Van a bautizar a un
sobrino, y Lágrima está preocupada. Será madrina, porque su hermana se lo ha
pedido y esta tarde se me acercó para contármelo.
Es rumana. Ortodoxa.
Y tiene los pies degollados porque se metió en unos playeros nuevos regalados
que no se correspondían con su cuerpo.
Es normal en quienes,
como ella, emigraron a este país y se visten con lo que encuentran y se calzan
con lo que les regalan. Trabajan como burros, pero el dinero que ganan, más
bien poco, debe emigrar de vuelta a casa para pagar estudios y manutención de
la prole y demás familia.
El caso es que
Lágrima es una mujer enorme. Un cacho de pan tierno. Pero está preocupada. No
se sabe el credo. Y ha venido a preguntarme.
Mujer, tranquila; en
un bautizo la profesión de fe se hace en forma dialogada: te preguntan y
respondes sí, o creo, o sí creo. Y ya está.
No, me dice, que en
nuestra religión tenemos que decir el credo de corrido. Y no lo sé.
A punto he estado de
dárselo copiado y que lo aprenda. Pero de repente he caído en la cuenta de que
el credo de los ortodoxos no es el mismo que el de los católicos. Y he tenido
que ponerme a recordar a partir de cuándo nuestros credos se fueron
distanciando.
El credo de los
Apóstoles es común. Es el corto, que aprendimos de pequeños y que es bastante fácil de entender. El Niceno, el largo, creo que también. Supongo que fue en el Concilio de Toledo donde se torció la cosa. Por una nimiedad que en teología se
conoce como “la cuestión del Filioque”.
El caso es que a
partir de la Sagrada Escritura se han ido deduciendo verdades que no aparecen
pero que se dice que están como latentes. Y para que constara que eran
importantes, a pesar de todo, se inventaron los dogmas. Un dogma es algo que
hay que creer, sí o sí; de lo contrario te riñen, se enfadan mucho y hasta te
echan si te pones farruco.
Ocurrió que había que
aclarar cómo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo deriva todo lo demás: la
creación. Ahí no había discusión, sino pleno acuerdo. Pero dentro de la
Trinidad ¿qué? Que el Hijo procede del Padre, era evidente; es lo normal entre
padres e hijos. Pero ¿qué pasa con el Espíritu Santo?
Todos decían que el
Espíritu procede del Padre. Pero unos mantenían que el Espíritu también procede del
Hijo. La discusión fue terrible y muy larga. Y se rompió la baraja porque en
aquel concilio, el constantinopolitano, por las buenas o por las bravas, se
acordó que el Espíritu procedía del Padre y del Hijo por igual; es decir,
“Filioque”.
Como los de la parte
oriental de la Iglesia no aceptaron este veredicto, acusaron de herejes a los
de la parte occidental; y viceversa. Y Constantinopla se quedó donde estaba, y
Roma siguió donde siempre estuvo. Y se declaró el llamado Cisma de Oriente. El
de Occidente fue algo después; y menos complicado: asunto de alta política o de
faldas y pantalones, a saber.
El caso es que los
rumanos son ortodoxos y no aceptan el Filioque. De modo que supongo que el credo
que ellos mantienen en su liturgia será el mismo que nosotros, los católicos,
mantenemos en la nuestra, sólo que sin esa tan fundamental palabreja, que hay
que ver qué poca gente repite sin conocer su trascendencia.
6 comentarios:
Seguro que lo bordará, yo lo pienso también. Muchos de los cristianos, católicos, apostólicos y romanos (¿se dice así?), no nos acordamos ni sabemos † el credo † de memoria, y eso que de pequeños nos lo hicieron aprender a base de repetirlo, sin entender lo que decíamos...
Había una canción de un credo, que me gustaba mucho, la he buscado y es un poema del poeta nicaragüense Carlos Mejias Godoy, que cantaba Elsa Baeza.
Si me permites te dejo el enlace y te transcribo el texto de su letra:
Credo
Creo Señor firmemente que de tu prodiga mente
todo este mundo nació que de tu mano de artista
de pintor primitivista la belleza floreció
las estrellas y la luna las casitas las lagunas
los barquitos navegando sobre el rio rumbo al mar
los inmensos cafetales los blancos algodonales
y los bosque mutilados por el hacha criminal
los inmensos cafetales los blancos algodonales
y los bosque mutilados por el hacha criminal
Creo en vos arquitecto ingeniero artesano carpintero albanil y armador
Creo en vos constructor del pensamiento de la musica del viento de la paz y del amor.
Yo creo en vos Cristo obrero luz de luz y verdadero
unigenito de Dios
que para salvar al mundo en el vientre humilde y puro de Maria se encarnó
creo que fuistes golpeado con escarnio torturado
en la cruz martirizado siendo Pilatos pretor
el romano imperialista puñetero y desalmado
que lavandose las manos quizo borrar el error
el romano imperialista puñetero y desalmado
que lavandose las manos quizo borrar el error.
Creo en vos arquitecto ingeniero artesano carpintero albanil y armador
Creo en vos constructor del pensamiento de la musica y el viento de la paz y del amor.
Yo creo en vos compañero Cristo humano Cristo obrero
de la muerte vencedor
con el sacrificio inmenso
engendraste al hombre nuevo para la liberacion
vos estas resusitando
en cada brazo que se alza para defender al pueblo del dominio exlotador
porque estas vivo en el rancho en la fabrica en la escuela
creo en tu lucha sin tregua creo en tu resurrección
porque estas vivo en el rancho en la fabrica en la escuela
creo en tu lucha sin tregua creo en tu resurrección
Creo en vos arquitecto ingeniero artesano carpintero albanil y armador
Creo en vos constructor del pensamiento de la musica y el viento de la paz y del amor.
Creo en vos arquitecto ingeniero artesano carpintero albanil y armador
Creo en vos constructor del pensamiento de la musica y el viento de la paz y del amor.
Creo en vos constructor del pensamiento de la musica y el viento de la paz y del amor
Que tengas un buen sábado, Miguel Angel.
Me temo, Anna, que ese credo de la Misa Nicaragüense no le sea de gran ayuda a Lágrima en esa tesitura. Si se le ocurre recitarlo, el pope de la parroquia rumana de Zaragoza, donde va a tener lugar el bautizo, la puede reñir por hereje. Mejor será que le de este texto, y que lo lea o lo aprenda.
Creo en un solo Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible e invisible.
Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero; nacido, no creado; Consubstancial al Padre, por Quien todo fue hecho. Quien por nosotros, los hombres, y para nuestra salvación, descendió de los cielos, y se encarnó del Espíritu Santo y de María Virgen y se hizo hombre. Crucificado también por nosotros bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Y resucitó al tercer día conforme a las Escrituras. Y subió a los Cielos y está sentado a la Diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos y Su Reino no tendrá fin.
Y en el Espíritu Santo, Señor Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado, y que habló por los profetas.
En la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo venidero. Amén.
Personalmente le ofrecería el que colgué hace unos días aquí, y que hoy volveremos a utilizar en las primeras comuniones. O el de la Misa castellana, de mi amigo José Luis Calzada, que tiene aires de jota y te mete hormiguillo en los pies según lo vas recitando o cantando.
Pero si queremos que Lágrima triunfe plenamente como madrina de su sobrina, lo mejor será aconsejarla que se ciña al ritual.
Un abrazo de fin de semana.
Para escuchar:
credo de la misa castellana
Para leer:
Creo en Dios, Padre de todos,
creador del universo.
Creo que es posible un mundo
donde hermanos nos llamemos. (bis)
Creo en Dios, Padre de todos,
creador del universo.
Creo en Cristo, Hijo del hombre, (bis)
nacido para el amor.
Por amor quiso morir, (bis)
y de amor resucitó.
Sigue vivo entre nosotros
y su espíritu es la ley, (bis)
que nos guía y nos anima
a vivir haciendo el bien. (bis)
Creo en el pueblo que camina
hacia su liberación. (bis)
Creo en la Iglesia del pueblo,
creo en la resurrección. (bis)
Creo que un día nos veremos
en el reino de su amor.
Tienes razón, para mi el más cercano es el que haces referencia en las comuniones, que el otro día pusiste; pero el que ha de leer ella, llegado el caso, es el que has escrito en el comentario....a mi me parece impersonal.
Pues que así sea, que Lágrima lea el que toca para no meterse en líos porque lo importante es que será la madrina de su sobrino y que adquiere una responsabilidad de asistirle en caso de que sus padres no puedan hacerlo, tanto en lo material como en lo espiritual, ¿no es así Míguel?.
Besos
Anna, suena a impersonal, ciertamenta; pero no deja de ser una "fórmula amasada" a lo largo de generaciones, y eso tiene su mérito. Claro que también puede ser "papel mojado" si ni se entiende, ni se explica, ni se asume. Por eso se hacen a veces intentos de adaptación a los tiempos actuales, aunque no tenga la misma precisión. Es lo que tienen los ritos.
Julia, desde luego. Si los católicos tenemos fama de ritualistas, no te digo quiénes lo son de verdad. Los ortodoxos se llevan la palma.
Y sí, lo importante es lo que tú explicas.
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