¿Donde hay confianza da asco? |
Está a punto de acabar el mes que
mejor define al verano, agosto. Y tras un largo período de sequía meteorológica
y de cualquier otro tipo; mareados todos con el rescate, que aún está por ver
en qué queda; con el enigma de los dos hermanos cordobeses por resolver; el
paro que no sólo no cesa, sino que va aumentando; la vida política y social
amuermada y a la espera de un otoño bien caliente; la eclesial en silencio
ominoso; y los incendios forestales en su máximo histórico; hete aquí que a
servidor le da por rebuscar la veracidad de unas frases que todo el mundo
repite y repite, repite y repite, sin saber de dónde vienen y a quien hay que
atribuírselas.
Pues esta ha sido mi obsesión de los
últimos días.
Antes no ocurría, o al menos no me
percaté de ello. Si alguien decía “he visto un buey volando”, lo creía. Me
fiaba. Como dicen que hacía Santo Tomás, el de Aquino; porque el otro, el
Apóstol, ya quedó claro que no, que él, ver para creer.
Así voy a tener que actuar a partir de
ahora. No como lo he venido haciendo. Sabes, Míguel, dicen… ¿Quién dice?
atajaba. Dependiendo de quien estuviera en el origen del dicho o la murmuración,
lo tenía o no en cuenta. Para mí siempre ha primado el argumento
llamado de autoridad. Hay personas de fiar, y otras que no.
Bueno pues ya eso se está acabando.
Necesito que, sea quien sea el que diga o escriba algo, aporte pruebas.
¡Ya está bien de repetir las cosas,
copiando y pegando!
El que quiera tener credibilidad, que
se la trabaje.
¡Más rigor, por favor!
2 comentarios:
A quien riñes con tanto ardor? qué hemos hecho mal, please, quién lo ha hecho mal, porfa... quién no ha sido riguroso... ¡uy! qué enfadado se te nota... ya contarás qué ha pasado y cómo ha pasado, entretanto, besos y no te sofoques por ná, Míguel, que la vida ya nos da otros disgustos ¿no?. (digo yo, bajito pa no molestar).
No es enfado, es que he puesto demasiada energía al expresarme. Tenía necesidad de comprobar unos datos que estaban en boca de todos, pero nadie sabía de donde procedían. Ahora ya lo sé, y resulta que, aunque nadie estaba equivocado, nadie estaba acertado. Ya ves, un galimatías… Tardé en descubrirlo, pero lo hice. La tensión hizo que me expresara así.
Es muy frecuente que me sofoque; soy como Berto y Gumi, no cejo hasta que alcanzo mi objetivo…
Y no cuchichees, que no molestas a ningún vecino: esta es una casa molinera.
Besos.
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