¿TE IMPORTAN?
¿Lo conoces, Señor?
¿Conoces a ese niño desnudo,
en cuclillas, sobre un montón de estiércol,
a orilla del camino, junto a las chozas?
¿Te has fijado en él?
¿Sabes su nombre?
¿Conoces a esa niña arrebatada
para placer de unos desalmados,
que llora desconsolada,
que le han arrancado felicidad,
presente y futuro,
antes de abrirse a la vida?
¿Te has fijado en ella?
¿Sabes su nombre?
¿Conoces a esos niños y niñas
que salen en los llamados reportajes denuncia?
¿Y a los que no salen?
No me tomes a mal la pregunta, Señor
No pienses que te acuso.
Es que quiero creerte;
quiero creer que esos niños
le importan a alguien,
que te importan a Ti.
Quiero creer
que el grande es el pequeño,
que el último es el primero,
que el pobre es preferido,
que el insignificante es quien más cuenta para Ti.
Lo quiero creer pero me cuesta,
porque yo mismo no veo
que importen tanto esos niños
sin mañana, casi sin hoy.
El mundo puede pasar sin ellos
y sin notar su falta.
Señor, dime que a Ti te importan, ¡por favor!
Dime que a Ti te importan más que te importo yo,
o por lo menos, que ellos te importan
tanto como nosotros, los "con suerte",
los que tenemos las necesidades cubiertas,
los que hasta podemos avergonzarnos de ello,
los que vivimos en esta sociedad
que damos en llamar "primer mundo".
Pues si esos niños y niñas a nadie le importan,
si no te importan a Ti, Señor,
entonces... nada importa.
Faustino Ulibarri, Al viento del
Espíritu
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