La vuelta mañanera de
hoy ha sido distinta a la de otros días. En lugar de recorrer el remozado y
polvoriento camino del Pesquerón, hemos derivado hacia la derecha para
adentrarnos en lo que fue la coqueta y lujosa finca de Santa Ana, del más puro estilo inglés. En otro
tiempo recorrí con Moli la orilla izquierda del Pisuerga casi a diario, hasta
que las vallas de la urbanización en ciernes nos lo prohibieron. Hoy he querido
volver por allá a ver qué se cocía. Y lo que ni hierve ni se atiende, a pesar
de publicitarse como lugar de postín, es el parque que existe en lo que en otra
época fue una de la zonas más feraces del Camino Viejo de Simancas. A la
señorial Santa Ana, a la inmensa finca Los Morales, y a la bien cuidada y coqueta
finca El Rosario, la Caja de Ahorros sumó un enorme edificio de su obra social,
con polideportivo y residencia, que nunca se utilizó, aunque sí mantuvo a la
familia de Román durante muchos años en tareas de mantenimiento y vigilancia.
Surgió, merced a una
empresa llegada de Madrid, una urbanización que tiró líneas sobre los campos
cultivados, metió máquinas entre
los frutales y trató de dominar al gran río pucelano. Y así nació un
nuevo barrio… que se quedó en simple urbanización particular.
Tan particular… que
incluso sus jardines son privados. El ayuntamiento de la ciudad se niega a
asumir su cuidado porque no le corresponde hacerlo, pero los propietarios
tampoco lo hacen porque no les da el bolsillo o las ganas de pagar lo que otros
puedan también disfrutar.
Es así como un
parque, que se inauguró hace más de diez años, está muerto de pura dejadez,
desunión y egoísmo. Lo pagas tú, que lo usa todo el mundo; no, lo pagáis
vosotros porque es vuestro. Esta es la trifulca que enfrenta a ayuntamiento y
vecinos.
No importa que el
centro social de la urbanización esté primorosamente atendido; que existan más
de quinientos chalets de familias de nivel económico medio/alto; que ahí estén
tres macrorresidencias de personas mayores de alto poder adquisitivo; que un
grupo de presión haya situado también al lado un complejo noséquéydeportivo
para sus socios… el jardín, si es de uso público, que lo atienda el alcalde.
Es así como, mientras
los parques y jardines de Villas Norte, Villas Sur y El Peral son hermosos y
agradables, este de Santa Ana está horrible y como para echar a correr.
4 comentarios:
Al final no me he enterado de lo que es público y lo que es privado o de lo que era público que se convirtió en privado y que ahora quieren que para mantenerlo sea público pero que para disfrutarlo sea privado, ¿es algo así el conflicto?, no sé, me parece que si es así es mucho morro ¿no?, ya se han beneficiado (quien sea) de utilizar lo público para construir lo privado.. como no me he aclarado bien mejor lo dejo estar, tú sabrás Míguel...
Besos
Vamos a ver, Julia, ¿tengo que ir más despacio? Bueno…
Resulta que un señor con mucha pasta compra unas finquitas y como adquiere más de la mitad de todo aquel terreno, fuerza al resto a un PERI. Establece unas condiciones de urbanización, construcción y venta, le impone el ayuntamiento otras condiciones, y al final vende todo y se larga. Los nuevos propietarios se encuentran con un contrato con muuuuuucha letra pequeña, que no leen por supuesto.
Y aquí está la madre del cordero. Esos jardines son para el ayuntamiento, pero no se han cumplido las condiciones que éste puso, así que… Ahora los tienen ellos, pero no son suyos; son del ayuntamiento, pero aún no los tiene. En fin… un lío. Y los jardines secos como el desierto de Arizona.
Besos.
Lo que te decía, que no hay quien lo entienda y que el ayuntamiento, como siempre (supongo que será del PP) no hace más que mangurriadas, palabreja que me acabo de inventar porque ya no sé qué calificativo poner a estos gestores de lo público que ponen tan poco afán en custodiar y regentar adecuadamente lo que los ciudadanos les encomendamos. Qué mal lo hacemos los ciudadanos, no sabemos elegir a quienes deben gestionar lo de todos. Cero para nosotros, castigo para los sinvergüenzas que se aprovechan de nuestra ineptitud. Y nada, que no aprendemos.
Besos
Pues, aunque parezca oscuro y enrevesado, es claro como el agua. El ayuntamiento estableció unas condiciones para hacerse cargo de esos jardines. La constructora ,y en su lugar, los ahora propietarios no han cumplido, y no quieren cumplir. Según se ha publicado deberían hacer un desembolso de un millón y pico de euros. No es el edil y su consistorio el que ha fallado, sino los otros.
Cada chalet adosado, cuyo jardín particular está frondoso y cuidado, tiene que apoquinar más de dos mil euros para que el jardín común sea mantenido y conservado a costa del erario público. Y si no, que por turnos lo atiendan ellos mismos.
Esta vez el alcalde no ha cedido y, a pesar de la mala imagen que se le está dando en los medios, tiene el apoyo del resto de la ciudad.
Besos
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