Respuesta repetida inevitablemente cada vez que se pregunta ¿quién ha hecho…?, ¿quién ha dejado…?, ¿quién se ha reído…?, o ¿quién ha roto…?
Porque si la pregunta estuviera hecha de otra manera, la respuesta también habría sido diferente, pero sólo en la forma, que en el fondo daría igual, por ejemplo, ¡siempre me miras a mí, jolínes! o ¿por qué dices que he sido yo?
Cuando se me presenta la oportunidad de hacerla, no la hago, ¿para qué? Más bien espero que la persona indicada se adelante y confiese su pecado: “Me acuso de que he dejado una planta colgada de la verja de la parroquia, a escondidas y al atardecer”, por ejemplo.
Esta mañana he descubierto esto, porque ayer volví de la piscina ya noche cerrada y no me percaté de ello.
He podido darme cuenta de que quien fuera sabía de refajos, por tanto debía ser alguien que tiene instinto maternal y ha cambiado pañales con soltura.
Y como uno tampoco es manco, le ha faltado tiempo para poner a la pobre criaturita a buen recaudo.
¿Satisfecha? Pues qué bien.
1 comentario:
Me alegro y que cunda. Beso.
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