La última rosa del verano |
¿Qué será, que sería, qué pasaría
si una tarde cualquiera
la mar muriera,
si una tarde cualquiera
el sol se apaga,
y no vuelve a encenderse
por la mañana?
¿Si a tu lado dijera
una voz misteriosa:
"Sólo queda esta rosa
y no hay más primavera"?
Entonces si sabrás
lo que valió una flor,
lo bueno que era el mar,
lo alegre que era el sol.
Pues ven conmigo a ver
las cosas siempre así,
sabiendo que esta vez
repiten para ti.
¿Qué dirán, qué dirían o callarían,
si se mueren las olas,
las caracolas?
Y la lengua del bosque
¿qué cantaría,
si se llevan las llamas
nidos y ramas?
¿Si a tu lado dijera
una voz misteriosa:
"Sólo queda esta rosa
y no hay más primavera"?
Entonces si sabrás
lo que valió una flor,
lo bueno que era el mar,
lo alegre que era el sol.
Pues ven conmigo a ver
las cosas siempre así,
sabiendo que esta vez
repiten para ti.
Explicación necesaria y conveniente; ¿convincente también?
Fui invitado a tomar
parte de un blog comunitario. En el grupo inicial ya se conocían entre sí de
tiempo atrás, y llevaban juntos el blog desde hace aproximadamente un año.
Quiso el destino que
entrara para saludar a emejota, y me llegó de improviso una invitación para
incorporarme. Digo yo que a modo de “bloguero invitado”. Y digo así porque
cuando las cosas se torcieron –y a fe mía que aún ignoro cómo pudo ocurrir tal
cosa– me vi sin más en la calle. Es decir, la puerta estaba cerrada y yo sin poder
acceder a mis escritos.
Pero también la
suerte ha querido que exista una cosa que se llama Reader, de Google, que
memoriza todo cuanto pilla. Y así he pillado mis trabajillos.
No son gran cosa,
pero son míos. Así que voy a recuperarlos y ponerlos aquí, sólo para que nadie
me los birle. Aparecen con el rótulo en las etiquetas de “Sopa”.
He dicho.
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