Tuvimos reunión de pastores, larga pero interesante: había que proponer… Y propusimos. Ahora toca el turno a quienes deciden. Pues que decidan.
En un momento de respiro salimos al exterior camino del restaurante donde nos van a ofrecer los conejos cazados por Pedro debidamente preparados con arroz. Y capto unas pocas vistas de Simancas, la Villa del Archivo. Además tiene también estas otras cosas:
El claustro de la rectoral desde una esquina.
Desde otra esquina, el claustro.
Calles estrechas con casas de piedra, y al fondo el Archivo
La iglesia, auténtica catedral, no es posible que quepa ni en el pueblo ni en el objetivo de mi cámara.
La torre hay que sacarla de esta guisa, no da más de ancho la calle.
Esta antigua entrada, a los pies del edificio, sí está disponible, pero la tapiaron.
La puerta principal es asequible por el sur a través de una escalera, que no sale.
Esta escalera está al norte, y sí que sale. A la derecha, tras esa tapia de acero, hay una rampa.
Simancas está en lo alto de una ladera, todas las calles, salvo pocas, están cuesta abajo y se nota, vaya que sí.
El puente románico, o romano, el puente nuevo, la fábrica y la pesquera.
El río Pisuerga lame los bajos de Simancas, pero sigue su curso camino del Duero.
Ahí, justo a la derecha y al fondo el padre Duero recibe al Pisuerga. El paraje recibe el nombre de Pesqueruela. Merece una visita.
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