Casi veinte meses han transcurrido desde que dejamos de pisar
este sendero que abrimos entre los pinos hace ya más de diez años. Corre paralelo a la trocha forestal que hace de cortafuegos. Nos avisaron que estaba borrado del mapa por falta de uso, y volvimos para comprobarlo. Quiso la naturaleza y la casualidad que coincidiera con la llegada de la primera nieve de 2012, y los cinco disfrutamos tanto con el paseíllo que se alargó hasta bien entrado el día.
Estas fotos no hacen justicia, ni por calidad ni por oportunidad, pero sirven para dar fe del acontecimiento.
Lo dejamos igual de silencioso y solitario que lo encontramos. A la luminosidad natural del día tal vez algo le añadimos con nuestra presencia, una pizca siquiera de alegría. Moli no desapareció del todo, pero casi. Berto no dejó pino sin probar. Y Gumi venteó el aire perfumado como un auténtico poseso. No vimos guarda forestal alguno. Tal vez no nos esperaba. Puede que tampoco le inquietáramos. Al fin y al cabo somos gente pacífica y no nos gusta gritar. Tampoco pisamos las flores, y la hierba tras nuestro paso vuelve a su posición, y continúa fresca y lozana. En cuanto a los animalitos… no tuvimos ocasión, ni buenos días nos dijeron.
2 comentarios:
Resguardate del frio que dado lo que veo en las fotos parece que hace muy mucho...
Un abrazo y sigo siguiendote....
No es la nieve lo que da frío, es la niebla cerrada que hace más de veinte días tiene a mi ciudad clavada a no más de 0°, día y noche.
Qué bien que sigamos siguiéndonos, ¿verdad?
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