Berto y Moly comparten cama sin mayores complicaciones. Y ya es raro, porque Moly, a estas alturas de su vida (casi once años), permanece virgen y mártir, y jamás ha permitido que le entraran en su territorio. Ella es muy suya…, pero con Berto tiene, diríamos, debilidad.
Hay que decirlo, porque es verdad, que Berto sabe hacer las cosas. Ya conté aquí que antes de verano tuvo con Trufa ocho preciosos cachorros, uno de los cuales pasó por esta casa, Gumi, en tareas de destete y baboseo.
Pero no se paró ahí, no. Engatusó, como sólo él sabe, a otra preciosidad, a la que hasta la fecha no había podido retratar de puro tímida y esquiva. Al fin conseguí hacerlo. Hela aquí, es Berta:
El caso es que Berta con Berto tuvo más que palabras. Y de resultas de dicha conversación salió un Bertín,
¿Cuántos dices?
Ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro…
¡Cinco!
Tres y dos, ellas y ellos.
Pero adivinad quienes son ellas y quienes ellos.
La pobre Berta, creyendo haber cometido alguna falta, se esconde bajo la pesebrera…
Pero adivinad quienes son ellas y quienes ellos.
La pobre Berta, creyendo haber cometido alguna falta, se esconde bajo la pesebrera…
Reculando esquiva la foto…
…hasta que no pudo evitarlo y fue cazada la cazadora…
Luego, ya más tranquila, dejó que la felicitáramos por tanta abundancia perruna. Y es que la pobre es tan tímida…
Por allí estaba Pancho, viejo conocido nuestro, que volvió a sus faenas venatorias y a triunfar en el corral, su sitio, donde él es el Rey.
Claro que no está mal acompañado. Por ejemplo tiene a Mica…
También tiene a Nona, la hija de Trufa…
Y aquí Doña Trini, la destetadora de Nona, recuerda un verano de biberones, papillas y besuqueos…
Cinco gamusines, cinco, los Bertines, hijos de Berta y Berto.
…hasta que no pudo evitarlo y fue cazada la cazadora…
Luego, ya más tranquila, dejó que la felicitáramos por tanta abundancia perruna. Y es que la pobre es tan tímida…
Por allí estaba Pancho, viejo conocido nuestro, que volvió a sus faenas venatorias y a triunfar en el corral, su sitio, donde él es el Rey.
Claro que no está mal acompañado. Por ejemplo tiene a Mica…
También tiene a Nona, la hija de Trufa…
Y aquí Doña Trini, la destetadora de Nona, recuerda un verano de biberones, papillas y besuqueos…
Cinco gamusines, cinco, los Bertines, hijos de Berta y Berto.
Y os preguntaréis viendo a Berta tan madraza, ¿y Berto qué hace ahora, dónde está que no cuida de su prole?
Berto está en la luna de Valencia, digo en la orilla del Pisuerga, a su bola…
Berto está en la luna de Valencia, digo en la orilla del Pisuerga, a su bola…
5 comentarios:
O sea, que ¿alrededor de qué o quién gira el mundo? Ellos, desde luego, son inocentes, carecen de intereses, muestran su alma cándida.
Un abrazo.
¡Vaya una conversación más productiva!. Enhorabuena, son todos una preciosidad y es que claro con lo guapos que son los papás " de casta le viene al galgo ". Tendréis unos cuantos días de intenso trabajo con los biberones porque la pobre Berta no podrá con tantos cachorros. Míguel lo he intentado, pero solo se le ve la evidencia del sexo a uno de ellos, el segundo visto de derecha a izquierda, y también aparenta ser el mas grande. Disfrutarlos. Un beso Laura
Tú en otra vida fuiste perro ¡seguro! qué bien lo haces, te identificas muy requetebién, es una comunión cuasi mística.
Me río tanto con estas cosas tuyas!
Besos
Entrañable post y lindas fotos.
Feliz domingo...!
Me encanta tu modo de contar esos "amores" perrunos y los cachorros... ay los cachorros. Si estuviera allí, no sé si resistiría la tentación de robarte uno de ellos. Tengo mala experiencia con mis perros en el campo, así que cuando perdí el último, mi Frida, una mil leches más lista que el hambre, decidí que ya no tendría más hasta que me jubilara, pero esos cachorros... qué monería.
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