Esta mañana se me ha acercado Berto, lentamente como sólo él lo hace, y se ha echado a mis pies. Y de pronto, voy y le suelto: “¿Berto, eres un perroflauta?”
Con su tierna cara de palo, el pobre no ha dicho nada. Sólo se ha quedado mirándome. Tal vez esté empezando ahora a procesar la pregunta en su sesera.
Al Gumi hube que hacerle la pregunta a la carrera, porque no se paró, quiá; seguía algún rastro en el jardín que dejaran los gatos esta noche. Pero en un momento que se aproximó me soltó un rotundo “Estás tonto, o estás tonto. ¿Dónde llevo yo la flauta, eh, dime, dónde?” Este cachorro no se sale a su padre, él las coge al vuelo. Y me he quedado pensativo.
Como si me hubiera oído el pensamiento, Moli, toda seria y circunspecta va y me dice, a su manera claro, que ella usa un idioma que entre ambos nos va de maravilla:
“Perroflauta es una forma despectiva de designar a los músicos ambulantes callejeros que tocan algún instrumento con escasa fortuna y que por regla general van desaseados, ocasionalmente en compañía de un chucho sarnoso. Por extensión, empieza a llamarse «perroflauta» a un tipo de persona joven de atuendo informal y vagabundesco, algo así como un «hippie» en su acepción más moderna y pervertida.
Ni Berto ni Gumi encajan en esa descripción. Salvo que ladran de cuando en vez, ellos de música, nada; y de vida vagabunda, menos aún. ¡Pues no viven poco bien los dos perritos!”
Enseguida me di cuenta que decía lo que habría encontrado por la red, en un rato que salí de casa y dejé el aparato a su disposición. Hablaba de memoria. Quise indagar e insistí. “Amos a ver, Moli, no digas lo que otros dicen. ¿Qué puede ser para ti un perroflauta?”
Y ella va y me suelta:
“Mira, MA, esto es lo que hay, que está aquí más clarito: http://www.frikipedia.es/friki/Perroflauta. Pero esto otro también, que lo acabo de pescar, y tiene todos los visos de ir al quid de la cuestión:
«Hola amigos!, que cantidad de Jilipolleces estoy leyendo por aquí, aunque de alguna manera me alegro por que veo que lo que hicimos en su día el grupo "Perroflauta" ha dado tanto de si, que ahora se acuña en un término que le da sentido a la forma de vida de algunas personas. He de explicaros algo, el término PERROFLAUTA se creo en Mérida (Badajoz) en el año 97, a través de un grupo al que yo pertenecí, que ahora no existe, pero que en los 8 años que estuvimos funcionando recorrimos toda la geografía española y parte del extranjero. Aunque no nos hicimos muy famosos sé que nuestra música ha llegado al corazón de mucha gente, me consta porque la gente nos lo decía y nos lo dice. Le pusimos ese nombre al grupo de una forma muy tonta; resulta que un día estábamos en mi casa tocando algunas canciones y en la calle escuchamos a un perro que ladraba de una forma muy rara, después de reírnos un rato dijimos "este es un Perroflauta" y acto seguido le hicimos una canción a ese maravilloso perro que le dio nombre a nuestro proyecto. Cada cual puede llamar como quiera a la gente que desprecia o le molesta o por el motivo que sea no le gusta su forma de vida, pero por favor, no los llaméis Perroflauta. A lo largo del tiempo que estuvimos tocando por ahí, nos dimos cuenta de que el grupo Perroflauta no sólo gustaba por su música, sino por lo que sus canciones transmitían y por la filosofía de vida que nosotros como personas ejercíamos en aquel momento. Para nosotros Perroflauta significa LIBERTAD, COMPROMISO SOCIAL, AMOR, IGUALDAD, MULTICULTURALIDAD, SOLIDARIDAD y un motón de cosas más que tienen mucho que ver con la época que nos ha tocado vivir.
Los comentarios despectivos acerca de cierto tipo de personas que leo aquí os delatan a muchos de vosotros, os delatan porque se deja ver tras ellos la gran herida de intolerancia y racismo que sigue habiendo en nuestro país. Considero una desgracia que gente joven como vosotros desprecie a sus congéneres sólo porque llevan un estilo de vida distinto al que lleváis algunos de vosotros. Hay que mirar hacia dentro y ver si realmente tú que criticas el estilo de vida que tienen otras personas en realidad eres feliz, si en realidad tienes lo que quieres o si por el contrario todas esos insultos a esas personas son el producto de lo que la sociedad está haciendo con nosotros, o mejor dicho, lo que nosotros hacemos con la sociedad. Habría que escuchar qué piensan esos "perroflautas" de vosotros que no sabemos lo que sois. Al menos a ellos los puedes identificar por su estilo de vida, pero a ti como se te identifica???»
Aluciné, pero comprobé que está tomado de http://romera.blogspot.com/2006/05/perroflauta.html.
Volvió a la carga. “Aquí ocurre como en todo, uno saca una idea, una ocurrencia, una genialidad, y ciento y un mil se apuntan a ello, y lo dan vueltas y vueltas, marean la perdiz, y termina por salir un churro, que en realidad es un pan como unas tortas”.
Y siguió, que Moli no se amilana: “Luego ese calificativo se llena de adherencias, más bien despectivas e insultantes, se mezcla aquí y allí con una pizca o un saco de generalidades, y se aplica al primero que se nos pone en la chepa. Unos lo reciben sin replicar; otros se lo aplican tan contentos; aquellos se ufanan de serlo mucho más, y los demás de allá lejos se ponen guirnaldas sobre el pelo recién salido del tostadero de la pelu y también se lo apropian, y hasta lo gritan, y te lo muestran en plan ofensivo o de autoinculpación, vete tú a saber. A perroflauta tú no me ganas, que lo he sido de toda la vida, te vienen a decir. Y asín estamos. Y puede que termine por ser la moda para este verano y aparezca el personal por las playas con una flauta en una mano y un chucho malpeinado en otra. Pero una cosa sí te digo: llamar a los del 15M perroflautas es una patochada, una sandez y hasta una grosería; ni los describe, ni los define, ni caben dentro de ese palabro. Tú sabes bien que a la gente que saca de sus casillas a quienes tienen o creen tener todo en orden, en tu pueblo y en el mío se les llama moscas cojoneras. ”
La dejé por imposible. Esta perra no me da la talla en una conversación seria. ¿O seré yo el que no esté a su altura? ¡Perros!
Mañana, si ha lugar, volveré… ¡Mejor dicho, ni hablar! Si alguien quiere ser perroflauta, que lo sea. A mí qué.
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