Como palentino en primer lugar, y como amante del deporte limpio y sin trucos en segundo, manifiesto públicamente mi cabreo por lo que a simple vista y a falta de investigaciones por completar parece un asunto de dopaje deportivo. Como algunos indican en el colmo de su indignación, que se llegue hasta el fondo y que caiga sobre los implicados el peso de la ley. Por tramposos. Y si además se han lucrado en el turbio negocio de la droga, con cuentas en lugares raros y blanqueo de dinero, con el agravante, si lo hubiere, de “inducción a” y de “corrupción de”, que se les mantenga de por vida a pan y agua, y a mayores se les condene a control de peso y abstención de viajar fuera de la ciudad que habiten. Que lleven eternamente el sambenito de la ignominia.
Dicho lo cual, también añado: que se acabe con el deporte profesional, muerto el perro se acabó la rabia. Mejor dicho, que se termine de todas todas con cualquier tipo de deporte que implique competir. Que cada quien haga lo que le dé la gana, corra, vuele, salte, nade, dispare, sople, suspire o expire. Pero en solitario y para sí mismo.
Que se dejen de programar magnos eventos, y también los juegos de pelota de los villorrios de mi tierra. Que nadie jalee a nadie por ganar. Que ningún bando se enfrente a otro por perder. Que ya nunca jamás se ofrezca corona de laurel en lo alto de ningún podio; que se destruyan los podios, y las tribunas de autoridades y de oradores. Que por no quedar, que no queden ni banderas ni abanderados.
Y con los graderíos se hagan enormes bancales donde se cultiven petunias y geranios, hortensias y clavelinas. Y en el centro, en lugar de competición que se planten nabos, da igual si forrajeros o no.
Y todos los vividores, que tan a gusto pasean sus cuerpos por el mundo, que han fraguado su fortuna sobre el sudor de tanto deportista esforzado, vean rebajados el sueldo justamente al nivel de subsistencia, y se les obligue a devolver todas las comidas y dormidas que se han trajinado porque sí. En cuanto a los viajes, que también los devuelvan, pero deshaciendo el recorrido a pata, como antiguamente.
De los que hacen sillónboling, no sé qué decir. Tal vez que se salgan al balcón con un paquete de pipas y, mirando a la calle apoyados en la barandilla, contemplen a los coches que pasan o animen a los peatones que vuelven del curro. Si esto hicieran, se ahorrarían las cervezas y las cortezas, que además engordan una barbaridad y perjudican seriamente la salud.
La televisión…, que se busque otros asuntos para mantener el nivel de audiencia y hacer caja con los dineros publicitarios.
Muerto el deporte, ¡viva el deporte! Para correr por el pinar no hace falta más que pan y vino y un poco de jamón serrano. Para nadar a gusto, sólo se necesita un poco de agua y algo de tiempo. El resto es exceso, está de más.
El Cabo de Gata
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No está en el fin del mundo, pero lo parece. Llegar hasta allá supone
atravesar valles y desiertos, llanuras y perdidos, pasar pueblos y rodear
montañas...
Hace 10 años
3 comentarios:
Lo primero, cuesta leer esa letra tan preciosísima, en todo caso más grande.....en fin, es lo que me ha parecido así de pronto.
En cuanto al resto prefiero no emitir juicios, que la carne es débil y la sociedad es la que propicia la caída de estos desgraciados. Lo que propones más propio lo veo del reino de los cielos y ahí moramos algunos a ratos, sobre todo nadando, jaja. Pero aquí, en este planeta, donde la competencia es símbolo de "caja" para el más listo, salvo que se autodestruya, no creo que ocurra. Un fuerte abrazo.
emejota, tengo para mí que esto del deporte tiene truco. Yo tengo mis límites, y no consigo superarlos por mucho que me lo proponga. Lo más que consigo es quedar, si me relajo un poco, cada vez más lejos de ellos. No comprendo cómo algunos deportistas van rompiendo records de día en día, o de año en año. Es como si rejuvenecieran conforme se hacen mayores. Y los que mandan, aúllan de placer con las medallas que se ganan… con el dinero y el sudor del personal. Y todos tan contentos de estar entre los mejores.
Confidencialmente: cuando ponen algún evento deportivo de categoría mundial, yo me largo a la piscina, que la tengo para mí solito. Menudo disfrute.
TBO
Pues yo me adhiero a tu propuesta, los grandes "logros" deportivos me ponen de los nervios, ¡me parecen tan palurdos los aplaudidores! (lo siento) y dicen ¡que esto es síntoma de la evolución de un país! no lo veo yo así pero allá ellos, conmigo que no cuenten para tanta patochada y servilismo estúpido.
Lo dicho, me adhiero y ojalá podamos ver otra era en que sea posible.
Besos
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