Las he guardado desde el verano pasado. Estuve en Pirineos. No, no te voy a poner fotos de montañas, que a ti no te llaman la atención. Y como no estuve en la costa, no puedo ponerte del mar, ese mar Mediterráneo que tanto te gusta.
Son para ti, y que te sepas que nadie las ha cultivado, y hasta que llegué a ellas es bastante probable que nadie las hubiera visto, que el invierno de 2010 fue muy largo y la nieve duró hasta pocos días antes de encontrarlas, a principios de julio.
Estas flores se dan allá arriba, y son sólo para mirar. Cortarlas es matarlas. Pero hacerlas fotos es inmortalizarlas.
Hoy también es sábado, como aquel día en que te fuiste. No es víspera de la Ascensión, pero no importa, estás arriba y es lo que vale.
Hace un año recordaba pensando en ti las estrofas del Eclesiastés que empiezan por “todas las cosas tienen su tiempo, todo lo que hay debajo del sol tiene su hora”. Seguirás tomándolo, no me cabe duda, con lo que a ti te gusta el sol. Pero tu sol de ahora está fuera del tiempo, y lo que hagas, sea lo que sea, carece de medida. No consigo imaginar las labores que tendrás empezadas, ni los ratos que te pases al piano; tampoco el palique que le des con los unos y las otras. Donde no hay tiempo tampoco habrá agobios ni prisas.
No me ocurre así a mí, que el tiempo se me escurre entre los dedos, y las cosas que suceden entretanto no me gustan, no molan. A ti tampoco te harían gracia, estoy seguro.
Antes de que me ponga a hablar de ellas, ahí te las dejo, las flores, para que disfrutes, incluso huelas. Las que más me gustan son la flor de nieve, que es fea a rabiar, y esquiva; y el lirio, que sólo aparece en praderas altas, muy altas. Cuando te las encuentras… como que tocas el cielo.
Aquí estoy con Roberto, el médico que te atendió al final, cuando ya sólo valía estar contigo y hacerte compañía. El cartel no tiene importancia, es para que sepas que por aquí, en las alturas, también hay señalizaciones. Tanto que te preocupabas tú por si me perdía en la espesura…
Ah, casi se me olvida. También está Moly, que ya carga años. Y esos otros dos, Berto y Gumi. Se parece este Gumi a tu Gumi en lo trasto, rompedor y corredor. No veas cuánto coinciden.
Y nada más.
Un beso.
Esta mañana muy tempranico
salí del pueblo con el hatico
y como entonces la aurora venía
yo la recibía…
cantando como un pajarillo:
Esta mañana muy tempranito.
Por los carriles y los rastrojos
soy la hormiguita de los despojos
y como tiene muy buenos ojos
espigo a veces de los manojos.
¡Ay ay ay! qué trabajo nos manda el Señor
levantarse y volverse a agachar
todo el día a los aires y al sol.
¡Ay ay ay! haz memoria de mí segador,
no arrebañes los campos de mies
que detrás de las hoces voy yo.
La espigadora con su esportilla
hace la sombra de la cuadrilla.
Sufre espigando tras los segadores
los mismos sudores…
del hombre que siega y que trilla,
la espigadora con su esportilla.
En cuanto suenan las caracolas
por esos trigos van ellas solas
y se engalanan con amapolas
con abalorios y agueripolas.
¡Ay ay ay! qué trabajo nos manda el Señor
levantarse y volverse a agachar
todo el día a los aires y al sol.
¡Ay ay ay! haz memoria de mí segador,
no arrebañes los campos de mies
que detrás de las hoces voy yo.
salí del pueblo con el hatico
y como entonces la aurora venía
yo la recibía…
cantando como un pajarillo:
Esta mañana muy tempranito.
Por los carriles y los rastrojos
soy la hormiguita de los despojos
y como tiene muy buenos ojos
espigo a veces de los manojos.
¡Ay ay ay! qué trabajo nos manda el Señor
levantarse y volverse a agachar
todo el día a los aires y al sol.
¡Ay ay ay! haz memoria de mí segador,
no arrebañes los campos de mies
que detrás de las hoces voy yo.
La espigadora con su esportilla
hace la sombra de la cuadrilla.
Sufre espigando tras los segadores
los mismos sudores…
del hombre que siega y que trilla,
la espigadora con su esportilla.
En cuanto suenan las caracolas
por esos trigos van ellas solas
y se engalanan con amapolas
con abalorios y agueripolas.
¡Ay ay ay! qué trabajo nos manda el Señor
levantarse y volverse a agachar
todo el día a los aires y al sol.
¡Ay ay ay! haz memoria de mí segador,
no arrebañes los campos de mies
que detrás de las hoces voy yo.
3 comentarios:
¡¡Qué ternura!!... Muy bello. Las palabras, los sentimientos que expresa y las flores... Besos
Sabía que hoy sería muy especial tu entrada y así ha sido y muy preciosa también, tu mami estará encantada, seguro. Las flores no puede ser más maravillosas, por aquellas alturas son geniales; lo que no he visto es "la flor de las nieves" o edelweis, yo tuve una en mis manos hace ya muuuucho tiempo, cuando aún se podía y alguien la cogió para mi y me la regaló.
Bueno Míguel, como siempre has estado estupendo en este aniversario.
Besos
Miguel Angel, ya lo sabía pero eres un crak (no sé si se escribe así). De verdad qué bonito y sobre todo que como todo lo que haces, está hecho con el corazón.
Un fuerte abrazo y gracias por todo y por esta página que tanto me gusta.
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