Aquella tarde no tenía nada especial, todo normal en la comarca. Vuelvo a casa y me están esperando. Dos hombres y dos mujeres, o sea cuatro. Quieren hablar conmigo, no sé quiénes son. Dicen que vienen de parte de uno, que les ha hablado de mí, que quieren conocerme. Bueno, pues conocedme.
Me hablan de un centro de estudios para gente joven del campo que quiere formarse y volver al campo. Me sorprendo, callo y escucho. Siguen hablando, y se van muy tarde, bien entrada la noche.
Lo doy vueltas, y vueltas, y vueltas. A los pocos días llamo al oficial de guardia y pregunto. Y no me da malas palabras. Que es una cosa interesante, que es un centro familiar rural (en mi vida de ignorante nunca oí hablar de ello), que está patrocinado por la Iglesia, que es buena cosa para los jóvenes del mundo rural, que si podía acceder que estupendo.
Total, que antes de acabar el verano, llamo y confirmo que voy.
Llegué pronto y me estaban esperando. Ya no son cuatro, son seis. Nos sentamos y empieza un tercer grado como en mi vida. Me dieron un repaso sobre lo divino y lo humano, lo que hago, lo que pienso y lo que imagino. No sé cómo lo aguanté, pero lo hice. Y aprobé.
Me convertí en profesor de ciencias varias, en prefecto de internado, portero de noche y chico de los recados de día; todo ello en un lugar donde habían encerrado, es un decir, a un casi centenar de personas entre los 16 y los 19 años, de ambos sexos, cuyo origen rural en absoluto implicaba que fuera necesariamente su destino, y para siempre.
El título del centro, Instituto Rural El Pino, explicaba algunas cosas, pero no lo definía en su completez. Pertenecía a la red de colegios familiares rurales españoles, copia muy desvaída de la francesa "Maisons familiales rurales" surgida en 1935, y pretendía continuar con el segundo nivel de FP con quienes a pie de obra había subido el primer peldaño de su formación. Lejos de sus terruños, diseminados por toda la geografía peninsular, estaban ahora en una finca cercana a Valladolid, conocida popularmente por el enorme pino solitario que allí quedaba, resto de un bosque frondoso de pino piñonero.
Tres años, tres, pasé en aquel lugar, con el vano intento de aplicar la educación en libertad de Piaget. Ni el elemento humano era dúctil para la educación, ni los métodos orientaban a otra cosa que no fuera el libertinaje, ni aquel lugar era Summerhill. Piaget, -a quien por cierto mi hermano había dedicado todo su esfuerzo investigador, para luego dejarlo morir y no rematar su tesis doctoral-, aquí sólo fue un mero nombre, vaciado de todo contenido. Palabras, palabras, palabras.
Hice lo que pude, trampeé lo que me fui permitiendo y consintiendo, me mentí a sabiendas de su inutilidad, cedí ante hostias como panes, trabajé como una mala bestia mirando sólo a lo inmediato y, cuando ya no veía ni una pizca de luz, llegó de pronto la salida de túnel. Esta vez sí que fui salvado por la campana.
Desarmado y derrotado todo el proyecto, una mano amiga me echó un cabo y jaló de mí. Y ahí empezó todo. Pero lo anterior se acabó. Borrón y cuenta nueva.
Nadie quería, en aquellos días, de los que tuve el placer de conocer, dar clase y evaluar, volver al pueblo. Habían probado la ciudad, se movían como peces en aguas recién descubiertas en lugares que yo nunca transité, deseaban sólo un título que les permitiera estar lejos de lo que ya más odiaban, el mundo rural por su lado más amargo. Así las cosas, la terca realidad me golpeó una vez más la cara. Jugué, jugaron conmigo, serví de muro protector, algunos consiguieron mejor destino, otros se perdieron lastimosamente, y yo seguí mi camino.
Pero esta vez creo que no me ha ido mal. Al menos a partir de entonces ya no se han cerrado cosas…
21 comentarios:
¡Vaya historia, padre!
¿Eres tú el que los cierra? más bien, creo y, que te pillan en medio y se cierran por cuestiones bien distintas, uno por demasiado "bueno" y el otro por "oportunidad perdida" por ¿mala orientación? ¿exceso de "buenísmo?
Sea como sea has aprendido que los "inventos" de otros en los que te invitan a participar o vas y participas funcionan un ratito pero no más. Cuando haces las cosas en las que crees funciona un poco mejor y dura más. Es así.
Besos otra vez
Dice bien Julia. Afortunadamente el tiempo, a eso que no estemos dormidos, juega a nuestro favor.
Desde otro ángulo me haces preguntarme cuantas puertas he cerrado y cuantas se han abierto. Muchas. Un abrazo.
Dice bien Julia. Afortunadamente el tiempo, a eso que no estemos dormidos, juega a nuestro favor.
Desde otro ángulo me haces preguntarme cuantas puertas he cerrado y cuantas se han abierto. Muchas. Un abrazo.
No siempre el querer es poder...
Enseñar en libertad un buen objetivo siempre...
me gusta la frase final..."pero esta vez creo que no me ha ido mal..."eso es importante...del pasado se aprende a no repetir pautas que no dan resultado, o buen resultado...
Amigo si te sientes bien en el hoy, es genial.
Querido Miguel Angel
agradeciendo tu comentario te dire que: en lo personal prefiero recordar el 24 el nacimiento de:
FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS
(1484-1566)
“Decid, ¿con qué derechos y con qué justicia
tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a aquestos indios?”
Fray Bartolomé de Las Casas.
LA VOZ DEL PROTECTOR DE LOS INDIOS
Fray Bartolomé de Las Casas fue un gran y tenaz campeón de los derechos del hombre y de la fraternidad de todos los seres humanos. Su vida es símbolo de entrega total en pro de la liberación y dignidad de los indios. Curiosamente, el que había sido juzgado hasta ahora como un exaltado, por haber sido un apasionado en la defensa de los derechos del indio, y por ello condenado a la incomprensión, como si fuera un gran enemigo de España; hoy, con la fuerza de la verdad y de la justicia resulta un héroe excepcional.
En Las Casas hay dos momentos, uno es de denuncia de toda injusticia cometida contra los indios, y otro, es la proclamación de todos los derechos. Uno es de lucha por la justicia, otro de liberación de la justicia. El ha sido el gran acusador de los conquistadores. Su palabra y su pluma, la voz de los indios. El recoge los alaridos de los indios indefensos y el clamor de la opresión a la que se ven sometidos. Por eso su voz molestaba.
Recibe mis cariños
Arobos, pues sí, vaya historia. Pero como las historias tiene sus lecturas, sus personajes y sus consecuencias. Y a esta aún no le ha llegado su final.
Julia, no, yo no he cerrado, pero tampoco hice mucho por mantenerla abierta. ¿Podría haberlo hecho?
También es cierto que eran tiempos de experimentos y de mucha buena voluntad. También de grandes obstáculos que superar, demasiado altos, anchos y macizos.
Palos de ciego, entonces y ahora. Sólo que ahora soy yo quien decide con quién, tengo la suerte de poder elegir, hacer las cosas en que creo. Así es mucho más fácil aceptar el fallo, y/o celebrar el triunfo.
Besos.
emejota, el tiempo siempre juega a nuestro favor, siempre. Es una puerta abierta a lo nuevo. Y eso que dices de ti, también lo pienso de mí. Cuántas habré cerrado y cuántas me hayan abierto. A brote pienso, muchas más de estas segundas. Un abrazo.
Anna, en efecto, querer no es poder nada más que cuando querer no es poder. Pero cuando quieres, puedes. Es muy diferente según cómo te lo plantees. De ahí que me parezca correcto que la experiencia sirva para no repetir lo que no resulte, al intentar lo mismo otra vez. Y sí, ahora la cosa no va mal, pero eso de sentirme bien… Gracias de todas maneras por los ánimos.
Abuela, no hay de qué, comento cuando me parece oportuno. Si se me acepta bien. Si no, qué le vamos a hacer. Pero no me gusta que me moderen y no publiquen lo que escribo.
No estoy de acuerdo con las frases que colgaste en tu blog de Aristóteles Onassis. Palabras bonitas las puede decir cualquiera. Para que sean útiles deben estar validadas por la autoridad que dan los hechos.
Respecto a esto que dices, te respondo aquí lo mismo que en tu blog:
También yo preferiría celebrar a Fray Bartolomé de Las Casas, no importa en qué fecha haya nacido, que parece por las últimas investigaciones que fue el 11 de noviembre de 1484 en Triana, Sevilla, España.
Pero en este día en Uruguay celebráis la Noche de la Nostalgia, y en Europa la matanza de los hugonotes. No soy quien para evaluar por qué en un país su gente mira al pasado con nostalgia y alegría, y en otros tienen motivos para hacerlo con tristeza y ganas de no volver a repetir errores. Pero es así.
Ahora bien, Las Casas, siempre será un referente de la justicia y de la defensa de las personas y sus derechos.
Yo fui alumno de ese instituto, que años aquellos Miguel Angel,cantando con aquel grupo y bombin plantando lechugas.
Recibe un fuerte abrazo.
Hola, José Luis, no te reconozco, y bien que me gustaría hacerlo. Si vuelves, dame alguna pista más, por ver si recuerdo… Gracias.
Miguel Angel, ya estoy aqui otra vez, me gustaria estar en contacto contigo.Que alegria mas grande"cura". Una pista, me llamaban el "abuelo" soy de Leon provincia.Mi correo es roblecampera@hotmail.com para saber un poco de cada uno. Esto es privado para ti. Gracias Miguel Angel, un abrazo muy fuerte de corazón.
José Luis, no puedo escribirte a la dirección de correo que has puesto. La mía la tienes en mi perfil, en este mismo blog. Inténtalo de nuevo.
El Pino fué el último tren para algunos y cambiar de aires para otros, pero lo que aprendí allí fué algo importante.No olvidaré por supuesto que los medios brillaban por su ausencia, que te voy a decir que no sepas. Seguiremos sobre El Pino.
Que sorpresar el encontral este blog hablando sobre el I. R. El Pino. Desde luego que fue un experimento, una pena que no fuera a más. Ange, claro que te recuerdo y, en mi ingenuidad del momento, lo perdido que estabas en tu función de profe. Pero te diré que, a pesar de las carencias, de algo sirvió. Nos comunicamos
Alfredo
No, Alfredo, no era ingenuidad por tu parte, aunque la tuvieras; estaba perdido, como profesor y como cura. Me metí allí, o me metieron, con engaños y estuve a punto de ser utilizado ante la amenaza de cierre inminente.
No pude impedir que se fuera deteriorando la imagen exclusiva de "colegio rural", si es que la tuvo El Pino alguna vez. Tampoco lo cerraron cuando yo me fui.
Creo que quienes sí tenían claras las cosas fueron el Director y la Cocinera. Los demás…
Hola M. A.:
Sin duda alguna que fue para muchos un inicio para conocer un mundo distinto al rural, para mi el primero.
Sentí mucho el no haber podido seguir en el colegio, pero las circunstancias mandaban. Lo dejé y tomé un rumbo muy distinto.
Por otra parte quisiera pedirte un favor. En el colegio "El Pino" acudía a dar clases otro profesor que pertenecía al mundo eclesiástico, que creo se llamaba Carlos, pero no recuerdo su nombre completo. Era un tipo de complexión fuerte, de rasgos faciales marcados, moreno, con perilla, y con una voz ronca y profunda casi intimidatoria; un tío aparentemente culto, perteneciente a la "nobleza". Bueno, el caso es que me interesaría saber de su nombre y apellidos, de su familia y orígenes.
Te agradecería enormemente el que me facilitaras esos datos.
Un abrazo. Alfredo
Alfredo, no puedo darte la información que me pides porque en el tiempo que estuve en El Pino no hubo más eclesiástico que yo. Luis, el que daba química, era sobrino carnal del que por entonces era Vicario General de la diócesis, pero sólo eso.
Tal vez José Luis, cuya dirección de correo está en este mismo blog, te pueda ayudar.
Pero había otro Miguel Ángel, el médico, que en realidad era psiquiatra de profesión; responde a esos rasgos físicos que describes. Si se tratara de éste, tal vez podría localizarle.
M. Ángel, al indicarme el nombre de Luís me entran muchas dudas sobre el personaje en cuestión. Otro dato que creo posible es que procedía de Zamora. Respecto al nombre de Carlos o Luís, me inclino más hacia el primero, pero al indicarme Luís sobrino del Vicario y que impartía la asignatura de química me surgen las dudas, existen posibilidades de que podría ser este. También podría ser M. Ángel, no los sé. Si tienes alguna relación con él consúltale por si dispone de algún dato.
Otra posibilidad sería la información sobre el propio centro. ¿tú sabes a dónde fue a parar la documentación relativa a sus años de existencia?
Muchas gracias por esta atención prestada.
Alfredo
Disculpa M. A. como estos comentarios son relativos a una persona particular, quisiera que en la continuación nos comunicáramos por nuestros correos particulares. Mi correo para estos temas es almamater111@gmail.com
espero tu comunicación
Un abrazo
Alfredo
¡Vale!
Creo que has aprendido más de lo que has enseñado que por lo que dejas ver es poco
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