Mientras degusto placenteramente y en buena compañía el yantar de mediodía, o sea, en tanto como, suelo ver un programa que echan en telecinco y se titula De buena ley. Se trata de un juicio, con juez y todo, pero popular en cuanto que el público, -mientras su señoría delibera y elabora la sentencia-, comenta, discute, porfía, razona, alega, increpa… a y junto con las partes litigantes.
Es muy entretenido, y resulta muy curioso cómo, con más frecuencia de la que sería conveniente, leyes, aplicación de las mismas y opinión del respetable, distan bastante de coincidir. Los responsables van a tener que reconsiderar esta cosa, ya lo creo que sí. O las leyes están mal, o el soberano (pueblo) está peor.
Hoy, viernes, se trató la cosa de los ruidos que produce una pareja al yacer en sintonía, y con las ventanas abiertas. Es el caso que la comunidad de vecinos no puede conciliar el sueño, y apelan a la justicia, ya que de otro modo no encuentran alivio para sus males.
El presidente, delegado de la comunidad de marras, manifiesta que ha sido consensuado el pleito contra la susodicha vecina, autora de los extemporáneos sonidos que perturban la paz vecinal. La acusada manifiesta que ella en su casa hace lo que quiere y que de natural no reprime lo que es una espontánea expresión del fervor con que se aplica a tales menesteres. Y que lo hace con las ventanas en pompa porque el calor arrecia y es preciso que entre brisa.
Se acusan mutuamente; ella a él de venganza, porque antes denunció al perro de él por ladrar más de la cuenta; él a ella porque no respeta la normativa establecida por los ocupantes de las viviendas comunitarias con motivo de tal denuncia. Como no hay acuerdo, el juez, escuchados los alegatos, se retira a reflexionar.
Empieza entonces el coloquio entre los espectadores y las partes litigantes. Se dicen cosas, va subiéndose el volumen, el tono va cogiendo carrerilla, surgen voces disonantes, él va y dice que no puede reproducir los gritos de ella durante el recíproco beneficio porque estamos en horario familiar, y por ende infantil; ella le tacha de envidioso por no poder participar en el festejo. Otra va y dice que estamos en un país libre, aquel replica que aquí existe mucho reprimido, la encargada del programa reconduce la cuestión con una pregunta para terciar, se levanta alguien y vocea que esas no son maneras y que lo que tiene ella que hacer es irse a una casa en medio del campo, otro más añade que existen unos tapones que en los oídos te hacen la ilusión de que no oyes… En fin, para qué seguir.
Ah, se me olvidaba; se levanta una oronda señora para señalar que si los ruidos que se cuestionan son audibles por gente pequeña, o sea infantil, entonces nanay, que eso no puede ser; a lo que responde otra prójima diciendo que a esas horas los pequeños deben estar dormidos, y que eso es responsabilidad de sus padres.
Total, que a pocos segundos para cumplirse el horario previsto, sale el señor magistrado y emite su veredicto: eso no se puede hacer, porque el horario establecido por la comunidad para hacer ruido no lo permite. Sírvase la acusada reprimirse o hacerlo en silencio y sin molestar. Mazazo y punto.
Bien, esto ha sido todo.
Decir que cómo aguanté todo el programa, digo que no lo sé. Sí digo que ahí estaba, apelelado, mirando y escuchando, oyendo y no creyendo lo que estaba viendo. Digo otro sí que estaba pasando vergüenza, propia por estar y ajena por lo que había. Y vuelvo a decir que telecinco tiene sus motivos para programar eso, porque da audiencia, y eso es dinero. Pero yo no los tenía, ni uno sólo que merezca la pena citar. Pero ni apagué la tele, -aunque el dichoso tdt ya me la dejaba en ámbar-, ni quité el sonido, ni miré para otra parte.
Termino diciendo que fui parte de una audiencia que se traga lo que le echen, aunque sea un pan como unas tortas.
7 comentarios:
Pues... no tengo el gusto de conocerlo. También es verdad que veo poco la tele y, cuando lo hago no suelo seleccionar la cinco. Lo que sí me levanto es con la radio... Con ella me levanto, la disfruto mientras cocino, tiendo, etc. y con ella me acuesto.¡¡Buenas noches!!... me voy a ver qué historias cuentan esta noche en "hablar por hablar"...
Me borré de teleinco el día en que en el telediario dieron como noticia el resultado de un programa cutre que ellos hacían. Me pareció frivolizar algo serio y nunca más vi telecinco. Más o menos igual me pasó con antena 3. Ahora solamente veo La sexta, la primera, la segunda, cuatro y digital plus. Y para eso, noticias o series de entretenimiento (y, lo confieso "se lo que hicisteis" y "el intermedio" (aunque estoy empezando a aburrirme de Usun, que se pasa)
Una vez vi algo así, visto uno vistos todos, se nota el plumero. Aunque para sacar una conclusión primero haya que tragárselo y darle el beneficio de la duda. Repito, visto uno vistos todos. Un abrazo.
Pues lo has contado tal cual fue, yo hace tiempo que no veo mucho la tele, además estos programas me sacan de quicio, me da un no sé qué, un qué se yo, que acabo por coger un libro o bucear en internet.
Saludos.
Alguna vez en la hora de comer he coincidido con este programa y me parece un mercadeo y un griterío...
Yo no veo tele, está para mi de más...
Siempre me he cuestionado, porque estos programas en que el dialogo son gritos, la mala educación abunda, sacar los trapos sucios a cual mayor es lo que vende....
¿por qúe tienen los indices de audiencia tan altos?....
será porque la gente los ve,no...
¡¡¡Qué tú ves Telecinco!!!??? Es lo peor con diferencia, seguido de Antena 3 y Telemadrid (que hay que pasar de puntillas y salir corriendo) Bueno Míguel, no doy crédito con lo fácil que nos lo han puesto con el mando a distancia. De Telecinco sólo alguna serie que otra o película (muy de vez en cuando) lo demás bazofia (veremos a ver ahora qué le dejan hacer a David Cantero que nos lo han robado de los fines de semana de la 1). A la hora de comer (2-2,30) informativos de la Sexta amigo mío y a las 3, para contrastar y ampliar la 1.
Coincido en mis gustos con Mª Jesús (compartimos algo más que la edad, amiga) con una excepción: ya no puedo con la Cuatro desde que se fue Iñaki y allá me fui yo a CNN+ con él.
Pero Telecinco NUNCA porque, además, ya no tienen a Arguiñano que se lo han robado los de Antena 3. La guerra sigue entre las privadas y contra la pública.
No veas más ese programa que se te va a reblandecer el cerebro, es un consejo de amiga que te quiere.
Besos
Ah, me olvidaba: lo mejor el chiste de Forges, jajajajajaja
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