Cuando leí el titular me restregué los ojos, en previsión de que aún no estuviera suficientemente despierto, o en otro caso, que alguna telaraña de las que penden del techo de mi dormitorio hubiera caído y aún estuviera pegada a mis párpados. En vano, ahí estaba la noticia, ya no sé si como provocación, convocación o como simple evocación.
Algo de ello ocurrió, porque muchos sesudos pensadores salieron al quite, y hasta compañeros blogueros terciaron en el asunto. A mucha gente le dio igual la noticia, pero a otra mucha le encrespó el ánimo, no se callaron. Y lo que largaron…
Es el caso que yo a la ciencia le pido cosas que me hacen falta, y ella, en ocasiones, me concede lo que no necesito. Por ejemplo, no le pediría, y no lo hago, que me indicara a quién habría yo de querer como madre, que ya lo sé; porque ella, la ciencia, bien podría darme el nombre de una persona que no coincida con quien yo considero, dándome pruebas de adn que en análisis muy exactos resultasen concluyentes. ¿Qué me importa a estas alturas de mi vida si mi madre fue madre de alquiler o si me encontró en una esquina perdida una noche oscura como boca de lobo?
Yo sé pocas cosas, muy poquitas. Pero alguna sí, vaya que sí. Y no necesito ahora que nadie venga dándome lecciones que no me hacen ninguna falta.
Y ésta, es una de ellas.
Preocúpese la ciencia de otros menesteres. De mirar a ver cómo las industrias de armamento se pueden reconvertir, por ejemplo, en fábricas de juguetes que permitan que los niños y las niñas jueguen sin miedo en las calles, en lugar de estar encerrados en sus casas, por si acaso.
Y como este ejemplo, otros muchos más que ahora se me ocurren, pero que no indico para no cansar.
¿Soluciona alguno de los muchos problemas que tenemos entre manos que el sabio y astrofísico Stephen Hawking descarte a Dios como creador del universo?
A partir de su afirmación, o negación según se mire, ¿habrá que ir al registro de la propiedad a denunciar que se hizo en algún momento un asiento que no correspondía?
Y ya puestos, ¿desde ahora tendremos que pagar nuestros impuestos en otra ventanilla, porque en la de siempre nunca debimos hacerlo?
Pero si los peros no dan peras, ¿a quién debemos en el presente ya pasado y en el futuro ya presente pedir explicaciones de cuantas cosas sucedan sin haberlas querido ni consentido, pero sí sufrido? No vale la respuesta: al maestro armero.
Y ya, por último, ¿quién va a ganar, y quién va a perder, y qué, con este cambio de paradigma? Porque es un auténtico cambio, ¿o no?
En fin, que si esto es lo que hay, en menudo follón nos ha metido la ciencia, y nosotros en babia, como casi siempre.
Si la ciencia ahora nos viene con éstas, va a resultar que la ciencia se lo tiene que mirar. Vaya que sí. O nosotros, que también pudiera ser.
Algo de ello ocurrió, porque muchos sesudos pensadores salieron al quite, y hasta compañeros blogueros terciaron en el asunto. A mucha gente le dio igual la noticia, pero a otra mucha le encrespó el ánimo, no se callaron. Y lo que largaron…
Es el caso que yo a la ciencia le pido cosas que me hacen falta, y ella, en ocasiones, me concede lo que no necesito. Por ejemplo, no le pediría, y no lo hago, que me indicara a quién habría yo de querer como madre, que ya lo sé; porque ella, la ciencia, bien podría darme el nombre de una persona que no coincida con quien yo considero, dándome pruebas de adn que en análisis muy exactos resultasen concluyentes. ¿Qué me importa a estas alturas de mi vida si mi madre fue madre de alquiler o si me encontró en una esquina perdida una noche oscura como boca de lobo?
Yo sé pocas cosas, muy poquitas. Pero alguna sí, vaya que sí. Y no necesito ahora que nadie venga dándome lecciones que no me hacen ninguna falta.
Y ésta, es una de ellas.
Preocúpese la ciencia de otros menesteres. De mirar a ver cómo las industrias de armamento se pueden reconvertir, por ejemplo, en fábricas de juguetes que permitan que los niños y las niñas jueguen sin miedo en las calles, en lugar de estar encerrados en sus casas, por si acaso.
Y como este ejemplo, otros muchos más que ahora se me ocurren, pero que no indico para no cansar.
¿Soluciona alguno de los muchos problemas que tenemos entre manos que el sabio y astrofísico Stephen Hawking descarte a Dios como creador del universo?
A partir de su afirmación, o negación según se mire, ¿habrá que ir al registro de la propiedad a denunciar que se hizo en algún momento un asiento que no correspondía?
Y ya puestos, ¿desde ahora tendremos que pagar nuestros impuestos en otra ventanilla, porque en la de siempre nunca debimos hacerlo?
Pero si los peros no dan peras, ¿a quién debemos en el presente ya pasado y en el futuro ya presente pedir explicaciones de cuantas cosas sucedan sin haberlas querido ni consentido, pero sí sufrido? No vale la respuesta: al maestro armero.
Y ya, por último, ¿quién va a ganar, y quién va a perder, y qué, con este cambio de paradigma? Porque es un auténtico cambio, ¿o no?
En fin, que si esto es lo que hay, en menudo follón nos ha metido la ciencia, y nosotros en babia, como casi siempre.
Si la ciencia ahora nos viene con éstas, va a resultar que la ciencia se lo tiene que mirar. Vaya que sí. O nosotros, que también pudiera ser.
13 comentarios:
He entendido que Stephen Hawking no ha dicho que Dios no exista, sino que el Universo podría haberse generado sin necesidad de que fuera creado por Dios. ¿O me equivoco en la interpretación de los que he leído sobre este asunto?
No te equivocas, al menos en lo que yo he leído. No niega a Dios. Advierte, Arobos, que yo tampoco digo que él lo niegue.
Talante, esa es la cuestión, desde mi punto de vista. No el talante de Hawking, sino el modo de ser expuestas las conclusiones ajenas. (Vaya, ahora parezco yo el cura, ah no que era Zapatero el del talante) Un abrazo.
Vaya, os noto preocupados...
¡Qué cosas! pero ¿no estaba claro ya hace rato que este mundo nuestro, el universo que lo contiene y otros universos que están más allá y lo que aún no se ha descubierto por el hombre, es obra del Big Bang, la gran teoría no desbancada por el momento por otra mejor salvo, eso sí, un acto de fe (?) en el que algunos piensan que intervino un dios -o Dios- y que en un pis pas hizo todo lo que conocemos?
Pues no sé a que viene ahora, Míguel, que te parezca mal que Hawking descarte a Dios en estos menesteres, esto es cosa sabida y él parece que puede probarlo con alguna teoría que a mi, sencillamente, me da igual.
Te veo irritado con los científicos, pareces un abuelo gruñón diciéndoles lo que deben hacer y, ya te digo, que algunas de las cosas que apuntas no son cosas sólo de científicos si no de la gente en general que en lugar de abdicar de su condición de ciudadanos y comportarse como preadolescentes malcriados dan pie a que pase lo que pasa. Si no de qué...
¡He dicho!
Besos
He leído nuevamente tu entrada y creo que deberías ver más a menudo los documentales de la 2.
(¿que la ciencia nos ha metido en un follón? ¿no será más bien alguna doctrina que se adjudica lo que no le toca, para variar?)
Hoy me has tocado en donde no se debe tocar, yo que sólo quería celebrar el cumpleaños de mi hija, ya te vale Míguel.
Te perdono pero ...
Besos
Miguel Angel, amigo, la letra para mi ojos está muchisimo mejor y la música que se dispara al entrar que veo has rectificado, a mi manera de ver mejor tambien, me delataba demasiado en la madrugada al sonar sin darme cuenta de bajar el volumen...gracias,gracias...
De la entrada esta que dices que la ciencia tiene un problema, voy a discrepar bastante, con todo mi afecto y respeto, y me voy a desnudar...no, no temas, desnudaré parte de mi alma......mira, me he educado en un colegio de monjas, viví mi adoslescencia comulgando diariamente,llegué a pensar que tenia vocación religiosa, me enfrenté al mundo y vivia en constante dilema... y al final he desertado por la falta de libertad en la que me sumió esta educación..y
me creó muchos problemas de conciencia...
pero...quien tiene un problema en estos momentos es la Iglesia...
Hawking no ha negado la existencia de Dios...pero,el Arzobispo de Oviedo Jesús Sanz y en contestación al cientifico ha declarado: "que existe Dios y que la vida lo sabe"....le pediría que argumentara tantas cosas, tantas mentiras que mantienen sus nóminas..... Y sobre todo, que nos argumente, quien creó a "DIOS", esperamos impacientes, espero que no otros 2.000 años. Y ÉL, sin venir.
uff Migue Angel¡¡...cuantas cuestiones..
emejota, en efecto, eso es, talante y palante. ¿Y quien dice que los curas tenemos ninguna exclusiva de algo? Si los científicos meten baza en otros campos, los demás también tendremos nuestros derechos. ¿O no?
mariajesus, tú si que estarías preocupada si la concejala o concejal de paradela intentara regular el tráfico en tu vergel, donde andas a tu bola tú y tus amiguit@s. O si fuera el de urbanismo el que te mandara abrir huecos y ventanas donde él tuviera a bien.
¡Jopelines, Julia, cómo te pones, si lo sé, no digo nada!
A tu niña un beso muy fuerte y una carantoña, que es su cumple.
Y a los científicos que se metan donde no les llaman, como a los clérigos que hacen lo mismo, una cuchufleta.
Vale que la gente piense lo que quiera, y viva en libertad, sin corsés constreñidores y estreñidores. Pero que los científicos tampoco confundan al personal.
Los científicos, a la ciencia. Y los pensadores, al pensamiento. Y las palabras, a cuidarlas, que es gerundio.
Una cosa es crear, y otra, algo un poco diferente, transformar. Si Víctor Jara cantó aquello de que el hombre es un creador, es porque era poeta, y eso le vale. Pero ojito con la circunstancia…
Venga, Julita, perdóname y dame un beso. Muaks :D
Anna, bueeeeeeeno, que sí, que la Iglesia también ha metido y sigue metiendo la pata. Y así nos va. Pero no es la única.
Antes era la fe la que nos decía lo que teníamos que saber. Y ahora va a ser la ciencia la que nos diga lo que tenemos que creer. Y terminaremos por depender de los políticos, para determinar cómo deberemos vivir, porque nosotros ni sabemos, ni podemos, ni nada de nada. Eso, infantes de por vida.
Lo que dices de la educación no liberadora, para nadie lo fue. Es nuestro sino. De ahí partimos y cada quien ha ido haciendo lo que ha podido. Y es una pena.
Sí la Iglesia tiene un problema si sigue interfiriendo donde no debe, y la ciencia si lo hace también lo mismo. Y Hawking no se queda sólo, que también se le ve el plumero. Titulares a un científico no es lo más recomendable. Humildad en la investigación y reconocer hasta dónde puede llegarse, que hay unos límites, aunque el modelo matemático pueda permitirse el lujo de no contemplarlos.
Tu eres enfermera. Ojalá algún día la sanidad curase todas las enfermedades e impidiera siquiera que existan. Ese día, nos decimos hola, si te parece.
Y que me alegro de haber acertado con el tamaño de letra y con la música. Yo lo tenía solucionado ya te dije con el teclado, dando a la F11 que apaga el volumen.
El gerundio de cuidar es "cuidando", pero si tu me dices que el gerundio es "cuidarlas", por mi fe que te creo...
(En alusión a tu respuesta a Julia)
(Ay, Migueliño, si los científicos se dedican a la ciencia sin pensar, pobres de nosotros).
Hola, amigo Miguel Ángel. Aquí me tienes de vuelta. Paso a saludarte y te encuentro regruñendo contra Hawking. Venga, hombre, no te pongas así. Si lo de Dios es un acto de fe, qué más te da lo que diga él. Aparte esto, esto es señal de vitalidad por tu parte. Yo particularmente me veo muy pequeña e ignorante para entender a Hawking, que a saber lo que habrá dicho, y menos aún a Dios, que lo mismo, puesto que siempre ha hablado por vía interpuesta.En fin, ya me conoces, amigo, que soy una escéptica o una agnóstica o yo qué sé qué seré, que tampoco me preocupa mucho.
Sólo paso a darte un abrazo y a decirte que dentro de poco te invito a mi casita nueva y seguimos hablando. Abrazos.
Pero vamos a ver, qué te importa a tí, como cura, lo que diga un científico.
Su mensaje va dirigido a una serie de personas en las que no interviene un aspecto que vosotros anteponéis: la Fe.
Lo que no tenemos esa Fe, incluso si somos respetuosos con los que la tienen, no planteamos la cuestión como una especie de intromisión en "mi campo".
Los creyentes no se van a ver afectados por esta opinión. Van a seguir pensando que Dios creó el mundo en siete días. Pues muy bien.
Dejemos que cada cual sostenga lo que quiera.
un saludo y gracias por aumentar el tamaño de la letra.
mariajesús, ignoraba que leyeras todo lo que escribo en respuesta a quienes me comentan. Es bueno saberlo, para -en gerundio, sabiéndolo- hacerlo más complexivo. Vista, pues, tu buena disposición hacia mi persona, no tengo reparos en decir que algunos representantes de la ciencia no parecen pensar, sino únicamente comprobar lo que resulta de pruebas y experimentos. Fui acompañando a una amiga que tenía dolores en una parte del cuerpo. El doctor, ni siquiera miró, simplemente dictaminó la realización de placas y análisis. Podría haberse acercado, tocado, preguntado, movido el miembro dolorido… No. A ver qué dicen las pruebas. A eso me refiero. Y sí, algo pobres sí que debemos parecer.
Clares, ¡qué alegría volverte a escuchar! Porque a ti te oigo, y era ya muy largo el silencio en que me y nos tenías. No, no estoy en guerra con nadie, y menos con ese señor que es muy listo y sabe lo que dice y por qué lo dice. Pero los titulares sí que los leo y a veces no me gustan las intenciones que expresan sin nombrarlas, pero dando pistas más que claras de cuáles puedan ser.
Recibo con mucho gusto ese abrazo y espero ansioso tu invitación a esa nueva casa. Que sea pronto… Abrazos.
Txema, si es que eso de los campos es muy relativo. Además yo no querría que los campos tuvieran tapias, ni alambradas, ni nadie dijera esto es mío y por aquí no pasa nadie. Pero si alguien estuvo de señorito chulo durante muchos siglos mandando en el corralito, y ya pasó su momento y todos le dijeron que nanay, que ahora no vengan otros a hacer lo mismo, aunque sea con otras palabras y otros ropajes. Que nos expongan simplemente los resultados de sus trabajos y experimentos, de sus reflexiones y estudios, y nos dejen a los demás vivir sin agobiar.
Ves, lo de la letra no suponía ninguna molestia, y seguro que lo agradecen otras personas, aunque no hubieran dicho nada. Esto me recuerda que muchos logros y avances se hacen gracias a individualidades que se atreven a levantar la voz e indicar con el dedo, ante el silencio ominoso de la mayoría simple, o compuesta. Hace ya un tiempo que eso de la voz del pueblo no me dice nada; para mí siguen siendo personas concretas, conscientes, valientes y sin pelos en la lengua ni miramientos, los que tiran de todos y hacen que esto avance. Gracias, pues, por tus palabras.
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