belleza. Ha participado en más de 100 competiciones. Gasta su tiempo libre ensayando todos los días con su preparador las escenografías de los concursos. De mayor quiere ser estrella del rock.

–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
(1) James Mollison nació en Kenia en 1973 y creció en Inglaterra. Después de estudiar Arte y Diseño en la Universidad Oxford Brookes, y más tarde cine y fotografía en la Escuela de Newport de Arte y Diseño, se trasladó a Italia para trabajar en el laboratorio creativo de Benetton. Su trabajo ha sido publicado ampliamente en todo el mundo, incluyendo Colores, The New York Times Magazine, The Guardian Magazine, The Paris Review, The New Yorker y Le Monde. Su último libro “Discípulos” fue publicado en octubre de 2008 tras su primera exposición en la Galería Hasted Hunt en Nueva York. En 2007 publicó La memoria de Pablo Escobar-la extraordinaria historia de "el gángster más rico y más violento en la historia", contada a través de cientos de fotografías reunidas por Mollison. Fue original el seguimiento de su trabajo sobre los grandes simios - ampliamente considerado como una exposición que se recoge en el Museo de Historia Natural de Londres, y en el libro “James y otros simios” (Chris Boot, 2004). Mollison vive en Venecia con su esposa.

Más información en http://www.jamesmollison.com 

El libro está agotado pero se puede ver en este enlace:
Where Children Sleep by JAMES MOLLISON
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 27.11.11 2 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Alma de las cosas, Gente, James Mollison, Niñez, Realidad, Van Gogh

Real como la vida misma


En mi última entrega en A. Elblog de la sopa metí de rondón a un personaje sin pretenderlo, e indebidamente: Rompetechos.
Las chicas quizás lo consideren un extraño, tal vez porque aquellas historietas parecen ser más propias de chavales. Quizás me estoy equivocando. Pues, mejor.
Este personajillo es una creación del humorista Francisco Ibáñez, y no falta, faltaría más, ni siquiera en Wikipedia:
“Rompetechos es cabezón, bajito, miope y despistado, siendo su nombre una ironía sobre su escasa altura. Las historietas nos cuentan la vida de este personaje en la que se suceden situaciones graciosas provocadas por su falta de visión.
El esquema habitual de una historieta de Rompetechos suele ser el siguiente: El personaje tiene la necesidad de hacer o comprar algo, por lo que empieza a ir de un lado a otro provocando multitud de desastres debido a que su falta de visión le hace confundirlo todo (por ejemplo; confunde a un joven melenudo con una margarita y procede a "arrancarla" o a un hombre disfrazado de vikingo con un ciervo e intenta cazarlo, etc.) Si lo que intenta es comprar algo invariablemente leerá mal todos los carteles (por ejemplo "cabañas usadas" en lugar de "castañas asadas") y luego tendrá un diálogo surrealista con el empleado de la tienda. En estos casos Rompetechos usualmente agrede verbalmente a aquellos que él piensa que le están tomando el pelo. Finalmente, la situación termina haciéndose insostenible y acaba de forma violenta: normalmente el tendero expulsa de una patada a Rompetechos.”

No obstante de ficción tiene bien poco, y creo que es tan real como sus vecinos de al lado, en ocasiones incluso compañeros de aventuras y de desaguisados: Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio.
Yo, sin ir más lejos, me veo en él reflejado, y no pocas veces, lo aseguro. Y no digamos en el Pepe, pero esta vez no toca hablar de él. Será en otra ocasión.
Como Rompetechos, mi zona superior abulta sobremanera. Lo he comprobado al probarme sombreros de otras personas de mi misma estatura. ¡No os hacéis idea lo que me cuesta embutirla en el gorro de baño, y eso que es elástico! No me cabe la menor duda: soy cabezón.
Pero también cabezota, como Rompetechos. Tanto me da que me da lo mismo, sean como sean las cosas, si yo las veo así, son asín. Y va a misa…
Tampoco en altura soy muy diferente. Y con la edad, menguando. Así que mediano de estatura tirando a bajo. Para coger cosas de arriba necesito inevitablemente subirme a una silla. Y como tengo mucho despiste luego no limpio el asiento; así mi huella inferior adorna todo el sillerío de mi casa. No veáis que sofocón cuando digo a las visitas, sentaros por favor…
Miope, miope, propiamente no. Pero ya calzo lentes, para cerca, por supuesto; pero también para lejos, aunque menos. Recién levantado de la cama como que todo está borroso. Pero no mejora con el tiempo, se emborrona mucho más. Así que si me levanto por la noche ni doy la luz, así a tientas me defiendo.
Atrevido, no tanto como el Rompetechos. Pero, tímido que soy, a veces se sobrepongo en un arrebato de autoafirmación, y me paso… Como cuando mi médica, en cierta ocasión, me animó al tuteo. Bien. Cuando volví a los doce meses, respondí a su saludo ¡bien y ¿tú! y al silencio que siguió entendí que no era eso lo que me dijo. Y es que no sé mantener las distancias, no suelo llegar; pero alguna vez… me fumo varias manzanas.
Confundir también se me da muy bien. Pero que nadie crea que me sienta confundido, qué va; más seguro que un ocho, hago afirmaciones que me salen, así sin pensar ni razonar. Y no es raro que en una conversación en la que tercie, tras mi aportación se siga un espacio… vacío. ¡Qué habré dicho! me pregunto a veces. Y si hay confianza y la pregunta me sale en alto, me responden y compruebo que lo que dije no tiene nada que ver con lo que pensé. Y entonces rectifico. Por ejemplo, el otro día en misa dije que íbamos a cantar en la página 12 del cancionero una canción. Mi gente callaba y me miraba. Levanté más la voz y repetí, página 12. Como todo seguía igual, dije chillando, ¡do-ce, página do-ce! Por fin miré bien la página que tenía delante y comprobé que la canción de marras estaba en realidad en la 34. Y así muchas cosas que si contara…
Debo tener bastante buena capacidad auditiva, al decir de mi doctora preferida que me hizo una vez una prueba al respecto. Pero ocurre que cuando estoy en la hinopia y me dicen algo, contesto cualquier cosa sin atender al asunto. Cuando luego me exigen el cumplimiento, no sé de qué cosa se trata. Entonces cabezón alego que no me lo habían dicho, que nada sabía de ello. Te lo dije, y tú dijiste que bueno. Y en esas estamos. ¿Seré despistado?
Metapatas como Rompetechos, también un poco. Un osado, es lo que soy. Sin acogerme a la protección de nadie, me meto en algunos berengenales de los que para salir he de hacerlo con algún quebranto. Claro que la sangre nunca llega al río, entre otras cosas porque de aquí al Pisuerga hay más de un kilómetro, y mi capacidad sanguínea no da ni para cien metros.
Soy imaginativo, a pesar de todo. Y no es infrecuente que en esos mis atrevimientos adivine una salida ingeniosa, que disimula por una parte mi ignorancia, y por la otra resuelve satisfactoriamente el asunto. Con lo que suelo quedar como un arreglatodo a domicilio. Por esto es por lo que debe ser que me llaman tanto para un roto como para un descosido. ¡Menudos rotos y menudos descosidos!
Y, para que no termine esto como un rosario de la aurora, soy, finalmente y también, un chulo, como Rompetechos. Esto no es de natural, que soy de Palencia y por allí no se estila. Digo yo que si lo habré tomado de Pucela, que dicen que los de aquí lo son. Se me habrá contagiado a fuerza de convivir con ellos. Ya dice el refrán que dos que duermen en el mismo colchón se hacen de la misma condición. Aunque como yo duermo solito, me irá más este otro: El burro no es de donde nace, sino de donde pace.
Pues hasta en eso doy la talla. Tengo más pelo, o por lo menos tanto, que un burro. Mi peluquera favorita me lo recuerda cada vez que voy. ¡Jo, qué pelo! Y va y mete mano… digo tijera.

Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 14.9.11 6 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Realidad, TBO, Vida

La utopía sirve para caminar


Este mayo llegó, y nada hacía sospechar que lo que empezó como el rosario de la aurora, podría terminar como una aurora de rosarios. Me explico. La realidad es como es, y no hay manera de cambiarla, pero a veces salta el milagro.
Recién beatificado el papa anterior, nos enteramos de la muerte de un terrorista mundial, ajusticiado por la vía rápida, con dos. Todo el mundo seguía aplaudiendo, que ya había empezado a hacerlo en Roma.
Luego, o durante, o antes-durante-y-después, tuve primeras comuniones por ración séxtuple, que es mucho. Realidad con una pizca de esperanza apuntando a que puedan ser las cosas mejores.
A continuación murió Camino, que estaba tan claro como el agua, a pesar de que su coraje y entereza nos hizo creer a muchos que con ella eso era imposible. Alrededor de Camino se vivió claramente que el futuro no es gratis, pero existe. Y este presente para allá apunta.
El 15M y su grito Democraciarealya fue real, ahí aún se puede ver, en Sol y en mil plazas más. Y que dure, para que tenga consecuencias.
El 22M no ha sido sino un golpe seco de realidad. Esto es lo que hay.
No podía terminar así este mes, el florido y hermoso, el de los nublados sin avisar y “chapoteros”, el que ha reventado este año con una vegetación por doquier. [Tengo el jardín hecho un auténtico mar de flores].
Termino, pues, y lo hago lo mejor que puedo. Con palabras de Eduardo Galeano, que ya le he cogido el gusto, y me apetece un montón.
«Estando en Cartagena de Indias, en la Universidad, dando unas charlas junto a Fernando Birri, un gran amigo mío, director de cine argentino, un estudiante le preguntó para qué sirve la utopía. Yo lo miré con lástima; dije ¡huy!, qué lío ahora. Y él contestó estupendamente, de la mejor manera. Dijo que la utopía está en el horizonte. Y dijo: Yo sé muy bien que nunca la alcanzaré. Que si yo camino diez pasos, ella se alejará de mí diez pasos. Cuanto más la busque menos la encontraré, porque ella se va alejando a medida que yo me acerco.
Buena pregunta, ¿no? ¿Para qué sirve? Pues la utopía sirve para eso, para caminar.»



¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros.
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.
Nadie vivirá para trabajar, pero todos trabajaremos para vivir.
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie, nadie, tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no pueden comprarla.
La justicia y libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.
En Argentina, las locas de plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.
La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "amarás a la naturaleza, de la que formas parte".
Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo.
Seremos imperfectos. Porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses, pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última.

P.D. Felizmente puedo decir y digo que este texto sí pertenece a Eduardo Galeano. Y lo afirmo sin sombra de duda alguna porque él mismo lo recitó un día en TV3 y yo lo escuché.
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 31.5.11 5 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Eduardo Galeano, Realidad, Utopía

Esa terca realidad



Los seres humanos reaccionan no frente a la realidad,
sino frente a las ideas que tienen en su mente…
Un grupo de turistas había quedado aislado en un lugar desértico y, como no tenían más víveres que unas latas de conserva cuyo plazo de caducidad ya había expirado, decidieron dárselos a probar antes a un perro, el cual pareció comerlos con gusto y no padecer ningún tipo de efectos.
 http://www.amarilloverdeyazul.com/wp-content/uploads/2010/05/latas_conserva.jpg
Pero al día siguiente se enteraron de que el perro había muerto, y todo el mundo fue presa del pánico. Muchos comenzaron a vomitar y a quejarse de fiebre y disentería.

Consiguieron hacerse con los servicios de un médico para que tratara a las víctimas del envenenamiento. El médico quiso saber qué le había ocurrido exactamente al perro, para lo cual se hicieron las debidas pesquisas. Y un vecino del lugar, que lo había visto casualmente, dijo: «¡Ah!, ¿el perro? Anoche fue atropellado por un automóvil.»


* * * * *


 http://us.123rf.com/400wm/400/400/sergein/sergein0908/sergein090800079/5336878-dos-ni-os-est-n-jugando-con-camiones-de-juguete-en-el-parque-de.jpg
Dos niños se encuentran en la calle.

«¿Cuántos años tienes?»

«Cinco. ¿Y tú?»

«No lo sé.»

«¿No sabes cuántos años tienes?»

«No.»

«¿Te preocupan las mujeres?»

«No.»

«Tienes cuatro años.»


* * * * *


Una anciana mujer observó con qué precisión, casi científica, se ponía a cantar su gallo, todos los días, justamente antes de que saliera el sol, llegando a la conclusión de que era el canto de su gallo el que hacía que el sol saliera.
 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTZGrDsQ5YzNjiqy1PNg9rGy_5SO5ejwWSug9rNZ9c2CeVnCx7jWiCTF41LtsDJpupP7V6gu8_XFO4F8Gu-4Mmz66eyAFjd2dpqSZfdJN3jhV8XJyAJ2LjN4AvsWiN2CyCEGyZZqrQYGM/s400/gallo+y+sol.jpg
Por eso, cuando se le murió el gallo, se apresuró a reemplazarlo por otro, no fuera a ser que a la mañana siguiente no saliera el astro rey.

Un día, la anciana riñó con sus vecinos y se trasladó a vivir con su hermana, a unas cuantas millas de la aldea.

Cuando, al día siguiente, el gallo se puso a cantar, y un poco más tarde comenzó a salir el sol por el horizonte, ella se reafirmó en lo que durante tanto tiempo había sabido: ahora, el sol salía donde ella estaba, mientras que la aldea quedaba a oscuras. ¡Ellos se lo habían buscado!

Lo único que siempre le extrañó fue que sus antiguos vecinos no acudieron jamás a pedirle que regresara a la aldea con su gallo. Pero ella lo atribuyó a la testarudez y estupidez de aquellos ignorantes.


–––––––––––––––––––––––––––––––––––
El canto de la rana de Tony de Mello es un obra en dos tomos que encierra mucha reflexión. Y Antony de Mello, una persona que desde otra cultura ofreció pautas de confrontación contra una forma de pensar aplanadora, en la que no se permitía que cupieran matices, variaciones o solos, aunque enriquecieran el conjunto. Tuvo y sigue teniendo muchos lectores y seguidores, pero la oficialidad no le demostró mayor aprecio. No es que le importara mucho, pero una orquesta, grande o pequeña, suena mucho mejor con el recinto lleno; el pájaro seguirá cantando, aunque nadie le escuche, porque tiene un melodía que desarrollar.
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 16.9.10 8 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Anthony de Mello, Realidad

¿Todo hay que explicarlo? Pues, hagámoslo

A veces creemos estar al cabo de la calle de cosas que, porque te parecen obvias, todo el mundo tiene que saberlas. Y no, oiga usted; hay que hacer alguna aclaración de vez en cuando.

Digo esto a propósito de mi post de ayer. Quien se haya acercado por aquí pudo pensar: éste ahora nos suelta nada menos que un pregón de semana santa. Qué largo, cuánta letra, ni entro.

Me explico, pues.

Mi ciudad es Valladolid, la que tiene cierta fama por su Semana Santa, sus pasos de hondo sentimiento, sus procesiones numerosas, largas, austeras y silenciosas(?), y, en fin, por su sobrio, serio y adusto estilo o espíritu castellano.

Hay varios momentos en el desarrollo de todo lo que la constituye (a la semana santa vallisoletana), pero si hubiera que realzar algo, yo destacaría dos (incluso por encima de los propios desfiles procesionales): el pregón y el sermón. El pregón es el Pregón de la Semana Santa, el pórtico de entrada, el anuncio de lo que se va a celebrar en la ciudad. El sermón es el Sermón de las Siete Palabras, disertación o reflexión y/u oración ante la contemplación de lo que se está celebrando. Son dos hechos diferentes, pero íntimamente unidos por una misma circunstancia: una población que vive sus tradiciones manteniendo lo más íntimo de su fe al tiempo que abriéndose al presente, y también a quienes se acercan con admiración y/o curiosidad.

El Sermón de la Siete Palabras tal vez merezca en su momento mayor explicación. Hoy el interés está en el Pregón.

Es el Alcalde de la ciudad quien tiene la prerrogativa de elegir a la persona que lo lleve a cabo. La Junta de Cofradías propone, pero el otro dispone. Y en ese intercambio de opiniones y pareceres suele haber aceptación y consenso. No ha sido así esta vez. La designación de la persona, Gustavo Martín Garzo, no fue del agrado de la totalidad. Desconozco si en otras ocasiones hubo o no disenso como en ésta, pero creo que en ninguna se llegó a tanto como ahora. ¿Cuál es la razón?

Bueno razón, propiamente no la hay. Lo que hay es, cómo decirlo…, sigamos escribiendo a ver si consigo encontrar la manera de denominarlo.

Gustavo Martín Garzo es un vallisoletano, nacido en 1948. Licenciado en Filosofía y Letras, rama de Psicología. Trabajó durante años como tal en centros educativos.
Es escritor de cuentos y de literatura juvenil. Es columnista de algún diario de nuestro país y es conferenciante y pensador de cierto nivel. Y, sobre todo, es una persona de su tiempo, abierto y crítico, que se expresa con libertad y dice lo que le parece con suficiente coherencia y mucho orden mental.
Su designación como pregonero no cayó nada bien para quienes las consignas ultramontanas y fundamentalistas de a saber qué doctos dirigentes son lo primero de lo primero. Y se mezclaron (qué raro en esta tierra de rebaños y pastos por doquier) churras con merinas en un extraño batiburrillo de principios irrenunciables y honorabilidades mancilladas.

Se anunció un plante a los gritos de ¡lazo sí!, (lazo blanco contra el aborto), ¡no al agnóstico!, (dando por supuesto lo que no es demostrable), ¡este alcalde es un metique!, (tal vez lo sea, pero eso ahora no venía a cuento), ¡la iglesia por su arzobispo!, (esto ya no sé de dónde habrá salido), y ¡los sociatas que hablen fuera de las iglesias!, (esto me lo he inventado yo, pero sospecho que más de uno/a si no lo ha dicho lo ha pensado). Total, amenaza de no asistir de la mitad del personal correspondiente.

Yo no he querido estar al tanto de todo el fregado, pero noticias cruzadas mágicas y nebulosas informativas despistantes ha debido haber para dar y tomar. Que si el arzobispo se ausentaría, que si vacío total de la S.I.Catedral, que si se acabó nuestra más arraigada tradición semanasantera…

Finalizo: El sábado, a las 8 de la tarde, cuando más frío hacía en nuestra villa castellana, el tal Gustavo Martín Garzo desplegó (ya sé que las lecturas no se despliegan, pero permítaseme esta licencia) ante un templo herreriano repleto de obligados representantes y de animosos animadores la lectura de un texto tan hermoso, tan pleno, tan armonioso, tan evangélico, tan juvenil, tan entusiasmante, tan………, que a su término la concurrencia estalló en un apretado y largo aplauso.

Ignoro si además se pidió para él las dos orejas y el rabo y la salida a hombros por la puerta grande.

Yo lo único que digo es que entretanto él hacía su labor yo hacía la mía, es decir preparaba la homilía del domingo. Cuando tuve en mis manos el dicho pregón, cambié de asunto y leí ante mi gente, no mi homilía, sino parte de parte de lo que Gustavo Martín Garzo con tanto buen saber, tacto, sensibilidad y verdad había presentado al respetable: un hermoso cuento que ojalá sea realidad.

Lo demás es historia. Estos enlaces desordenados indican aproximativamente el desarrollo de los acontecimientos. Y mi post del día 29 es el texto completo, que me da la gana publicar, del dicho pregón, para que todos y todas degustéis, saboreéis, meditéis, y también, por qué no, disfrutéis.

http://www.nortecastilla.es/20090326/valladolid/martin-garzo-leera-pregon-20090326.html

http://www.diavalladolid.es/noticia.cfm/Vivir/20090325/mitad/cofradias/no/acudira/pregon/martin/garzo/3A2633EC-1A64-968D-59E8A04410AE6A66

http://blogs.nortecastilla.es/opinion/2009/3/26/martin-garzo-pregonero

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/24/castillayleon/1232814987.html

http://www.abc.es/20090329/castilla-leon-castilla-leon/mitad-cofradias-acudio-pregon-20090329.html
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 30.3.09 3 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Cabreo, Fe, Gustavo Martín Garzo, Pregón, Publicidad, Realidad, Semana Santa

Un mensaje de esperanza y de vida, de parte de Martín Garzo



PREGÓN DE SEMANA SANTA.
VALLADOLID 2009



In memoriam Pier Paolo Pasolini

Excelentísimo y Reverendísimo Sr. Arzobispo
Excelentísimo Señor Alcalde
Señor Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa
Autoridades. Cofrades, queridos amigos y vecinos

Este es un momento especial y difícil para mí. Especial, por dirigirme a vosotros en un lugar como éste; difícil, por hacerlo en los umbrales de la Semana Santa. La Semana Santa celebra la pasión de Jesús. Es una época esencial en el universo cristiano, pues nos enfrenta al relato del dolor de los hombres. No es fácil hablar del dolor. ¿Tiene algún sentido o es sólo un anuncio del fracaso inevitable que nos espera? “El corazón tienen zonas que todavía no existen, y para que existan entra en ellas el dolor”, escribió el gran León Bloy. Para León Bloy el dolor es una prueba semejante a las que tienen que vencer los personajes de los cuentos para acceder a un mundo de plenitud, pero no sé si es así. La vida de Jesús es como un cuento, un hermoso y terrible cuento portador de esperanza. Y, esta tarde, hemos venido aquí para hablar de él. Pero un templo es un lugar de silencio, y se acude a él para hablar con esas palabras mudas que son las palabras de nuestro corazón: las palabras que escuchan los poetas, los santos, las palabras con las que nos dirigimos a esa zona del mundo no revelada todavía. ¡Cómo hablar en un lugar donde todo invita al silencio! Los santos que dormitan en sus altares, las vírgenes absortas entre racimos de oro, los ángeles en sus nubes de quietud. Todos ellos nos dicen que aquí no se necesitan las palabras, que hemos venido a callar.
Fray Angélico, el gran pintor italiano, siempre rezaba antes de ponerse a pintar, pues la pintura era para él un vínculo entre lo humano y lo divino. Casi cinco siglos después, el poeta inglés John Keats diría que el poeta debía vivir con los pies en el jardín y sus dedos tocando el cielo. Y escribió: “nadie puede realizar una obra como la de Homero o Shakespeare si no cree que su alma es inmortal”. Keats pensaba que las palabras de los poetas eran un puente entre el mundo de los sueños y el mundo real y, en efecto, gracias a la poesía sabemos que hay algo más grande que nosotros que tenemos que dar cabida en nuestra propia vida. Esa dimensión desconocida del mundo es lo que nos ofrecen los poetas y los santos con sus obras y sus vidas. Y un templo, esta catedral en la que estamos ahora, es un lugar situado a medio camino entre el mundo real y el soñado. Un lugar de comunicación en que vivos y muertos, sueños y realidades, ángeles y hombres se encuentran y dialogan entre sí con esas palabras mudas que son las palabras de la poesía y de la oración. ¿Cómo hablar hoy en él con unas palabras que no sean esas? Y, sin embargo, el Jesús de los Evangelios lo hacía a menudo. Él no sólo vino a hablar de la vida que nos aguardaba tras la muerte, sino que vino a hacerlo del mundo en el que vivía y que compartía con los demás. “El reino de Dios, no vendrá de forma espectacular, ni se podrá decir está aquí o allí, porque el reino de Dios ya está entre vosotros”, puede leerse en el evangelio de San Lucas.
En una película de Ingman Bergman, el gran director sueco, hay un diálogo entre un pastor protestante y una devota mujer: “¿Crees en Dios tío Jacob -le pregunta la mujer-, ¿en un Padre en el cielo, en un Dios del amor. En un Dios con manos, corazón y ojos que velan?” Y el pastor le contesta: “No uses la palabra dios, di lo sagrado. Lo sagrado está en todas las personas. El resto son atributos, disfraces, manifestaciones. Lo sagrado de las personas no se puede entender ni capturar. Pero a la vez es algo a lo que agarrase. Algo totalmente concreto que dura hasta la muerte. Lo que pasa después no lo podemos ver. Solo los poetas, los músicos y los santos, pueden reflejar lo que nosotros apenas podemos percibir: lo inconcebible. Ellos han visto, conocido y comprendido no del todo, pero sí en parte. Para mí es un consuelo pensar en lo sagrado de las personas”.
Es justo de eso sagrado que hay en cada uno de nosotros, de lo que vino a hablar el Jesús de nuestro cuento. Eso significa el misterio de la encarnación, hacer del hombre el centro del mundo. Ninguna religión había llegado tan lejos. Es verdad que en la mitología griega abundaron estos intercambios entre el mundo de los dioses y el de los hombres. Incluso era frecuente que los dioses se encapricharan de criaturas mortales y vivieran apasionadas historias amor con ellos, aunque enseguida regresaran a su apartado reino sin preocuparse demasiado de las consecuencias de sus aventuras. El misterio de la encarnación es muy distinto. No habla sólo de un dios que desciende al mundo a anunciar un nuevo tiempo, sino de una predilección. Como si el misterioso y hondo Dios del Antiguo Testamento se hubiera quedado contemplando a sus criaturas y hubiera sentido piedad por ellos, por sus locuras, por sus sueños, por sus locas pasiones. Y hubiera deseado estar a su lado. Ese es el verdadero significado de la encarnación, un acto de amor de Dios a sus criaturas, pues el que ama quiere confundirse con el objeto que es causa de sus desvelos.
Cuenta Chesterton en su autobiografía una anécdota de su abuelo materno. Era un hombre conservador y amante de las tradiciones, que había tenido que trabajar sin descanso para sacar adelante a su numerosa familia. Ya estaba muy enfermo cuando, al oír una conversación entre sus hijos, en que estos cuestionaban a Dios nombrando las injusticias sin fin que existían en la tierra, rompió de repente su silencio e, incorporándose en su sillón, dijo: “Daría gracias a Dios por haberme creado aunque supiera que mi alma estaba condenada”.
Dar las gracias por haber sido creados, eso es lo que, en los evangelios, nos pide Jesús que hagamos. Por eso se detiene ante los niños, los pobres y todos los perseguidos, e incluso los pájaros, los corderos y los otros animales del campo le hacen seguirles maravillado para buscar en ellos la perfecta alegría. Su luminoso optimismo surge de una confianza sin fisuras en la naturaleza humana y en la creación. Y si confía en ella es porque es obra de Dios, y es por tanto admirable. Su reino es el reino de la gratuidad. La vida es un don, un regalo de un Dios que se recrea con el espectáculo de la turbación y el gozo de sus propias criaturas. Y eso hacen los poetas y los santos, detenerse ante ese corazón infantil de los hombres y dejar constancia de su asombro ante la sorpresa infinita de la vida. “Fijaos cómo crecen los lirios del campo; no se afanan ni hilan; y sin embargo, os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. Pues si la hierba que hoy está en el campo y mañana será echada al fuego la viste así, ¿qué no hará con vosotros, hombres de poca fe?”. Jesús nos pide que seamos como los pájaros y los lirios del campo, y enseguida añade: “No acumuléis tesoros en esta tierra, donde la polilla y la carcoma echan a perder las cosas, y donde los ladrones socavan y roban. Acumulad mejor tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la carcoma echan a perder las cosas, y donde los ladrones no socavan y roban. Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón. Nadie podrá servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y al otro no le hará caso. No podéis servir a Dios y al dinero.”
La Semana Santa, que conmemora la pasión y la muerte de Jesús, no sólo habla del dolor ni de los horrores de este mundo, también lo hace de su belleza, que siempre se encuentra en lo más frágil y amenazado. Jesús no nos pide que reneguemos del mundo, sino que lo cuidemos, que nos ocupemos de él, que participemos de la creación. Ese es su mensaje, que el mundo no es un lugar cerrado, sino en continuo proceso de construcción y de cambio. Y nos pide que participemos en ese proceso, que nunca estemos conformes ni nos demos por satisfechos. Él no quiso su pasión, surgió de su compromiso con el mundo, y con todos los que sufrían, no de su indiferencia. “La conversión cristiana, ha escrito Roberto Oliveros, es volverse hacia el pobre, sintonizar el corazón con él, llorar con su dolor, alegrarse con sus gozos. Convertirse es liberarse de todo lo que nos ata para construir y vivir la fraternidad desde los pequeños”. Jesús nos dice que ser hombre es participar de la divinidad. Eso es un santo, alguien que está cerca de Dios. Pero ser santo no es pedir un imposible, tiene que ver con ese compromiso profundo con lo real del que antes hablé. Estar cerca de lo que nace, vivir en el asombro de ser, así es la santidad que postula esta religión de la poesía.
Por eso Simone Weil en una carta a Maurice Schuman, no entiende que se pueda renunciar a ella. Escribe: “No me gusta la manera en que algunos cristianos acostumbran a hablar de la santidad. Hablan como hablaría un banquero culto o un ingeniero culto del genio poético: algo hermoso de lo que saben que están privados, que aman y admiran, pero que no se les ocurriría reprocharse no tenerlo. En realidad me parece que la santidad es -si se me permite decirlo así- lo mínimo exigible para un cristiano. La santidad debería ser para el cristiano lo que para el comerciante es la probidad en los negocios, para el soldado la valentía, para el científico el espíritu crítico”.
Para Simone Weil la santidad tiene que ver con el amor, que es desvelo, solicitud, búsqueda del bien. La santidad es el otro nombre de la poesía, y la poesía es cuidar, proteger, dar vida, dejarse llevar por lo real. Eso hacen los poetas: estar cerca de todo lo que vive y puede morir. “Cuesta entender la vida, no la muerte. La muerte nunca encierra enigma alguno”, ha escrito Joan Margarit. El enigma es la vida, todo lo que es pequeño, minúsculo y frágil, todo lo que puede perderse. Este afán redentor es el lado más conmovedor del cristianismo y el que lleva a tantos sacerdotes y monjas a acercarse en silencio, con un inmenso afán de ser útiles, a todos los humillados de la tierra: los leprosos, los enfermos de sida, los niños hambrientos, a los que viven en los campos de refugiados y en las cárceles. Nadie puede negar a la iglesia ese inmenso esfuerzo por estar justo allí donde nadie desea permanecer, y hacerlo con un mensaje de esperanza. Viven la misma pasión que Jesús, y como ella está llena a la vez de alegría y dolor. Un adulto que se ocupa de su recién nacido, un familiar que cuida a un enfermo que quiere, no sólo se están sacrificando sino que gozan al hacerlo pues luchan por lo que aman. Eso fue lo que hizo Agar, cuidar de su hijo Ismael. Todos recordáis esta vieja y hermosa historia. Abraham tomó a su esclava Agar por amante, y tuvo con ella a Ismael. Pero su esposa Sara, muerta de celos, se las arregló para que su rival fuera expulsada de la tribu. Agar se echó a andar por el desierto sin darse por derrotada, y un ángel hizo brotar para ella y su pequeño niño un pozo para que pudieran beber. Agar es uno de los nombres de la poesía. La poesía vuelve habitable el mundo. Vuelve habitable el mundo y pide perdón por no saber estar tantas veces a la altura de su belleza. Como ha escrito Wislawa Szymborska, la poesía pide perdón al árbol por las cuatro patas de la mesa, a las grandes preguntas por las nimias respuestas, y a la gente que vaga por las estaciones por el sosiego de los que duermen plácidamente en sus casas. Se nos hace elegir entre la justicia y el amor, pero la poesía nos dice que debemos elegir las dos cosas. La historia de la pobre Agar, de su peregrinar por el desierto y de su encuentro con el pozo salvador, hablan de esa reconciliación del amor y la justicia sin la que la poesía no podría existir. Y en la figura de Jesús también se da esa reconciliación, por eso sus palabras y actos tienen una dimensión poética que no es posible ignorar. Y ahí están sus milagros para demostrarlo. Los ciegos ven, los muertos resucitan, el agua se transforma en vino, los panes y los peces se multiplican para dar de comer a los que le siguen, y es capaz de andar sobre las aguas. Hace todo esto para negar que la vida no tenga sentido, y porque no quiere que en el mundo dejen de existir cosas como la bondad, el amor y el perdón.
Nuestro mundo tiene en la autosuficiencia el mayor de sus defectos. Eso explica el trato que se da en él a los más desfavorecidos. El espectáculo, por ejemplo, de tantos emigrantes abandonando la pobreza de sus países de origen para dirigirse furtivamente al nuestro debería hacernos reflexionar sobre el tipo de mundo en que queremos vivir. Acuden a las sobras de nuestros banquetes, pero eso no significa que sean peores que nosotros. No tienen bienes materiales, pero también ellos proceden de lugares donde hay madres que cantan a su hijos dulces canciones y delicados mercaderes que saben leer la escritura de los astros, y acuden a nosotros con sus pensamientos, sus palabras y sus sueños. La idea de que cualquier hombre, hasta el más insignificante, el más maltratado por la fortuna, es portador de algo valioso, es uno de los grandes mensajes del cristianismo. Aún recuerdo en mi infancia el respeto con que se recibía en los pueblos a los pobres. Venían a pedir algo de comer, y se les atendía como si pudieran ser el mismo Jesús que se había disfrazado para probarnos. Uno del pueblo, que no se había portado bien con uno de ellos, vivió luego un tiempo torturado porque pensaba que podía ser Jesús y no le había atendido como debía. ¿Somos nosotros así? No, no lo somos, y aunque podamos compadecernos al ver a tantos desgraciados en los reportajes de televisión, en realidad cuando pensamos en ellos no los consideramos de verdad nuestros iguales. Pero Jesús vino a decirnos que lo eran. Aún más, que era justo a través de esos maltratados por la suerte, los enfermos, los que no tenían nada, los perseguidos y los locos, como se hacía presente en el mundo. “El que cuide a uno de ellos se está ocupando de mí”.
No necesitamos otros mundos, necesitamos un ser humano, necesitamos un espejo. Ser capaz de ponernos en el lugar del otro, y sentir sus penas y alegrías como propias, ese es el tipo de compromiso que nos pide Jesús. No es fácil responder a él. Nos obliga a permanecer vigilantes, a no conformarnos, a rebelarnos contra las injusticias. Nos obliga a hacernos responsables de lo que sucede. Y en esto la santidad y la poesía vuelven a coincidir, pues también la poesía es no conformarse, pedir más a la vida. Es la casa de la posibilidad, como escribió Emily Dickinson. También los templos son una casa así, pues en ellos, al menos para el que cree, todo resulta posible. Siempre he amado a esos creyentes humildes que acuden a las iglesias y se detienen ante los altares de su devoción convencidos de que todo puede suceder. Amo su silencio lleno de espigas, esa tristeza que recuerda los huertos que nos dan de comer, que hablar con su Dios sea para ellos como ir a un pozo a por agua. Envidio su fe, su loca fantasía, que nos acerquen con su ejemplo a valores tan desdeñados como la compasión, la gentileza en el sentido de san Juan, la sencillez, que, como la Agar del relato bíblico, estén suspendidos en la Maravilla sin darse cuenta. Porque ¿acaso es posible lo que creen? ¿Que haya una vida después de la muerte, que el amor sea para siempre, que los niños no tengan que morir, que el lobo y el cordero puedan estar juntos en el prado sin hacerse daño? Todo esto es hermoso y nos recuerda la marcha nocturna de los Magos hacia el Belén. Pero ¿existe un lugar así, o acaso ese mundo de ángeles, de animales absortos y pastores delicados y blancos como los corderos que cuidan, no es más que un delicado cuento como los que contamos a los niños al acostarlos? Pero ¿y qué si es así? Los niños esperan que cada noche vayamos a su cama a contárselos y eso les hace sentirse protegidos y amados. Todos los cuentos del mundo hablan de que existe la gracia en el mundo. Ese es el mensaje de los cuentos: que la vida es buena, noble y sagrada. Por eso al comparar el mundo de la religión con el de los cuentos lejos de estar devaluándola estoy diciendo de ella lo mejor que puedo decir. Es más, creo que la religión no debería abandonar nunca ese mundo. Tiene que ver con la poesía que es revelación, epifanía, comunicación profunda con los demás. En definitiva, un acto de amor. Y es gracias a ese amor como el mundo se ha poblado de delicados poemas y canciones, de templos que son como cámaras de tesoros, de santos cuyos arrobos nos hablan de una felicidad que no parece pertenecer a esta tierra. ¿Y qué si lo que nos cuentan esos poemas, lo que se guardan en esos templos, las voces que escuchan los santos y las vírgenes en sus visiones son hechos que desafían nuestra razón? Donde tenemos razón, escribió el poeta israelí Yehuda Amijai, no crecen las flores. Esas flores misteriosas y bellas que creen en los lugares más insospechados, hablan del misterio, de todo lo que amamos y tememos perder. Hablan de lo bueno, de más escondido y amado y así hacen aparecer el corazón del mundo, su infancia y su luz. No, la razón no basta. Nuestra vida no cabe en una casa tan pequeña.
Primo Levi, en uno de sus libros sobre su experiencia en los campos de exterminio de Auschwitz, cuenta como una noche los judíos se dan cuentan de que los van a matar. Un tren los va a llevar al amanecer hacia un lugar indeterminado, y comprenden que ninguno de ellos volverá de ese viaje. Enseguida se corre en el campamento la noticia, y cunde la desesperación. Y Primo Levi escribe: “Cada uno se despidió de la vida del modo que le era más propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su última pasión nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los niños, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los pañales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequeñas cosas que conocen tan bien y de las que los niños siempre tienen necesidad. ¿No harías igual vosotras? Si fuesen a mataros mañana con vuestro hijo, ¿no le darías de comer hoy?”. Este hermoso y doloroso pasaje expresa fielmente esa inocencia activa de la que vengo hablando, y que tiene que ver con el amor, con la facultad de negar nuestro consentimiento. Las madres de las que habla Primo Levi no lavaban la ropa de sus niños para acatar disciplina del campo de concentración, sino porque esa era su forma de cuidarlos. Lo hacían por dignidad, para seguir vivas, para no empezar a morir al lado de los niños que amaban. Su inocencia tiene que ver con ese compromiso capaz de abrir, incluso en el lugar más siniestro y oscuro, un espacio de esperanza y luz. James Joyce llamó epifanías a estos instantes de encantamiento. Y es esa capacidad para transformar el detalle trivial en símbolo prodigioso la que hace del cristianismo una religión llena de poesía. Los Evangelios están llenos de instantes así. Eso es una epifanía, una pequeña explosión de realidad que hace del mundo en el lugar de la restitución. Estar cerca de lo que nace, vivir en el asombro de ser, empeñarse en que lo que amamos siga viviendo, así es la santidad que postula esta religión de la poesía, cuyo último objetivo es luchar contra muerte, que como ha dicho Joan Sobrino, no es sólo negación de vida sino también de fraternidad.
“Pobres, ha escrito el teólogo vasco, son los que mueren antes de tiempo. Jesús no acabó su vida cumplidos sus años, sino como una víctima; y la resurrección no consistió en devolver a la vida a un cadáver, sino en hacer justicia a una víctima”. Este pasado noviembre se ha celebrado el aniversario del asesinato en El Salvador de varios sacerdotes, entre lo que estaban dos jesuitas vallisoletanos, Ignacio Martín Baró y Segundo Montes. Como defensores de la liberación del pueblo, se habían granjeado la enemistad de sectores financieros y militares salvadoreños que ordenaron su muerte a soldados del Ejército Nacional. Mataron a seis jesuitas, a la muchacha que les atendía y a su hija de 15 años. Segundo Montes se hizo cargo de decenas de indios, que vagaban desnutridos y abandonados por los campos, y fundó una ciudad para ellos. "Hay que hacerse pobre para comprender a los pobres”, escribió. Veinte años después, esa ciudad no sólo sigue existiendo sin que gracias al empeño desinteresado de un puñado de personas, entre las que se encuentra Catalina Montes, la dulce hermana de Segundo, se han construido casas, escuelas y hospitales. Hay agua corriente, electricidad y dieciocho mil personas viven en ella con dignidad. Se equivocan los que piensan que los sueños no valen nada. Los sueños nos dicen que siempre hay algo en juego, que la realidad siempre está necesitada de nosotros. El sueño de Segundo Montes se ha transformado en un pueblo que recuerda a ese Monte Santo descrito por Isaías, donde el lobo se tumbaba junto al cordero, los recién nacidos jugaban con las serpientes, y el león y el buey pastaban juntos, pues cada criatura vivía en plácida y venturosa vecindad con las otras. Puede que un lugar así no pueda existir, pero gracias a que hay hombres y mujeres que siguen soñando con él, se logran construir en el mundo lugares parecidos a esos alambres de espinos donde las madres de las que habla Primo Levi tendían a secar los pañales de sus niños.
Jesús es como esas madres. Él no hace apología del dolor. Sus discursos están llenos de fantasía y hermosa locura, pues pide que lo real acoja a lo verdadero, aunque para ello tengamos que sufrir. Así es el dolor de Jesús, surge de su compromiso profundo con el hombre y de su deseo de justicia y amor, porque si no le hubiera importado el mundo, ni la vida, ¿por qué se habría enfrentado a los poderosos de entonces hasta provocar su muerte? En él hay siempre un profundo amor a la vida. Cuando se pone de parte de los más pobres y débiles no lo hace por un deseo abstracto de caridad y justicia, sino porque ama los juegos de los niños, las canciones de las muchachas, ama los animales, los frutos apenas maduros de la primavera y los árboles llenos de savia. No busca la muerte, aunque esta sea el precio que tantas veces hay que pagar por ese amor. José Jiménez Lozano tiene un poema titulado El precio. En él vemos hacer al poeta una lista apresurada de algunos de los dones humildes que ha recibido al vivir. Las tardes rojas, el canto del cuco, las construcciones de escarcha, los árboles entre la niebla, los ojos y las manos de los hombres, la dulzuras del amor. Todo eso, escribe, hay que pagarlo con la muerte. Pero enseguida añade: “Quizás no sea tan caro”.
Cuando muere Lázaro, Jesús se pone a llorar con sus familiares y amigos ante el sepulcro, ajeno al poder que tiene para resucitarle. También llora en el Monte de los Olivos, y poco antes de morir. Llora por tenerse que despedir del mundo y todos los que ama. Hay un episodio muy hermoso que tiene lugar en Emaús, tras la resurrección. Dos discípulos se encuentran con Jesús en una posada y se dan cuenta de que ha resucitado por la forma en que toma el pan y se lo da. No es difícil imaginarse la tristeza con que lo repartiría al comprender que ya nunca podría volver a llevárselo a los labios, pues estaba a punto de abandonar la tierra. Puede que le trajera el recuerdo de las espigas y del grano que se llevaba al molino, y de María, su madre, cuando de pequeño le bañaba o le daba de comer, y eso fuera lo que hubiera querido decirles a sus discípulos, que ese pan en la mesa era todo lo que tenían.
Si amo el cristianismo es porque me ha enseñado a ver ese trozo de pan como algo sagrado. Se lo debo sobre todo a mis padres, que nunca nos imponían nada y se limitaban a transmitirnos su fe a través del amor, que busca la complicidad y el consentimiento. Sí, eso era el cristianismo para ellos: una religión de la vida y de la belleza. Pues si un dios había sido capaz de morir por nosotros ¿como era posible que nuestra vida pudiera carecer de sentido? Ese cristianismo dio a mi infancia exaltados momentos de altruismo, ritos carentes de utilidad práctica, el sentido del misterio y la maravilla. Me enseñó a respetar a los demás, a amar a los animales, a permanecer vigilante ante el mal y a creer en la resurrección. Son cuentos traspasados de romanticismo que hablan de cosas tan esenciales como la responsabilidad individual, la igualdad entre los hombres y la posibilidad del milagro. Que critican el poder y el afán de riqueza, que nos dicen que los niños son sagrados y que el encuentro entre un hombre y una mujer puede ser lo que fue en el edén. Pero también, como todos los verdaderos cuentos, que reclaman el silencio para cumplirse. Es eso lo que percibimos al entrar en los bellos templos católicos, que allí se entra para estar en silencio. No hay más que contemplar las imágenes que nos reciben. Ángeles aturdidos, santas que se derriten de amor, obispos absortos en la lectura de misteriosos libros, cuerpos que, aun llenos de heridas, gimen de gozo, madres que lloran. Todos guardan silencio, ninguno sabe decir qué quiere o lo que le pasa. La Biblia está llena de historias así. La historia de la burra de Balaán, que vio un ángel; la de Agar y su pequeño Ismael; la del discreto Noé, preparando su arca; la del obstinado Job; la de Raquel y sus ovejas; y, por encima de todas, la de la silenciosa María. Una muchacha que en un pueblo perdido recibe la visita de un ser alado que le anuncia que será la madre de un rey, ¿no es el comienzo de un cuento de hadas? Gran parte de la religión católica se centra en este ser adorable, que representa el misterio de la bondad, y cuya contemplación ha dado lugar a algunas de los más hermosas obras de arte, poemas, pinturas y canciones, que se han concebido jamás.
Tal vez por eso la procesión que más me gusta de la Semana Santa de Valladolid es la procesión de El Encuentro. Representa el instante en que María se encuentra con su hijo camino del calvario, y la terrible amargura que experimenta al no poder salvarle. Le quiere en el mundo, a su lado, como todas las madres quieren a sus hijos, pero, como a estas les pasa tantas veces, tampoco ella puede evitar su dolor. ¿Sabéis cuántos niños mueren en el mundo cada día? Treinta mil. Mueren porque sus madres no los pueden alimentar, o porque no tienen vacunas ni medicinas o beben aguas contaminadas. Todas ellas darían sus vidas para salvarles. Todas desean tenerlos a su lado, sentirlos por las noches cuando lloran, darles de comer y llevarles guapos por las calles de sus pueblos. Ellas no se cansan de pedir cosas para ellos. Les peinan y piden que sus rostros desprendan luz, les cosen un botón y piden que sean ordenados y limpios, les alimentan y piden que crezcan sanos y fuertes, les cuentan cuentos y piden que sean justos y buenos. Tampoco María dejaba de hacerlo. “Pedid, y recibiréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren”.
¿Pero esto es verdad? María, como las madres de las que habla Primo Levi, nos dice que sí y que por ello no hay que dejar de pedir. Eso es lo que significan esos pañales tendidos en los alambres de espinos, que no quieren que sus hijitos mueran. Pero ellas son tan pobres como María, y no es mucho lo que pueden hacer. Y sin embargo el cristianismo nos dice que es en la pobreza donde está la verdadera fuerza. “Los pobres, ha escrito Joan Sobrino, son lugar de experiencia espiritual, de encuentro con Dios. Son exigencia ética, pero son más que eso. Encarnación significa abajamiento y encuentro, decisión primordial de llegar a estar en la verdadera realidad de este mundo, pero significa también dejarse encontrar por el Dios que está escondido pero presente en esa realidad”. Ese Dios escondido es el otro nombre de la poesía, que nos dice que más allá de lo puramente fáctico, existe una realidad oculta de la que apenas sabemos nada. Según el Talmud, el Mesías habría de venir montado en un borrico, y vestido de harapos; y uno de los milagros más hermosos de Elías, el gran profeta, fue la resurrección de un niño, sobre el que se tumbó para devolverle la vida. La importancia que Jesús concede a las mujeres y a los niños da cuenta de su confianza en que sólo los que no tienen nada ni detentan poder alguno pueden revelarnos el camino que conduce a la verdad. Pero las mujeres tienen junto a Jesús una importancia que no se limita a su papel de madres o meras acompañantes, y ahí están esos pasajes en que, tras la resurrección, aparecen como testigos y mensajeras de la revelación divina. Nunca he entendido por qué se las posterga o se las fuerza a tener un papel secundario, cuando fueron ellas las que más se comprometieron con Jesús. María pertenece a ese mismo mundo de mujeres vigilantes. Francisco Pino, nuestro gran poeta, escribió unas hermosas letanías hablando de su compromiso y pobreza, que ahora voy a leer:

María,
María, la pobre,
María, nadie en la fiesta de la elegancia y del mando,

Trono de ningún trono,
Causa de la alegría de los que no la tienen,
Vaso en el que la materia se hace ala,
Vaso al que no colorea la vanidad,
Vaso de agua,
Rosa del hambriento,
Chabola sin paredes,
Chabola en vilo,
Casa de adobes azules,
Arca soñada de un ajuar soñado,
Puerta sin puerta,
Tragaluz que ilumina el abrazo de la pareja,

Almohada de los encarcelados,
Chacha arrodillada sobre las baldosas de los pobres,
Nodriza de los que no esperan comer mañana,
Almohada para el pobre estrujado,
Chacha que ordenas con cielo el barullo de los hogares de la tierra,
Nodriza que arrullas a los que nadie arrulla,
Almohada de los ajusticiados,
Chacha de las chachas ejemplo,
Nodriza tiernísima,
Almohada suavísima,
Chacha de todos, ruega por nosotros.

No he podido evitar, al leer estos versos, recordar una pequeña historia que voy a contaros ya para terminar. Me sucedió cuando aun trabajaba de psicólogo en un Centro de Salud de nuestra ciudad. Acudió a la consulta una niña de unos diez años que, debido a un parto difícil, padecía una lesión cerebral responsable de un retraso en su desarrollo. Era muy aficionada a las pipas y, por ese tiempo, una marca de pipas se distinguía por llevar grabada en la bolsita de plástico la figura de una Virgen. Siempre compraba esa marca. Al terminar las pipas, cerraba los ojos y dirigiéndose a aquella imagen de su devoción le pedía en silencio que la curara. Nunca lo hacía en las iglesias, ante los retablos refulgentes cargados de grandes racimos de oro, ni frente a las estampas de esas madonnas que los mejores pintores habían concebido en los momentos más esplendorosos de su hermosura y salud, sino sólo ante aquella figurilla escuálida apenas visible sobre el plástico barato. "Que me cure Virgen de las Pipas" murmuraba una y otra vez, poniendo su pensamiento en aquella compañera celeste, moradora como ella del mismo reino de la insignificancia.
Creo que es a esa Virgen Pobre de la que habló Francisco Pino a la que debemos celebrar en estos días. Más allá de nuestros hermosos pasos, del rigor de nuestras procesiones, de la severidad de nuestra devoción, esa humilde y doliente figura nos pide que miremos a nuestro alrededor y nos preguntemos si acaso el mundo que nos rodea es el de nuestros sueños. Eso es hacerse pobres: descubrir que tal vez lo que tenemos no valga gran cosa. Esta pobreza buscada implica compromiso, rebeldía, la renuncia a sentirnos dueños de la verdad. Porque la verdad, como se dice en un cuento de Las mil y una noches, no cabe en solo sueño y necesita de los sueños de todos los hombres para manifestarse. La religión, en su más noble sentido, ha sido un medio de educar a la humanidad hacia la caridad, la piedad y la comprensión, y la historia que recordamos estos días tiene en la compasión su más íntima razón de ser. Es una historia dolorosa, pero llena de hermosura. Nos pide que nos elevemos hacia la belleza, que nos enfrentemos a la desgracia y al sufrimiento y recuperemos la inocencia de la infancia. Puede que sea la historia más hermosa e insensata que se haya contado jamás, pues habla del triunfo de la vida sobre la muerte.
Publicado por Miguel Ángel Velasco Serrano el 29.3.09 1 comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Afirmación, Compromiso, Evangelio, Fe, Gustavo Martín Garzo, Pregón, Realidad, Religión, Semana Santa, Vida
Entradas antiguas Inicio
Suscribirse a: Entradas (Atom)

Seguidores

Etiquetas

20 N Abraham Abstención Abuelez Abuso de menores Abuso de poder Abusos sexuales Acacia Acebo Aceras Actualidad Acuario Ada Colau Adán Adolfo Suárez Adviento Aféresis Afganistán Afilador Afirmación África Agricultura Agua Aguaviva Agustín del Agua Agustinos Filipinos Ain Karem Aire libre Ajo Alandar Albert Einstein Alberto Cortéz Alberto Iniesta Albino Luciani Alcalde Aldous Huxley Alegría Alejandro Guillermo Roemmers Aleluia Alemania Alex Ubago Alfabetización Alfonso Álvarez Bolado Alfredo Velasco Alicante Alicia Martín Baró Alimentos CE Alma de las cosas Almendro Álvaro Pombo Alzheimer Amando López Amanecer luminoso Amapola Aminatou Haidar Amistad Amor Amusco Ana y Simeón Anacoreta Anastasio Rojo Ancianidad André Wénin Andrés C. Bermejo González Andrés Torres Queiruga Ángel Álvarez Ángel Galindo Ángel García Forcada Animaladas Aniversario Anthony de Mello Anton Chejov Antonio López Baeza Antonio Machado Antonio Machín Año nuevo Añoranza Aparcamiento Apocalipsis Apócrifos Árbol Argentina Arguiñano Armarios Armas Armonio Arte Ascensión Ascensor Asertividad Asesinato Aspidistras Astou Pilar Asunción Ataxia Atletismo Atrio.org Auditorio Miguel Delibes Ausencia Austeridad Autoconfianza Autoridad Avaaz Avería Avisos Ayelet Shaked Aymeric Picaud Ayuntamiento Azorín Azucenas Baltasar Garzón Banco de Alimentos Banco de España Barack Obama Barcelona Barrio de Delicias Barro Bartolomé Esteban Murillo Baruck Spinoza Bautismo Baxter Keaton Beagle Beatriz Cariño Beethoven Belén Benedicto XVI Benito Prieto Coussent Benjamín Prado Bernabé Berta Berto Bertolt Brecht Biblia Biblioteca Bicicleta Bienaventuranzas Bienve Blog Bloque Blowin’ in the Wind Bob Dylan Boda Boj Bolivia Bolsa Bondad Borja Borrado Breva Breviario Buena voluntad Buenos consejos Bufanda Bujedo Cabreo Cactus Cadarso Café Cala Calabaza Calendario Calidad de vida Cáliz Calor Calzado Caminar Camino Camino Astorga Redondo Camino del Pesquerón Campamento Campeonato Mundial de Fútbol Canal de Castilla Cáncer Cancha deportiva Canela Canena Cantabria Caracoles Cardenal Martini Caritas Cáritas Carlos Carlos Aganzo Carlos F. Barberá Carlos González Vallés Carlota Carmen Tablada Carnaval Carne Castilla Castromocho Castromonte Catecismo Catecismo Holandés Catedral Catequesis Caza CCP Cedro Celibato Celina Maricet Celtas Cortos Cena de Pascua Cenar Cenizas Censura Cervantes César Vallejo Change.org Chapuzas Charlot Chetán Chile China Chiquilladas Chispa Cielo Ciencia Cine Ciro Alegría Cisne Claudio Coello Claudio Sánchez Albornoz Clint Eastwood Clonar Cocina Codex Calixtinus Codorniz Coherencia Colegio Colesterol Colón Coltán Comadreja Comedor Social Comentarios Comer Comillas Compañeros Compasión Competición Compromiso Comuneros Comunicación Comunión Concilio Vaticano II Cónclave Concurso Conferencia Episcopal Española Confesión Congo Constitución Española Consumismo Contaminación Control Córdoba Cordura Corea del Norte Corea del Sur Coronavirus Corpus Corrección Correo Corzos Cosas Cosas de la vida Cosecha Creación Credo Crisantemos Crisis Cristales Cristianisme i Justícia Cristo Crucificados Crucifijo Cruz Cuadros Cuaresma Cuento Cueva del Cobre Cuidados Paliativos Cultura Cumbre sobre Clima de Copenhague Cumpleaños Curiosidad Dalí Dámaso Alonso Daniel Barenboim Daniel González Poblete Dante Dante Pérez David Déficit de atención Delacroix Delatar Delibes Delito informático Democracia Dentadura Denuncia Deporte Derecho Derecho a la intimidad Derecho Canónico Derecho de propiedad Derechos Humanos Desagües Desahucio Desaparición Desarrollo sostenible Descalificación Descubrimientos Desiderio Desilusión Despedida Despertar Día de los Sin Techo Diálogo Diapositivas Dietrich Bonhoeffer Difuntos Dignidad Dinamarca Dinero Dios Dios con nosotros Distopía Diversidad Dolor Dolores Aleixandre Domingo Don Dionisio Don Domnino Donald Jhon Trump Donald Zolan Doñana Droga Duda Duende Duero Ébola Ecce Homo Eclesalia Ecología Economía Edad Edelweiss Edición Eduardo Galeano Eduardo Haro Tecglen Ejercicios espirituales El Cid El club de los poetas muertos El Corazón de Jesús El factor humano El Gordo y el Flaco El Mal El muro de Berlín El Norte de Castilla El País.com El Papa El pinar El Pino El Roto El Salvador El tiempo Elba Julia Ramos Electricidad Eloy Arribas Eluana Emaús Emigración Emilia Pardo Bazán Emilio Calatayud Emisión Emma Martínez Ocaña Emoción En Portada Encinas Energía Enfermedad Enrique Barquín Sierra Enrique Estencop Equilibrista Erlich Ernestina de Champourcin Ernesto Cardenal Escalera Escritura Escuela Escultura Esfuerzo Esgueva Esopo España Esperanza Esperanza Aguirre Espíritu Estafa Estandarte de San Mauricio Estrellas Estrellita Castro Estudios Eta Eucaristía Eugenio Europa Euros Eurovisión Eutanasia Eva Evangelio Evidencia Evo Morales Expectación Extranjeros Eylo Alfonso Ezequiel Ezequiel Zaidenwerg Fabio Nelli Facundo Facundo Cabral Familia FAO Fe Febrero Federico García Lorca Feedly Felicidad Felicitación Felipe Felipe VI Félix López Zarzuelo Félix María Samaniego Fernán Caballero Fernando Altés Bustelo Fernando Fernán Gómez Fernando Lorenzo Fernando Manero Ficus Fidel Castro Fidela Fidelidad Fin de año Fiódor Mijáilovich Dostoievski Florence Nihtingale Florentino Ulibarri Flores Florián Rey Folk Fontanería Forbes Forges Foto palabra Fotos Fotos raras Fra Angelico Francia Francis Francisco Cerro Chaves Francisco de Asís Francisco Pino Frases Friedrich Engels Friedrich Wilhelm Nietzsche Frutas Frutos Fuego Fuencisla Fuensanta Fumar Funeral Fútbol Futuro G. B. Ricci Gabriel Celaya Gabriel Fauré Gabriel García Márquez Gabriela Mistral Gaillot Gala Galarreta Gallinas Gamberrada Gandhi Garoña Gas Gatos Gaza Género Generosidad Gente Gerhard Ludwig Müller Girasol Gitanos Gloria Fuertes Godspell Góngora Google Docs Goya Goyo Ruiz Granada Grecia Greda Gregoriano Gregorio Fernández Gripe A Gripe porcina Grupo sanguíneo Guernica Guerra Guerra española Gumi Gustavo Adolfo Béquer Gustavo Gutiérrez Gustavo Martín Garzo Gustavo Poblete Catalán Gutenberg Hacienda Haiku Haití Hambre Hamlet Lima Quintana Händel Hans Küng Harina Haruki Murakami Helecho Hemodonación Hermanitas de los pobres Hermanos Marx Higo Higuera Hiperactividad Hirosima Historia Historias HOAC Hobbes Hodegética Hogar Horacio Horario de invierno Horario de verano Hormigas Hortensia Hosta Huelga Humanidad Humildad Humor Ibrahim iDVD Iglesia Ignacio Ignacio Ares Ignacio Ellacuría Ignacio Manuel Altamirano Ignacio Martín Baró Ildefonso Cerdá Ilusión iMac iMovie Imperio Argentina Impresora Impuestos Incendios Indagación India INEA Infancia Infierno Informe Semanal Ingenuidad Inmaculada Inmigración Innocenzo Gargano Inocencia Interesante Intermón Internet Invictus iPhone iPhoto Irak Irán Isaac Isabel Isabel y Jesús Isaías Isla Islam Israel ITV J. Ratzinger James Dean James Mollison Jan van Eyck Japón Jara Jardín Javier Domínguez Javier Fesser Jazmín Jefté Jenny Londoño Jerusalén Jesús Jesús de Nazaret Jesús Espeja Jesús Visa JMJ Joaquín López JOC Johann Baptist Metz John Carlin John Martyn John P. Meier John Selby Spong Jon Sobrino Jorge Cafrune Jorge Manrique Jorge Negrete José Afonso José Antonio Pagola José Arregui José Delicado Baeza José Gómez Caffarena José Hierro José I. González Faus José Jiménez Lozano José Luis Borges José Luis Cortés José Luis Cuerda José Luis Martín Descalzo José Luis Martín Vigil José Luis Saborido Cursach José Luis Sampedro José Manuel Calzada José Manuel Vida José María Castillo José María de Pereda José María Díez-Alegría José María Manso Martínez José Martí José Mugica José Zorrilla Juan Antonio Marcos Juan de Juni Juan Goytisolo Juan José Tamayo Juan José Tamayo Acosta Juan Martín Velasco Juan Masiá Clavel Juan Pablo II Juan Ramón Jiménez Juan Ramón Moreno Juan Valera Juan Vicente Herrera Juan XXIII Jubilación Judit Juegos Jueves Santo Julia Ardón Juliana Vermeire Julio Lois Justicia Justicia y Paz Juventud Karl Marx Karl Rahner Kaunas Khalil Gibran Konrad Adenauer La Alhambra La Arbolada La Cañada La Codorniz La Fontaine La radio La Ser La Virgen de Guadalupe Labordeta Lacomunidad.elpais.com Lágrimas Laico Lampedusa Lanuza Las Cambras Las Edades del Hombre Las mañanitas Las Villas Laurel Lawrence Ferlinghetti Lenguaje Leocadio Yagüe León León Felipe Leon Gieco León Gieco Léon L'hermitte Leonard Cohen Leonardo Boff Leopoldo Panero Lesbos Ley Ley del aborto Leyendas Libertad Libertad de expresión Libia Libros Lilas Lilit Limonero Limpieza Lina Lince Linda Literatura Lituania Liu Xiabo Liuba María Hevia Llano Llaves Lluis Llach Lluvia Lola Lombarda Lope de Vega López Vigil Loquillo Luar na lubre Lucía Caram Ludwig Feuerbag Luis Argüello Luis Darío Bernal Pinilla Luis Espinal Luis García Huidobro Luis García Montero Luis González Morán Luis Guitarra Luis Mariano Luis Pastor Luis Resines Luna Lunes Lunes Santo Lutero Machismo Maestro de escuela Mafalda Magisterio eclesiástico Mal Maltrato Malvarrosa Mamá Manifiesto del día internacional del Voluntariado Manifiesto por la Solidaridad Manos Manos Unidas Manuel Azaña Manuel del Cabral Manuel Mujica Láinez Manuel Sánchez Gordillo Manuel Vicent Manuela Carmena Máquina Marc Chagall Marciano Durán María María Magdalena María y José Mariamma Mariano Cibrán Junquera Maricas Marinaleda Mario Benedetti Mark Twain Marruecos Marte Martes Santo Martha Zechmeister Martín Jelabert Martin Luther King Martin Niemöller Martirio Marzo Máscara Matilde Moreno rscj Matrimonio Matteo Ricci Maximino Cerezo Barredo Mayo'68 Medicina Médicos sin frontera Medina de Rioseco Medio ambiente Mediterráneo Membrillo Memoria Mentiras Mercado Mercedes Cantalapiedra Mercedes Navarro Puerto Mercedes Sosa Meses México Mi canario Mi casa Mica Michael Czerny Michel Quoist Miedo Miedo escénico Miércoles de Ceniza Miércoles Santo Miguel Ángel Baz Miguel Angel Buonarroti Miguel Ángel Ceballos Miguel Ángel Mesa Miguel Cabrera Miguel de Unamuno Miguel Hernández Miguel Ligero Miguel Manzano Milagro Millán Santos Ballesteros Minueto Miradas Mirlo Mis Cosas Mistagogia Moda Moderación Moisés Moli Molino Monasterio de Moreruela Monseñor Algora Monseñor Romero Montaña Montealegre Moral Moral de la Reina Morgan Freeman Morir con dignidad Morten Lauridsen Mosca cojonera Mosqueo Mouse Mucho queda por hacer Muerte Mujer Mundo rural Munilla Muros Muros de la vergüenza Museo Museo del Prado Museo Oriental Música Nacimiento Nadal Narcisos Natación Natalicio Naturaleza Navidad Neil Armstrong Neila Nelson Mandela Nevada Nicodemo Nido vacío Nieve Niñez Nochebuena Nombres Nona Nuevo Mester Obediencia Obras Obsolescencia Ocas Octavio Paz Oliver Sacks Olivo Olor ONU Opera Oración Ordenador Oro Ortega y Gasset Oscar Wilde Oslo Otoño Pablo Milanés Pablo Neruda Pablo Picasso Paciencia Paco Alcántara Padre nuestro Paellada País Vasco Paisajes Pájaros Pajarradas Pala Palabras Palacios de Campos Palacios del Alcor Palencia Palestina Palomas Pamplona Pan Pancho Pancho Aquino Papá Papa Francisco Paquistán Para pensar Paradilla Paraguas Parlamento Europeo Paro Parque infantil Parquesol Parras Parroquia de Guadalupe Parroquia La Inmaculada Parroquia Sagrada Familia Parroquia San Ildefonso Parroquia San Pedro Apóstol Partenia Partidos Políticos Partituras Pasado Pasatiempos Pascua Pasión Pastores y ángeles Patata Patines Patxi Loidi Pavo real PayPal Paz Paz Altés PDF Pedro Ansúrez Pedro Antonio de Alarcón Pedro Calderón de la Barca Pedro Casaldáliga Pedro José Ynaraja Pedro Miguel Lamet Pentecostés Peñalara Peñalba de Santiago Pep Lladó Perdón Pereza Periodismo Periquito Perplejidad Perroflauta Perrunadas Persianas Personas Pesetas Pete Seeger Peter Menzel Pez Piano Picasa Pico Pie Jesu Pierre Teilhard de Chardin Pilar Pilar del Río Pintada Pinturas Pirineo Piscina Pisuerga Plaga Plantas Plaquetas Plasma Plástico Plata Platón Plaza de Tian'anmen Plegarias Pluralidad Pobreza Poda Poder Poesía Pol Política Pornografía Portugal Pozo Predicación Pregón Prejuicios Premio Nobel de la Paz Premios Goya Presencia Presentación Presente Preservativos Primavera Primavera de Praga Primera Comunión Profetas Prohibir Protesta Proyección Proyecto Hombre Prudencia Prudencio Publicidad Pueblo Puertas Quemadura Quevedo Quijote Quino Quintín García Quira Racismo Radiactividad Raíces Ramadám Ramón Ramón Cué Romano Ramos Rastrojos Ratón Raúl Castro Realidad Recados Recambio Recidiva Recolección Record Guinness Recorrido virtual por el Santo Sepulcro Recuerdos Redes Cristianas Reedición Reflexión Regalo Religión Religión Digital Reloj Remuñe Renglones Repuesto Reseña Bíblica Residencia de Ancianos Resiliencia Resistencia Resurrección Retiro Reyes Magos Ricardo Blázquez Ricardo Cantalapiedra Ripios Risa Roberto Roberto Rey Rock Rogier van der Weyden Rosa Rosalía Rosario Roselen Rossini Rostros Roy Bourgeois Rubén Darío Rudyard Kipling Rut Sábado Santo Sábanas Sabine Demel Sacerdocio Sahara Sal Sal Terrae Salamanca Salomón Salud Samuel Samuel Aranda San Agustín San Antón San Antonio San Bartolomé San Benito San Esteban San Ignacio de Loyola San Isidro San Jerónimo San Joaquín y Santa Ana San José San Juan Bautista San Juan de Ávila San Juan de la Cruz San Lorenzo San Miguel del Pino San Pablo San Pedro San Pedro Regalado San Romà de Sau San Roque San Valentín Sancho Sandalias Sandro Magister Sangre Sanidad Sansón Santa Ana Santa Clara de Asís Santa Espina Santa Marta Santa Mónica Santa Teresa Santiago Santiago Agrelo Martínez Arzobispo de Tánger Santidad Santos Santos Cirilo y Metodio Santos Padres Sara Saramago Saulo Scott Fitzgerald Seattle Seguimiento Segundo Montes Selecciones de Teología Semana Santa Seminario Sentimientos Seriedad Servicio Jesuita a refugiados SGAE Shakespeare Shūsaku Endō SIDA Siega Siesta Silencio Siloé Silverio Urbina Silvia Bara Silvio Rodríguez Simancas Simone de Beauvoir Sínodo Siquem Siria Sócrates Sol Sola Soledad Solentiname Solidaridad Soltería Somalia Sopa Soria Sorolla Sotillo del Rincón Stéphane Hessel Stephen Hawking Sudor Sueños Sumisión Suni Sur T. S. Eliot Tabaco Taco Talleres López Tamarindo Tamarisco Tamiflú Tano Taray Tarifa TBO TDT Tea Teatro Teléfono Televisión Temor Tener tiempo Tensión arterial Teófanes Egido Teología Teología de la Liberación Tercera Edad Tere Teresa Forcades Ternura Terremoto Terrorismo Tetas Thomas Becket Tierra de Campos Tiken Jah Fakoly Tolkien Tomás Apóstol Tomás Aragüés Tomás Moro Tomás Segovia Tomates Torío Toro Torres gemelas de Nueva York Trabajo Tráfico Traición Transición Traveling Wilburys Trigo Trini Reina Trinidad Trufa Tsunami Tumba Twitter Ucrania Umberto Eco Unción de Enfermos Unidad Universidad Urbanismo Urracas Uruguay Utopía Uvas Vacaciones Vacuna Valladolid VallaRna Valle de Pineta Valle del Silencio Valporquero Van Gogh Vaticano Vegacervera Vejez Velázquez Velicia Ventanas Ventiladores Ventura Ventura García Calderón Verano Verdad Verduras Viajes Vicente Aleixandre Vicente Huidobro Vicente Presencio Revilla Víctor Codina Víctor Heredia Víctor Jara Vida Vídeo Viento Viernes Santo Viktor Frankl Villalar Villalón Villancicos Villaverde de Íscar Vino Viña Violencia de género Violencia en las aulas Violetas Virgen del Carmen Virgen del Pilar Visita Vladímir Mayakovski Voluntariado Vuelo 605 Whitney Houston Wikiquote Winston Churchill Wislawa Symborska Woody Allen Xabier Pikaza Yankhoba Youtube Zacarías Zenón de Elea
«¿A quién compararte en tu grandeza?
Mira: a un cedro del Líbano
de espléndido ramaje,
de fronda de amplia sombra
y de talla elevada.
Entre las nubes despuntaba su copa.
Las aguas le hicieron crecer,
el abismo le hizo subir,
derramando sus aguas
en torno a su plantación,
enviando sus acequias
a todos los árboles del campo.
Por eso su tronco superaba en altura
a todos los árboles del campo,
sus ramas se multiplicaban,
se alargaba su ramaje,
por la abundancia de agua que le hacía brotar.
En sus ramas anidaban
todos los pájaros del cielo,
bajo su fronda parían
todas las bestias del campo,
a su sombra se sentaban numerosas naciones.
Era hermoso por su talle,
por la amplitud de su ramaje,
porque sus raíces se hundían
en aguas abundantes.
No le igualaban los demás cedros
en el jardín de Dios,
los cipreses no podían competir
con su ramaje,
los plátanos no tenían
ramas como las suyas.
Ningún árbol, en el jardín de Dios,
le igualaba en belleza.
Yo le había embellecido
con follaje abundante,
y le envidiaban todos los árboles de Edén,
los del jardín de Dios».
(Ez 31, 2-9)
Tempus fugit, es decir, el tiempo corre veloz como una liebre…


Ricardo Cantalapiedra
Marana tha


Para escuchar, presiona en la punta de flecha de la izquierda; si quieres silencio, presiona en ‖ o 1▢



¿A que es guapo nuestro Niño?

Amanece sobre el pinar nevado


Amanece sobre el Pinar nevado

Amanece mientras la luna vigila


Añadiendo a…

  • ▼  2024 (4)
    • ▼  octubre (1)
      • Aquella teología liberadora
    • ►  septiembre (1)
    • ►  abril (1)
    • ►  marzo (1)
  • ►  2023 (3)
    • ►  julio (2)
    • ►  marzo (1)
  • ►  2022 (9)
    • ►  noviembre (1)
    • ►  septiembre (3)
    • ►  agosto (2)
    • ►  junio (1)
    • ►  abril (1)
    • ►  febrero (1)
  • ►  2021 (5)
    • ►  diciembre (1)
    • ►  agosto (2)
    • ►  febrero (2)
  • ►  2020 (23)
    • ►  septiembre (1)
    • ►  agosto (3)
    • ►  julio (1)
    • ►  junio (1)
    • ►  mayo (5)
    • ►  abril (1)
    • ►  marzo (11)
  • ►  2019 (6)
    • ►  diciembre (1)
    • ►  junio (2)
    • ►  mayo (1)
    • ►  marzo (1)
    • ►  enero (1)
  • ►  2018 (27)
    • ►  noviembre (1)
    • ►  octubre (2)
    • ►  septiembre (3)
    • ►  agosto (2)
    • ►  junio (4)
    • ►  mayo (3)
    • ►  abril (3)
    • ►  marzo (4)
    • ►  febrero (2)
    • ►  enero (3)
  • ►  2017 (65)
    • ►  diciembre (3)
    • ►  noviembre (9)
    • ►  octubre (10)
    • ►  septiembre (2)
    • ►  agosto (4)
    • ►  julio (6)
    • ►  junio (4)
    • ►  mayo (4)
    • ►  abril (3)
    • ►  marzo (6)
    • ►  febrero (3)
    • ►  enero (11)
  • ►  2016 (83)
    • ►  diciembre (7)
    • ►  noviembre (9)
    • ►  octubre (11)
    • ►  septiembre (2)
    • ►  agosto (2)
    • ►  julio (4)
    • ►  junio (10)
    • ►  mayo (9)
    • ►  abril (6)
    • ►  marzo (10)
    • ►  febrero (8)
    • ►  enero (5)
  • ►  2015 (156)
    • ►  diciembre (10)
    • ►  noviembre (8)
    • ►  octubre (11)
    • ►  septiembre (8)
    • ►  agosto (4)
    • ►  julio (14)
    • ►  junio (18)
    • ►  mayo (20)
    • ►  abril (10)
    • ►  marzo (18)
    • ►  febrero (15)
    • ►  enero (20)
  • ►  2014 (289)
    • ►  diciembre (18)
    • ►  noviembre (17)
    • ►  octubre (6)
    • ►  septiembre (8)
    • ►  agosto (9)
    • ►  julio (30)
    • ►  junio (30)
    • ►  mayo (30)
    • ►  abril (31)
    • ►  marzo (34)
    • ►  febrero (34)
    • ►  enero (42)
  • ►  2013 (380)
    • ►  diciembre (37)
    • ►  noviembre (25)
    • ►  octubre (33)
    • ►  septiembre (19)
    • ►  agosto (32)
    • ►  julio (36)
    • ►  junio (34)
    • ►  mayo (38)
    • ►  abril (30)
    • ►  marzo (33)
    • ►  febrero (30)
    • ►  enero (33)
  • ►  2012 (384)
    • ►  diciembre (31)
    • ►  noviembre (37)
    • ►  octubre (36)
    • ►  septiembre (20)
    • ►  agosto (34)
    • ►  julio (31)
    • ►  junio (31)
    • ►  mayo (32)
    • ►  abril (30)
    • ►  marzo (40)
    • ►  febrero (31)
    • ►  enero (31)
  • ►  2011 (399)
    • ►  diciembre (32)
    • ►  noviembre (31)
    • ►  octubre (46)
    • ►  septiembre (43)
    • ►  agosto (40)
    • ►  julio (46)
    • ►  junio (30)
    • ►  mayo (36)
    • ►  abril (43)
    • ►  marzo (31)
    • ►  febrero (15)
    • ►  enero (6)
  • ►  2010 (257)
    • ►  diciembre (31)
    • ►  noviembre (30)
    • ►  octubre (34)
    • ►  septiembre (31)
    • ►  agosto (34)
    • ►  julio (19)
    • ►  junio (17)
    • ►  mayo (7)
    • ►  abril (15)
    • ►  marzo (12)
    • ►  febrero (13)
    • ►  enero (14)
  • ►  2009 (162)
    • ►  diciembre (14)
    • ►  noviembre (18)
    • ►  octubre (14)
    • ►  septiembre (16)
    • ►  agosto (8)
    • ►  julio (11)
    • ►  junio (15)
    • ►  mayo (8)
    • ►  abril (18)
    • ►  marzo (17)
    • ►  febrero (11)
    • ►  enero (12)
  • ►  2008 (89)
    • ►  diciembre (21)
    • ►  noviembre (18)
    • ►  octubre (20)
    • ►  septiembre (7)
    • ►  agosto (2)
    • ►  julio (7)
    • ►  junio (12)
    • ►  mayo (2)

Ahora, por orden alfabético…

Lista de todas las entradas

Cuando viajo pongo mis experiencias…

  • En un lugar de Castilla…
    El Cabo de Gata - No está en el fin del mundo, pero lo parece. Llegar hasta allá supone atravesar valles y desiertos, llanuras y perdidos, pasar pueblos y rodear montañas...
    Hace 11 años

Mi pequeño mundo…

  • Miguel Ángel Velasco Serrano
  • Moli, Berto, Gumi y Cía.

Mi lista de blogs

  • 3500 Millones
    Millones salvados: cómo asegurarse de que los programas de salud funcionan
    Hace 8 años
  • Abuela Cyber acunando palabras
    Fiestas Tradicionales !!!!!
    Hace 6 años
  • Adital - Noticias de América Latina y Caribe
    Qual o Melhor Jogador do Palmeiras: A História e os Ídolos do Verdão
    Hace 2 días
  • Alandar off
    "Tenemos que derribar todas las infames vallas que se están levantando"
    Hace 9 años
  • Alandar on
    También se casan los pastores
    Hace 9 años
  • Anna Jorba Ricart. Música y cultura
    Si buscas a ANNA JORBA RICART
    Hace 1 mes
  • Anna Jorba Ricart. Nunca es triste la verdad
    Si buscas a ANNA JORBA RICART
    Hace 1 mes
  • Anusky66: El mejor momento es ahora
    Hola bloggeros
    Hace 1 mes
  • Arobos
    FUENTES DE ENSUEÑO
    Hace 5 años
  • Atrio.org/
    Pensamientos sabáticos, 32
    Hace 2 meses
  • Bailando con mi enemigo
    Cómo cuidarse cuando tienes el SPP
    Hace 5 años
  • Bernardo Pérez Andreo: Libros y más libros
    El pecado original
    Hace 8 años
  • Bernardo Pérez Andreo: Rara Temporum
    Una DANA sobre nuestras almas
    Hace 10 meses
  • Bloc de CJ
    15 recomendaciones literarias, 15 semillas de cambio
    Hace 8 años
  • Blog de L'Assumpta
    "Relats Conjunts": La teleoperadora
    Hace 2 meses
  • Bolivia. Daniel Mercado, sj
    Viene el Papa, no Jesucristo
    Hace 10 años
  • Buridán
    DE FACEBOOK. DEL 18 AL 23 DE AGOSTO
    Hace 1 semana
  • Cabo de Hornos
    Puerto de partida
    Hace 10 años
  • Camino Misionero
    Un Dios Prohibido (Película completa)
    Hace 11 años
  • Carlos Carnicero
    Fakta Unik Permainan Game Slot Online
    Hace 5 años
  • Ciudad Redonda
    La Pasión de Cristo como pasividad
    Hace 1 año
  • Comunidad Ayala
    COMUNIDAD DE AYALA, 50 AÑOS. Volviendo a las fuentes
    Hace 1 año
  • Contando bajo la lluvia
    En mi cama
    Hace 6 meses
  • Contemplaciones
    A despatriarcalizar
    Hace 7 años
  • Despiertos a medianoche
    Votar con miedo
    Hace 10 años
  • Diario del Aire: de América Latina y España
    MUERTE DE UN BANQUERO QUE NO MURIÓ DE UN INFARTO
    Hace 6 años
  • EL ALMA Y SUS OFICIOS
    DICCIONARIO INDEPENDENTISTA
    Hace 7 años
  • El blog de Carlos F. Barberá
    En una sociedad laica
    Hace 10 años
  • El blog de Hilari Raguer
    Cristo Rey: una religión para vertebrados
    Hace 6 años
  • El blog de José Arregi
    ¿A dónde vamos tan deprisa?
    Hace 6 años
  • El Desclasado.
    No consigo responder en mi propio blog.
    Hace 11 años
  • El guardián del Areópago
    En memoria de Jesús Mª Urío
    Hace 5 años
  • El Nostre Barri Sants de la Pedra El Raval (Sagunto)
    MONUMENTS D´LA SETMANA SANTA SAGUNTINA
    Hace 6 años
  • El país de las maravillas
  • El Trastevere
    Mujer, discriminación y desigualdad 20 años después de la conferencia de Beijing
    Hace 10 años
  • En Búsqueda. Crónica de un viaje a Itaca.
    Punto y aparte.
    Hace 9 años
  • En medio del mundo
    21, para no olvidarte¡
    Hace 2 años
  • En un lugar de Castilla…
    El Cabo de Gata
    Hace 11 años
  • Encarni: Brisa de Venus
    ESTE JUEVES: Carta a mi misma
    Hace 8 años
  • ESCRITOS de Pep Castelló
    Detrás del malo llega siempre el peor
    Hace 5 meses
  • eukleria
    Fechorías filisteas
    Hace 18 horas
  • Eulalia Tort
  • Faustino Vilabrille
    Pobres
    Hace 6 años
  • Felipe: Reflexiones
    Hasta siempre,Fidel
    Hace 8 años
  • Fernando Manero: Campos Abiertos
    Burgos, mi ciudad en la memoria
    Hace 15 horas
  • Fernando Manero: La Mirada Expandida
    El Pacto Verde Europeo
    Hace 2 años
  • Gatopardo
    EL ASESINO, EL OCCISO NISMAN, Y UN ALMÁCIGO DE BOLUDOS...
    Hace 6 años
  • Hermano Cortés
    Universículo 365
    Hace 10 años
  • Imagenes y palabras by Jan Puerta
    Escrito un 10 de abril de 2012
    Hace 10 años
  • Jesús Espeja: La Iglesia se hace diálogo
    Evangelio pranuestro tiempo (3,3,19)
    Hace 6 años
  • Joludi Blog
    Ahora en WordPressSigo escribiendo a diario. Pero ahora lo hago...
    Hace 6 años
  • Jorge. De profesión, cura
    ¿He dejado de escribir?
    Hace 10 años
  • Josep Cobo: La modificación
    pistas
    Hace 20 horas
  • José I. González Faus: Miradas cristianas
    Meditación sobre "Podemos"
    Hace 6 años
  • José Ignacio Calleja: Un cristianismo habitable
  • José María Castillo. Teología sin censura
    El Papa y las víctimas
    Hace 6 años
  • Juan Masiá Clavel
    Cuidar la vida. Tertulias éticas
    Hace 14 años
  • Juan Masiá: Vivir y pensar en la frontera
  • Kakuma.......................................
    DE PROFUNDIS
    Hace 6 años
  • La Ciudad de las Diosas
    Varias organizaciones feministas se concentran en Madrid para pedir más "contundencia" al Gobierno frente a los "vientres de alquiler"
    Hace 19 horas
  • La Fragua
    Esto es todo lo que sabes
    Hace 8 años
  • Laura: L´Hort del Pou
    ME REGALAN UNA NUEVA VIDA.
    Hace 11 años
  • Luis Arroyo
    Por qué emocionó Antonio Banderas
    Hace 10 años
  • Majao público
    La teoría jurídica del marxismo
    Hace 5 años
  • Maria Luisa Anara Aurin
    " CARTA A UN SUEÑO"
    Hace 11 años
  • Mayo todo el año
    José Antonio Pagola - ESCUCHAR Y SEGUIR A JESÚS
    Hace 6 años
  • Mi Pequeño Mundo
    Aquella teología liberadora
    Hace 10 meses
  • Mis Homilías… (más o menos)
    XXX Domingo del Tiempo Ordinario
    Hace 7 años
  • Montserrat Sala: Reflexions en veu alta
    Como os recuerdo a todos amigos blogueros!!!
    Hace 2 años
  • Mujeres y Teología de Madrid
    Concentración el 1 de marzo en Madrid: Revuelta de Mujeres
    Hace 5 años
  • Mª Mercè: Mil camins
    Próxima apertura
    Hace 4 años
  • Más de cerca
    P. GERARD FRANCISCO TIMONER, NUEVO MAESTRO GENERAL DE LOS DOMINICOS
    Hace 6 años
  • Mónica: Aula virtual de Religión
    17 de Octubre: Día de la Erradicación de la Pobreza extrema y el Hambre
    Hace 14 años
  • Nihil Obstat
    Dios todo bondadoso y omnipaciente
    Hace 8 años
  • Pagola
    Hace 2 años
  • Para reflexionar
    Raíces familiares de la violencia
    Hace 8 años
  • Pedro M. Lamet: El alegre cansancio
    Un beso fugaz de Dios
    Hace 7 años
  • Pep Castelló EN LLENGUA PRÒPIA
    Segueix i creix la repressió de l'Estat espanyol a l'independentisme català
    Hace 7 años
  • periodismohumano
    No estamos todas, faltan las internas
    Hace 6 años
  • PredicaBlog de la Gracia
    La chica del baloncesto
    Hace 11 años
  • Rafael Fernando Navarro
    Hace 9 años
  • Redes Cristianas
    El Papa en el Ángelus: Dios no quiere la guerra. ¡Dios quiere la paz! -- Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
    Hace 1 hora
  • Religion Digital
    De Londres a Asís: Carlo Acutis, el primer santo millennial y patrono del mundo digital
    Hace 18 horas
  • Religión en libertad
    El retiro de cuatro días de la monja que cura el estrés post-traumático de policías y bomberos
    Hace 7 años
  • RESIDENCIA SANTA TERESITA
    FIESTA DE CARNAVAL. MARZO 2025 en STA. TERESITA
    Hace 6 meses
  • Románico Digital | Noticias
    X TALLER DIDÁCTICO DEL ROMÁNICO Sobre monasterios, canónicas y parroquias. 2018
    Hace 7 años
  • TODO EL MUNDO VA AL CIELO
    Hace 5 meses
  • Trini Reina
    Es tiempo de máscaras...
    Hace 11 años
  • Txema: Una forma de presentarse
    LA DAMA
    Hace 11 años
  • Ulysshes: Regresando a Ítaca
    Media hostia de vida
    Hace 11 años
  • Vallisoletvm
    Curiel de Duero, donde tuvo lugar el cautiverio más largo de la historia de España
    Hace 4 años
  • Ángel García Forcada, médico ahora en Vida Nueva
  • Ángel: Confesiones de un médico
    Adiós y gracias, cuídense mucho
    Hace 2 años
Mostrar 5 Mostrar todo
Miguel Ángel. Con la tecnología de Blogger.