Gumi y servidor hemos
amanecido como de costumbre, alegres y pachangueros. El pinar está precioso y
la temperatura, la propia de un auténtico vergel: fresquita y agradable. La
operación de la víspera ha dejado su huella pero mejorará con los cuidados del
Jefe que a punto está de venir a pasar consulta.
Tanto si aprueba como
si no, tomará las medidas pertinentes, y esperemos que definitivas.
Mientras tanto Gumi,
igual que Sola y Berto, ha recibido su golosina matinal y un servidor se toma
un cafelito mientras se fuma el primer cigarrillo del día.
¡Vida!
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Nótese que hoy no apelo al santo del día porque
es tal la cantidad de ellos que no sé bien a quién atribuírselo: Santos Proceso
y Martiniano, Monegunda, Swithun de Winchester, Lídano, Adiosdado, Aristón,
Crescenciano, Eutiquiano, Juvenal, Longinos, Suituno, Odón, y Ciro.
Amén de otro montón de beatos, también de nombres
muy conspicuos: Eugenia Joubert, Pedro de Luxemburgo, Juan y Pedro
Becchetti, Bernardino Realino, Julián Maunoir y Antonio Baldinucci.
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Acaba de llegar en un
viaje relámpago y su consulta ha sido breve y clara: está muy bien todo, mantén
abierta la herida para que termine de salir lo que quede, y si se puede meter
el dedo para comprobar si hay un cuerpo extraño. Ni antibióticos ni monsergas.
Lo que se dice la
visita de un médico de los de antes.
2 comentarios:
Me alegro mucho.
Gracias, Anna. No veas lo tranquilo que está ahora el animalico.
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