Julio Lois, o el arte de ir al cielo sin Nihil Obstat
Pocas veces la muerte de un hombre de Iglesia ha causado tanto pesar y ha suscitado tantas alabanzas como la de Julio Lois en España.
Mi blog viene siendo un nido de disputas. Pues bien, ayer no las hubo, pues todos han dicho una palabra buena sobre Julio: han hablado los amigos, y los menos amigos han callado por respeto, por falta de argumentos. A todos los que han dado un testimonio sobre Julio les quiero dar aquí las gracias.
Sólo ha habido una voz discordante (del otro lado del mar)lado que ha comparado a Julio con Gustavo Gutiérrez y con otros semejantes, haciéndoles responsables de casi todos los males del mundo. Estoy convencido de que Julio estaría contento al saber que le comparan con Gustavo (¡buena compañía!) aunque a Gustavo le dieron el Príncipe de Asturias, si no recuerdo mal, mientras que a Julio no lo han concedido en vida esos honores.
Pero el tema no es ese, sino el Nihil Obstat o, mejor dicho, el recuerdo de que a Julio no le dieron el Nihil Obstat, cosa que mucho ha enfurecido a la voz antes citada, pues ella supone que esas cosas no se deben decir, que hay que callar y acatar la voz de los "superiores". Yo pienso, en cambio, que cosas así hay que decirlas para que todos sepamos dónde estamos, con amor a la Iglesia. Julio Lois ra grato para muchísimos, para casi todos. Pero una parte de jerarquía de la Iglesia a la que había dado todo no le dio las gracias, ni el Nihil Obstat. Así lo resaltaba mi post de ayer:
Ha sido profesor de Teología, en la Universidad Pontificia de Salamanca, pero sólo como encargado de cátedra… No pudo pasar del “encargo”, pues en Roma no le dieron nunca el “nihil obstat” para ser profesor titular, porque no entendían su compromiso por la gente de pueblo (en Vallecas), porque no comprendían ni aceptaban su teología al servicio del amor del Reino, abierto a todos, en fraternidad gozosa, cercana….
Como se sabe, para ser Catedrático de Teología en una Universidad de la Iglesia Católica hay que conseguir el Nihil Obstat de la Congregación de Seminarios y Universidades del Vaticano, presidida en otro tiempo por un hombre muy bueno, dentro del sistema: el Cardenal Antonio M. Javierre. Pues bien, ni siquiera los “buenos” cardenales pudieron (quisieron) dar el Nihil Obstat a Julio.
Nihil Obstat significa que “nada se opone” a la doctrina buena de un libro (como en caso de Pagola) y a la enseñanza recta de una persona (como en el caso de Julio). Pero, según algunos, había algo o, mejor dicho, había mucho (Multum Obstat) que se oponía a la recta enseñanza de Julio.
Y de esa forma enseñó, sin Nihil Obstat, pero con gran aceptación de los cristianos de a pie, religiosas y religiosas, presbíteros y legos, pobres y menos pobres… Y así ha tenido que ir hace dos días al cielo, sin Nihil Obstat bajo el brazo.
No creo que san Pedro, portero del cielo, le haya pedido certificados especiales. Desnudos nacemos, desnudos de cargos y papeles, renacemos al Cielo de Dios. Además, como dice el refrán: Hombre Bueno no necesita Documentación.
Y así quiero recordar de nuevo a Julio, hombre bueno, experto en el arte de ganarse amigos, como dice el evangelio (¡ganaos amigos…! Lc 16, 9), experto a hacer cielo y en ir al cielo sin Nihil Obstat, como la inmensísima mayoría de los mortales (aunque estoy convencido de que algunos con Nihil Obstat de la tierra también van al cielo, aunque lo tienen más difícil). Ate pronto, Xulio
(Se añaden dos imágenes de cielo:
a. Los angelitos negros de Machin, pintados por el preso H. Gómez, en la Cárcel Modelo de Barcelona.
b. Una escena de pan y vino, de bodas de cielo, según Jn 2).
a. Los angelitos negros de Machin, pintados por el preso H. Gómez, en la Cárcel Modelo de Barcelona.
b. Una escena de pan y vino, de bodas de cielo, según Jn 2).
1 comentario:
Me he perdido algo. Hablas como si ayer se hubiera suscitado un debate o una conversación sobre Julio Lois en tu blog, pero yo no he visto nada. Y lo lamento.
He buscado la noticia de su muerte (no la conocía) y nadie parece haberse enterado o nadie le da a este hombre importancia suficiente como para publicar el hecho. Sólo Periodista Digital. Dicen: "Te vamos a echar de menos, Julio. Ya no quedan referencias. Se acaban los profetas". Hay noticias sobre kikos pero no parece que tenga igual relevancia la Asociación de Teólogos Juan XXIII, de la que él era presidente.
En fin, lo lamento por ti y lo lamento por nosotros. No es bueno que las causas de la justicia, la libertad y la verdad pierdan aliados.
Un abrazo.
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